La primer factura emitida por el líder de Revolución Federal al fideicomiso Santa Clara Al Sur está fechada el 17 de diciembre de 2021 y es por un monto de apenas 30 mil pesos. Once días después, el Día de la Inocentes, Jonathan Morel emitió otras cinco facturas consecutivas: cuatro por $30 mil y una por $26 mil. En total, las seis facturas sumaron 176 mil pesos.
Esos pagos, según la documentación aportada a la Justicia por la firma “Caputo Hermanos”, dueña del fideicomiso, se corresponderían con muebles confeccionados en la carpintería de Morel y entregados en el Salón de Usos Múltiples (SUM) del barrio Santa Clara Al Sur, en la localidad de San Vicente, provincia de Buenos Aires.
La empresa “Caputo Hermanos” es una desarrolladora inmobiliaria que se fundó en junio de 2004 con dos accionistas: Flavio Luis Nicolás Caputo y Hugo Luis Pascual Caputo, hermanos de Luis “Toto” Caputo, el ex ministro de Finanzas durante el gobierno de Mauricio Macri. En la última asamblea de accionistas, en mayo de 2021, Flavio Luis fue designado como director y su hermano Hugo Luis fue inscripto como director suplente.
La firma se encargó de aclarar los vínculos familiares en su primera presentación ante la Justicia. “Nicolás Caputo (más conocido como “Nicky”) es nuestro primo pero tampoco tuvo ni tiene relación con la empresa. De hecho, tampoco tiene relación en lo personal, más allá del referido parentesco”, destaca el escrito presentado el miércoles a la noche en el juzgado de Marcelo Martínez De Giorgi.
Ese magistrado investiga a Revolución Federal a raíz de una denuncia de la AFI en base a un diálogo en Twitter. La denuncia fue presentada en la causa del atentado contra Cristina Kirchner, pero terminó en un expediente paralelo porque la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo entendieron que por el momento no había pruebas para vincular a la agrupación con el ataque.
La Vicepresidenta y sus abogados sostienen lo contrario. “No es posible descartar aún que los miembros de la organización investigada hayan sido partícipes del intento de asesinato en mi contra”, dijo Cristina Kirchner cuando pidió ser querellante.
Ayer, el juez Martínez de Giorgi activó la investigación con una serie de allanamientos y cuatro detenciones, incluyendo al líder de Revolución Federal.
Apenas unas horas antes de las detenciones, la empresa de los Caputo se puso a disposición de la Justicia y sostuvo que los pagos a Morel están vinculados con los dos proyectos de carpintería “ya ejecutados y concluidos”.
“Dentro de los proyectos desarrollados y ejecutados por la firma, en particular los proyectos de Espacio Añelo (Provincia de Neuquén) y Santa Clara Sur (Provincia de Buenos Aires) se contrató a la carpintería del Sr. Jonathan Ezequiel Morel para la realización de un trabajo dentro del Salón de Usos Múltiples (SUM) del barrio Santa Clara al Sur y la confección e instalación de una parte del mobiliario de los departamentos del edificio Espacio Añelo”, sostuvo la empresa, representada por el abogado Matías Cuneo Libarona.
La presentación está acompañada de una docena de fotos de los supuestos trabajos pagados a Morel. La primera tanda de imágenes muestran el pequeño SUM del barrio Santa Clara Al Sur, con vista al lago, donde se habrían colocado mesadas de madera, en la zona de las parrillas, y mesas ratonas.
La segunda tanda de fotos se correspondería con los muebles encargados para el barrio Añelo, en la provincia de Neuquén. Hay un camión repleto de muebles y un documento que probaría su entrega. Está fechado el 16 de agosto pasado y lleva la firma del responsable de la obra, Emanuel Dahir. “Habiendo finalizado la instalación a cargo de JONATHAN EZEQUIEL MOREL CUIT 20-41798897-2, el día 16/08/22 se realiza el recuento de los artículos y verificación de que los mismos se encuentran instalados en forma correcta y en perfectas condiciones”, dice ese documento.
Además detalla que la carpintería de Morel entregó 144 respaldos de cama, 144 mesas de luz, 144 bases de sommier, 144 colchones, 148 veladores, 60 mesas ratonas, 24 barras, 24 mesas de comedor, 60 percheros, 60 racks de TV, y 36 sillones de dos cuerpos, entre otros productos. En total son 20 ítems.
El documento tiene algunas anotaciones a mano. Por ejemplo, aclara que llegaron 148 veladores en lugar de 144 y que faltaban 3 veladores.
Entre las fotos aportadas por Caputo Hermanos hay varias imágenes de los muebles antes de salir de la carpintería. En una de esas imágenes aparece el propio Morel embalando una mesa de luz.
¿Cuánto costó y cómo se pagó esa mercadería? Según la documentación en poder de la Justicia, entre mayo y julio de este año se emitieron 7 facturas por un total de $8.314.854. Una sola, fechada el 13 de junio, está a nombre de Morel y es por $1 millón.
El resto de las facturas fueron emitidas por personas allegadas al líder de Revolución Federal. Las que más llaman la atención está a nombre de dos mujeres cercanas a Morel: Evelyn Balboa y Ailen Vallero. Cada una emitió una factura por $2,5 millones. En ambos casos, fue su primera factura como monotributista, un indicio claro de que habrían actuado a pedido de Morel.
También hay facturas a nombre de Diego Patrignani (2 por $168.000), María Isabel Said ($828.854), y Francisco Javier Aris ($1.150.000).
Cinco de las siete facturas se habrían pagado mediante transferencias bancarias, siempre según los documentos aportados por Caputo Hermanos y a los que tuvo acceso Infobae. Esos pagos se efectuaron el 26 de mayo (dos), el 30 de mayo, el 15 de junio y el 30 de junio. En cambio, dos de la facturas se habrían pagado en efectivo. Se trata de dos facturas de $168 mil y $828.854.
En una entrevista con la revista Anfibia, Morel sostuvo que hizo dos facturas para los fideicomisos de Caputo Hermanos: una por $1 millón y otra por 760 mil pesos. La segunda no aparece en la documentación entregada por la desarrolladora que dice haber construido 12 barrios desde su creación.
Antes del allanamiento en sus oficinas, la firma aportó al juzgado toda la documentación para intentar demostrar que las operaciones estaban facturadas y bancarizadas. “Luce descabellado pretender relacionar la actividad habitual y comercial de la empresa con un supuesto financiamiento de presuntas actividades delictivas de una organización completamente desconocida, de la cual sería partícipe uno de los más de 250 proveedores de la empresa”, dice esa presentación.
Para la Justicia todavía hay algún puntos oscuros. ¿Por qué una firma como Caputo Hermanos eligió una carpintería de barrio con poca experiencia?, se preguntan los investigadores.
Seguir leyendo: