“Por favor, tomen la decisión correcta. Estoy ahí encerrado pensando por qué hice una joda así...”. Con los brazos cruzados y una camisa a cuadros blanco y negro (los mismos colores que usó el día posterior al intento de asesinato de Cristina Kirchner para aparecer en televisión), Nicolás Gabriel Carrizo, el denominado jefe de los “copitos”, se presentó hoy en los tribunales de Comodoro Py para ver cara a cara a los jueces de la Cámara Federal que deben resolver si confirman su procesamiento en la causa que investiga el atentado contra la Vicepresidenta. Había sido trasladado desde el penal de Marcos Paz. Agustina Díaz, la amiga de Brenda Uiarte, que también está acusada en el ataque, siguió la audiencia por zoom desde la cárcel de Ezeiza, Ella también buscó desinvolucrarse: pidió que la dejen volver a su casa.
Todo sucedió esta mañana en el segundo piso de los tribunales de Comodoro Py 2002. Será la primera vez que los jueces de la Sala I de la Cámara Federal revisen las pruebas de la causa. Es que las defensas de Fernando Sabag Montiel, el hombre que le apuntó en la cara a Cristina Kirchner; y su novia, Brenda Uliarte, decidieron no apelar el procesamiento que los consideró coautores del delito de homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa.
Por eso, el encuadre de la calificación elegida por la jueza, la interpretación de los chats que pusieron presos a Carrizo y a Díaz, las pruebas producidas en el expediente para las partes y las críticas a los legajos secretos fueron eje de las quejas que se escucharon hoy. Pero la defensa de Carrizo también le puso condimento político: habló de “presiones” hacia la jueza María Eugenia Capuchetti, incluso por parte del presidente Alberto Fernández, que llamó a la magistrada por teléfono luego del ataque y resaltó que la custodia vicepresidencial se creó para Cristina Kirchner porque antes no existía. Además, citando al jurista Eugenio Zaffaroni (”con el que la querella debe coincidir porque el Gobierno lo promovió para ser juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, deslizó), la defensa dijo que el delito de matar a CFK fue de “comisión imposible” porque el arma no tenía bala en la recámara.
La audiencia comenzó cerca de las 10.30, media hora más tarde de lo previsto, en medio de un operativo de seguridad que se desplegó en el segundo piso de los tribunales por la llegada de Nicolás Gabriel Carrizo. Fue en este edificio, un piso más arriba, en donde había sido arrestado el 14 de septiembre cuando llegó a buscar el teléfono celular que aportó al declarar como testigo y que lo terminó convirtiendo en acusado.
Agustina Díaz, la amiga de Brenda, siguió la audiencia desde la cárcel de Ezeiza, donde está alojada. Con su mirada con lentes sin apartarse de la cámara, la joven miraba la mesa alargada de la sala audiencia encabezada por los jueces Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens (Leopoldo Bruglia está de licencia) mientras los abogados querellantes y defensores daban sus argumentos.
Pero el trámite duró tanto -más de tres horas- que el zoom con la cárcel se cortó varias veces y, en la tercera interrupción, Carrizo pidió permiso para ir al baño, frente a su vaso de agua vacío. “Voy a hacer lo más rápido posible”, dijo el detenido. La preocupación era por la coordinación con el servicio penitenciario para que lo movieran hacia otro piso para que fuera al baño. Mientras esperaba, Carrizo saludó a los periodistas que cubrían la audiencia con las manos esposadas. “Hola... Me estoy meando”, dijo sonriendo.
La querella de la ex presidenta reclamó que los procesamientos sean confirmados. Concedió que se les baje los embargos y la aplicación del agravante de la alevosía, como solicitaba la defensa en sus escritos. Por su parte, la defensa de Agustina Diaz pidió revocar el procesamiento: aseguró que su cliente no estaba al tanto del intento de homicidio que iba a llevarse adelante. Y el abogado Gastón Marano denunció un “absoluto estado de indefensión” para con su cliente Carrizo por las pruebas que no le permitió llevar adelante pedidas por la defensa, en detrimento de las que sí se conceden a la querella y la fiscalía. También habló de una “incoherencia” en el fallo en el que se consideró al jefe de los copitos como un cómplice secundario.
Sobre el final de la audiencia, Bertuzzi le preguntó a los detenidos si querían decir algo: “Por favor tomen la decisión correcta. Estoy ahí encerrado pensando por qué hice una joda así... Yo no sabía. Hasta el momento, lo juro, pensé que Brenda no tenia nada que ver, hablamos de ir en enero a trabajar. Nunca sospeché que ella era parte de eso, nos vino con otra versión. Yo ya me quiero ir de ahí... No soporto más… Perdón, disculpen”. Agustina también afirmó: “Yo también espero que tomen la decisión adecuada y me permitan volver a mi casa junto con mi familia. Tengo la suerte de que mis papás me visitan constantemente y en ningún momento me dejaron sola, solo pido volver con mi familia”.
