La relación entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, cambió de un tiempo a esta parte. Actualmente se resume en un vínculo institucional, algo distanciado y con diagnósticos que no siempre coinciden. El gobernador, que sí mantiene diálogo y traza evaluaciones con la vicepresidenta Cristina Kirchner, está enfocado en su propia administración y, aunque requiere indefectiblemente de los recursos del gobierno nacional, los caminos entre ambos funcionarios han dejado de cruzarse.
Ya no hay tantas actividades compartidas entre el Presidente y el ex ministro de Economía cuando el jefe de Estado encabeza algún acto en territorio bonaerense. De cuatro actividades que Fernández tuvo esta semana, el mandatario provincial dijo presente en una. Este viernes, por ejemplo, Fernández inauguró una fábrica de la empresa Whirlpool en el distrito de Pilar, donde gobierna el intendente Federico Achával, un jefe comunal de sintonía fina con Kicillof. El gobernador no participó del encuentro y el Ejecutivo bonaerense estuvo representado por el ministro de Producción y mano derecha de Kicillof, Augusto Costa. A esa hora, Kicillof participaba del descubrimiento de una placa en homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo en la sede del Registro de las Personas en La Plata. Más tarde, Alberto Fernández hizo entregas de ambulancias desde el municipio de Moreno en la Primera sección electoral. Kicillof tampoco fue. Ante la consulta de Infobae, en la Gobernación indicaron que no habían sido invitados. Sí estuvo en representación de la provincia la viceministra de Salud, Alexia Navarro.
En La Plata le restan importancia, pero reconocen que últimamente la relación está espaciada. Desde el inicio de la gestión hasta esta parte ocurrieron muchas cosas: cambios de gabinete nacional y provincial, el acuerdo con el FMI, las elecciones legislativas y, claro, la pandemia, cuya salida no trajo los resultados económicos esperados. Para la administración de Kicillof faltó -si se quiere- mayor firmeza para intervenir sobre los sectores que terminaron concentrando mayores ganancias en una economía desmembrada. Uno de los últimos gestos de acompañamientos fue la designación de Sergio Massa como ministro de Economía, una determinación que estuvo avalada también por el sello de Cristina Kirchner y la habilidad del propio Massa para comandar la política económica.
Este lunes, con motivo del Día de la Lealtad, Kicillof participó del acto que organizó el sindicalismo K y el PJ bonaerense con Máximo Kirchner a la cabeza. Antes, Fernández y Kicillof sí compartieron una actividad. Fue al encabezar la inauguración del último tramo de la Autopista Ezeiza-Cañuelas. Allí, todos los oradores hablaron sobre el 17 de octubre. El presidente no participó de ninguno de los actos. “Hoy un 17 de octubre que mejor que estar inaugurando obras, qué mejor que estar reconociendo derechos. Hoy nos va a encontrar a cada uno, a nosotros marchando a Plaza de Mayo y a cada uno conmemorando un 17 de octubre no con palabras sino con realidades”, lanzó el bonaerense en su intervención.
Parte de la organización del acto en Plaza de Mayo del que Kicillof fue partícipe, aunque no hizo uso de la palabra, corrió por cuenta del ministro bonaerense de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, que en el último tiempo tomó el rol de vocero del malestar kirchnerista con las decisiones del gobierno central. El último gesto fue la inconsulta decisión de Fernández en las designaciones de las nuevas ministras Victoria Tolosa Paz en Desarrollo Social; Kelly Olmos en Trabajo y Ayelén Mazzina al frente del ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. “No es bueno que haya trascendido que no todo el frente haya sido consultado”, había dicho Larroque tras una reunión del PJ bonaerense, que sin embargo destacó la designación de Tolosa Paz.
Este viernes, Kicillof y Tolosa Paz compartieron una actividad en Lanús junto al intendente opositor, Néstor Grindetti. Se trató de la firma de un acta entre el Organismo Provincial de Integración Social y Urbana (OPISU) y el municipio de Lanús para impulsar un proyecto de intervención integral en Villa Porá que, según se informó, permitirá fortalecer las acciones que la Provincia ya realiza en la zona y también se firmó un convenio con el Gobierno Nacional para promover el desarrollo de infraestructura social básica en el barrio Acuba.
Hay un patrón que suele repetirse con las invitaciones para las actividades entre presidente y gobernador y es que cuando el evento es organizado por Presidencia la invitación llega a La Plata casi sobre la hora. “A veces podemos acomodar la agenda, otras no porque también tenemos nuestras propias actividades”, explican desde la logística del mandatario provincial. En La Plata tampoco creen que se trate de un mensaje entre líneas, aunque sí reconocen que la relación entre Fernández y Kicillof ya no es la misma. “En el Frente de Todos, con el peronismo y fuera del peronismo, nadie pretende una homogeneidad absoluta sino acuerdos en un núcleo de coincidencias”, dijo Kicillof días atrás en una entrevista que brindó a Página/12 cuando se lo consultó sobre su vínculo con Sergio Massa. Con el ministro de Economía, el diálogo habitual.
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