Ada Colau, alcaldesa de Barcelona: “Los discursos autoritarios y negacionistas del cambio climático están poniendo en peligro al conjunto de la población”

En un reportaje antes de regresar a Barcelona, luego de participar en la Cumbre Mundial de Alcaldes en Buenos Aires, la dirigente española se refirió a la “preocupación” por el avance de los partidos políticos que cuestionan la lucha ambiental. También habló sobre el balance del C40, de las consecuencias ambientales que generó la guerra en Ucrania y de los desafíos que tiene el COP27

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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. EFE/Quique Garcia/Archivo
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. EFE/Quique Garcia/Archivo

Ada Colau es la primera mujer en llegar a la alcaldía de Barcelona. Llegó a ocupar ese cargo en 2015 y en 2019 fue reelecta. A su gestión le imprime el estilo personal que la caracteriza: es aguerrida, enfática en la defensa de sus valores, y una ferviente defensora del ambientalismo y activista LGBT.

El año pasado tomó una decisión que generó cierto impacto en España. Con más de 1 millón de seguidores, Colau decidió abandonar Twitter. “En los últimos años, la red se ha llenado de perfiles falsos y anónimos que intoxican e incitan al odio. Muchos de ellos incluso comprados con dinero (bots) por la extrema derecha”, denunció la alcaldesa en su última publicación en la red social del pajarito, en una de las muestras de su temple.

Esta semana, Colau estuvo en Buenos Aires por la Cumbre Mundial de Alcaldes que encabezó Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad. Se trata del evento global más grande de ciudades, que reúne a 120 alcaldes del mundo para debatir sobre la acción climática y la lucha ambiental. Desde julio del 2021, la alcaldesa es vicepresidenta europea de la Comisión Directiva del C40.

La Cumbre Mundial de Alcaldes terminó con anuncios de financiamiento climático para América Latina
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En medio de su ajetreada agenda de reuniones y actividades, antes de regresar a Barcelona, se toma unos minutos para conversar con Infobae y un reducido grupo de medios internacionales. En ese lapso, la alcaldesa se distiende un momento y hace un balance de la Cumbre, se refiere a las conclusiones y compromisos que rubricaron con los alcaldes. También hace un análisis sobre las consecuencias que la guerra en Ucrania generó en la lucha ambiental.

Ante la consulta de este medio, también alertó sobre la “preocupación” por el avance de los partidos de ultraderecha en el mundo. “Los alcaldes nos hemos comprometido a alzar la voz contra esos discursos negacionistas”, aseguró Colau.

— Alcaldesa, ¿qué balance han hecho de este C40?

Desde Barcelona hacemos un balance muy positivo de esta cumbre. Nos hemos reunido muchos de los alcaldes y alcaldesas de todo el mundo. De hecho, es una de las cumbres que ha reunido a más alcaldes y alcaldesas, después de lo que fue la COP de Glasgow.

— ¿Qué conclusiones sacaron con los alcaldes sobre la situación climática global?

— La situación del cambio climático se ha acelerado. Lo estamos sufriendo todos y lo estamos viviendo con las olas de calor, con las situaciones climáticas extremas, los incendios, las sequías. Sin embargo, los países hicieron acuerdos mínimos y absolutamente insuficientes, tal y como denunciaron las ONGs y los movimientos sociales. Entonces, las ciudades no nos hemos quedado quietas durante estos meses y hemos acelerado nuestras políticas de transformación urbana.

— A partir del debate en el C40 estos días entre alcaldes de todos los continentes, ¿qué rol considera que deben tener las ciudades en la lucha ambiental?

Las ciudades somos actores principales para dar respuesta a la crisis ecológica y a la crisis económica y social, porque somos la administración más cercana y la ciudadanía viene a nosotros a pedir ayuda. En ese sentido, el otro gran análisis que hacemos los alcaldes en esta cumbre es que constatamos que los Estados están siendo demasiado lentos, demasiado burócratas y no están resolviendo cuestiones básicas y urgentes.

— El mundo vive una situación crítica por las consecuencias desatada a partir de la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra en el este europeo. ¿Cómo piensa que afecta eso a la lucha ambiental? ¿Hablaron del tema con los alcaldes?

— Hemos tenido una reunión importante dentro de la cumbre, que ha sido el encuentro de alcaldes y alcaldesas europeos. Actualmente, ocupo la vicepresidencia europea de C40 y en esa reunión hemos compartido una preocupación que queremos trasladar a los Estados europeos y a la Comisión Europea. A la crisis climática se ha sumado la guerra en Ucrania, con las consecuencias terribles que está teniendo a nivel social y económico la subida de precios de los alimentos básicos, la subida de los precios de energía que afecta no sólo a las familias, sino al conjunto de la economía y amenaza con destruir muchísimos empleos y amenaza que este invierno haya gente en Europa que pueda morir de frío o que no tenga acceso a alimentos básicos. Eso no puede pasar en un proyecto europeo que quiere ser democrático y social.

— ¿Y qué se puede hacer para paliar esa situación?

— Pedimos desde las ciudades que los Estados europeos sean capaces de acordar una regulación básica que garantice que no va a haber ningún corte de suministro, que nadie pase frío ni nadie pase hambre por la situación de excepcionalidad que estamos viviendo. Que se dé más financiación a las ciudades que somos la administración más cercana y que estamos viviendo la preocupación de las familias.

-¿Pero qué medidas concretas se pueden implementar y son necesarias para avanzar en ese sentido?

Pedimos que los Estados confíen en los alcaldes para dar respuesta a esta situación de emergencia, pero para ello necesitamos financiación y necesitamos de una vez por todas una regulación que impida que las grandes compañías energéticas sigan haciendo beneficios enormes a costa de subir la factura de la luz.

— Con el triunfo de Giorgia Meloni en Italia y el crecimiento de Vox en España, en Europa hay un avance de partidos que niegan el cambio climático y cuestionan el ambientalismo. En Argentina también hay movimientos con esos valores. ¿Se habló del tema con los alcaldes en la Cumbre? ¿Considera que es una amenaza en la batalla cultural contra la crisis climática?

— Es cierto. Hemos compartido con muchos alcaldes y alcaldesas la preocupación de cómo están creciendo los autoritarismos, cómo están creciendo esas voces de extrema derecha que difunden discursos de odio y que difunden el negacionismo sobre el cambio climático. Por lo tanto, esos discursos autoritarios y negacionistas están poniendo en peligro al conjunto de la población, pero especialmente a los más vulnerables.

— ¿Se pusieron de acuerdo para hacer algo al respecto desde las ciudades de C40?

— Nos preocupa mucho, porque los alcaldes estamos sufriendo el cambio climático, estamos actuando para revertirlo y, sobre todo, para responder a la población más vulnerable. Entonces, las ciudades nos hemos comprometido a alzar la voz contra esos discursos negacionistas, contra esos discursos autoritarios que creemos que están poniendo en peligro no solo la salud del planeta, sino directamente la vida de nuestros ciudadanos.

En la Cumbre Mundial de Alcaldes C40 se analizó el avance de partidos europeos que niegan el cambio climático
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— Como consecuencia de la falta de gas generado por la guerra en Ucrania, se están generando hábitos en el cuidado de la energía que quizás puedan contribuir a futuro para reducir la huella de carbono. ¿Qué piensa al respecto?

No se puede decir que haya consecuencias buenas de la guerra en Ucrania, porque lo que se está generando es horrible. Primero, porque estamos viendo unos niveles de crueldad, de asesinatos en masa, de civiles, de inocentes que no pensábamos que veríamos después de la Segunda Guerra Mundial. Y realmente eso creo que nos ha dejado en shock en Europa. Es algo que no se puede normalizar. Son crímenes contra la humanidad y deben ser juzgados. Además, ha tenido consecuencias pésimas a nivel social y económico, haciendo que suban los precios de alimentos básicos y de la energía.

— También la guerra evidenció la dificultad que significa para Europa la dependencia del gas ruso. ¿Considera que es una oportunidad para acelerar la transición energética?

— Es verdad que a raíz de la guerra se ha planteado esa dependencia energética que tenía gran parte de Europa del gas de Rusia. En todo caso, eso debería hacer que se haga lo que las ciudades hace tiempo que estamos reclamando, que es que no se posponga la transición. La transición hay que hacerla ahora. Por lo tanto, le decimos a los Estados que por mucho que haya presiones de algunos lobbies de empresas muy potentes, multinacionales, el cambio se tiene que hacer ya. Y la financiación pública tiene que ir toda a las renovables, no tiene que ir más a los fósiles. Por lo tanto, la coyuntura de crisis de alguna manera demuestra que hay que caminar hacia la soberanía energética, que hay que ir hacia las renovables sin excusas.

— En noviembre se hará la COP27 en Egipto y la transición energética es uno de los temas fuertes previstos para tratar en la COP. ¿Qué acuerdos piensa que deberían asumir los estados?

— Seguro que la prisa energética va a ser uno de los debates centrales, porque el sector energético es uno de los principales responsables de las emisiones. Unas pocas empresas energéticas son las grandes responsables de la mayoría de las emisiones en el planeta y al mismo tiempo necesitamos acelerar el paso hacia las renovables para garantizar una transición justa. Eso no tiene que excluir a la mayoría social y tampoco impedir que toda la ciudadanía tenga acceso a la energía básica. Es uno de los principales retos que está sobre la mesa y, por lo tanto, va a ser uno de los grandes retos que va a tener que afrontar la próxima COP.

— Pensando la relevancia de las urbes en la acción climática, ¿qué expectativas tienen los alcaldes de C40 sobre la COP?

— Las ciudades vamos a seguir exigiendo tener un papel más activo y más reconocido en esas cumbres, porque la mayoría de las emisiones se están produciendo en las áreas metropolitanas de todo el planeta. Somos víctimas de ese cambio climático. Nuestra población está respirando aires contaminados. Pero sobre todo queremos formar parte de la solución. Y estamos innovando y estamos liderando las políticas de lucha contra el cambio climático. Por lo tanto, creo que en la COP es oportuno y necesario que haya un papel específico para las ciudades, no sólo para ser escuchadas, sino para proponer soluciones concretas, porque las ciudades somos mucho más prácticas, mucho más creativas, mucho más innovadoras y cooperamos entre nosotras.

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