Lo cierto es que los jueces Bertuzzi y Llorens se llevaron una batería de argumentos a favor y en contra del procesamiento dictado el 30 de septiembre por la jueza María Eugenia Capuchetti, en donde consideró que “los sucesos del 1° de septiembre fueron el capítulo final del plan delictivo que previamente habían acordado, diseñado y estudiado Brenda Elizabeth Uliarte, Fernando André Sabag Montiel, Nicolás Gabriel Carrizo y Agustina Mariel Díaz”. Y consideró cómplices secundarios a Carrizo y Diaz del intento de asesinato de CFK.
La palabra de la querella de Cristina Kirchner
El abogado Marcos Aldazabal, representante de la Vicepresidenta, no había cuestionado la figura de partícipes necesarios por las que fueron procesados Carrizo y Díaz. Pero buscó reforzar los argumentos de esa decisión frente a la posición de las defensas que quieren derribarlo.
Sobre Carrizo, Aldazabal subrayó: “Hay dos formas en las que habría contribuido: a través de la entrega de un arma calibre 22 y en al planificación del atentado. Entendemos que son dos colaboraciones separadas, con una entidad criminal complementaria. La defensa dice que si habría prestado el arma, el hecho intentó cometerse con una Bersa, entonces ese aporte no habría sido un aporte a este hecho. Pero el ya prestar el arma es un aporte relevante”. La querella habló de complicidad psíquica para reforzar la convicción de los que tenían que llevar adelante el ataque, Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel. “Estamos en un escenario complejo donde se intentó atentar contra la vida de una figura pública en un lugar lleno de gente”, dijo Aldazabal.
“La planificación existió, lo muestran los mensajes y está acreditado con el grado necesario en esta instancia. Hay un cúmulo de pruebas con que queda muy clara la participación de Carrizo”, dijo. Y sumó la declaración de Jacqueline Mamani, ex pareja de Carrizo, que aseguró que poco antes del hecho él le dijo: “Me estoy metiendo en un negocio en el que hay mucha plata, con esto nos vamos a salvar”.
“Hay una intención de querer hacer pasar esto por humor negro. De la lectura de los mensajes, si fuera uno solo, tal vez lo consideraríamos de otra forma. Pero son muchos mensajes. Por qué le haría una broma a Brenda Uliarte que estaba en el hecho. Andrea parece preocupada en la conversación, no parece que le estén haciendo un chiste”, dijo el abogado de CFK.
Sobre Agustina Diaz, la querella de Cristina Kirchner subrayó las conversaciones en donde Brenda Uliarte le avisaba que iba a matar a la Vicepresidenta y Agustina le decía “por eso te amo”. “Era importante la aprobación de Díaz. La prueba es suficiente para la participación secundaria”, dijo.
La palabra de Agustina Díaz
Los abogados Javier Molina y Marcelo Herrera calificaron de “arbitrario, antojadizo y subjetivizado” el fallo que dictó la jueza Capuchetti. Fueron muchas las criticas cuestionado a la magistrada. Molina llegó a decir que a la jueza “le faltó coraje” para dictar una falta de mérito y liberarla, que era lo que hubiera correspondido.
“Nunca pudo mostrar de qué manera cooperó”, dijo. El abogado usó la audiencia para leer los mensajes que tenían Brenda Uliarte y “Amor de mi vida”, la forma en la que estaba agendada Agustina. La detenida escuchaba los mensajes desde la cárcel, del otro lado del zoom. Para el abogado ninguno de esos mensajes demuestran que Agustina supiera lo que Brenda fuera a hacer. Incluso recordó que cuando Brenda le dice que va a ir a matar a CFK, Diaz responde: “Otra vez?”, “como diciendo no sigas con lo mismo”, acotó la defensa. “Diaz no formó parte ni copero en la planificación del atentado”. A su criterio, “los mensajes fueron descontextualizados”.
La jueza no explicó por qué a través de estos mensajes “estaban viendo cómo ambas hacían para ver cómo afectar la seguridad de la Vicepresidenta”, afirmó. E insisitó: “Agustina no está incitando, ni está prestando asentimiento de ninguna manera; el aporte no existe y no existen testigos para decir que hay un plan previamente acordado, diseñado y estudiado por los cuatro”.
Sin dejar de sostener la inocencia de su clienta, la defensa también apuntó a que el Código Penal exime de punibilidad del delito de encubrimiento a amigos íntimos. Y aunque la propia acusada dijo que se veían poco, afirmó que Brenda le compartía a Agustina cosas que nadie sabía. “Estamos ante una causa enorme, pero el procesamiento debe ser revocado”, añadió.
La defensa de Carrizo
El abogado Gastón Marano, defensor de Carrizo, arrancó diciendo que en esta causa se habían violado las garantías constitucionales de su cliente y habló de un “estado de indefensión absoluto”. Es que puso como ejemplo que desde que asumió la defensa pidió la declaración de una decena de testigos y se le concedió solo dos. ¿Por qué? Porque “el bloque acusador”, tal como definió a la querella y la fiscalía, objetaron como sospechosos al resto de las personas propuestas. Ahí entraron los “copitos” o la joven llamada “Joana Colman”, que decía que Sabag Montiel había cobrado por llevar adelante el plan. La defensa también se quejó porque hay muchos legajos secretos a los que no tiene acceso, pero subrayó que él se entera de lo que está pasando a través de la prensa.
“El estado de indefensión en que se colocó a mi defendido ha sido caprichoso”, afirmó. Y le pidió a la Cámara Federal que revise “el plazo del secreto” fijado por la jueza. Frente a eso, le pidió al tribunal que dicte la nulidad del procesamiento, se le ordene a la jueza a hacer la prueba solicitada y recién ahí se dicte una resolución sobre la situación procesal.
En ese sentido, la defensa insistió en que su cliente no participó del atentado. Y hasta dijo que a la jueza la llamó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, según reveló el propio jefe de Estado por cadena nacional minutos después del atentado. “No quiero especular cuáles fueron los elementos de presión o externos que llevaron a la jueza a tomar esta decisión... Todos sabemos que se encontraba presionada”, afirmó. “No dejo de pensar que es una interferencia indebida”. Y añadió: “La falta de mérito no vino porque hubiera implicado la soltura de Carrizo y hubiera sido impopular”.
A criterio de Marano, “hay una desesperación en el procesamiento para decir que Carrizo tenía conocimiento del arma utilizada”, pero su cliente nunca tuvo contacto con la pistola Bersa usada por Sabag. E insistió en que la pistola calibre 22, que según los diálogos le habría prestado, no existió. “Nadie dijo haberla visto. No fue utilizada ni antes, ni durante, ni después, el enorme esfuerzo teórico de la querella para justificar la complicidad psíquica me exime decir que estamos forzando un grado de participación más allá de lo que da”, afirmó.
Marano insistió en que la mayoría de los mensajes son posterior al atentado y que Carrizo buscaba “subirse el precio” ante sus conocidos diciendo “cosas alejadas de la verdad”. “Nadie ha atentado contra el jefe de la Cámpora, ni organizó ninguna guerra civil, no sabemos nada más del arma 22… Se allanó de todo. Se ha dado rienda a suelta todos los allanamientos que se han pedido. Se incorporó al expediente, por pedido de la querella, llego a allanar una empresa de servicios médicos porque (Carrizo) había llamado por un psiquiatra para su hermano.. Pero nadie vio el arma tampoco. ¿Se llamó a declarar a na ex pareja para que hable mal de Carrizo? Ella también dijo que no tenía armas y que pertenecía a grupos que mentían con eso. O sea: o es una mente criminal que colaboró con Sabag Montiel y Uliarte o es alguien que no tuvo la inteligencia de darse cuenta que esos mensajes iban a ser incrimintente. No pudo ser las dos cosas”.
Y sobre las conversaciones también aseguró: “El procesamiento no tuvo en cuenta la propia conducta de carrizo que vino, entregó su celular, trajo a otros a declarar… ¿Por qué Carrizo no borró las conversaciones? ¿Será que no es la mente criminal que nos pintan? No las borró porque no las consideró importantes. No hay otra manera de interpretar esto”.
“Sabag y Uliarte vivían juntos y nos enteramos de su plan criminal por mensaje de texto y con Carrizo no hay mas mensajes... A los dos socios criminales les cobraba los copitos. Pero además en estos mensajes no vemos nada que explique cómo se generó el atentado. Es imposible asegurar que Carrizo tuvo participación en el hecho cuando se analiza globalmente la prueba”, opinó.
Marano cuestionó además los agravantes firmados por la jueza y solicitó que se revoquen. De ser así, la figura de tentativa de homicidio simple le permitiría lograr una excarcelación por la escala penal en juego. “Carrizo es inocente, esta es la instancia para evaluar si no se ha permitido que se defienda en la instrucción y se estaría pretendiendo que se defienda en juicio. Con la situación de indefensión no puede sostenerse este procesamiento”.
Tras escuchar la palabra de Carrizo y Díaz, el juez Bertuzzi dio por terminada la audiencia y señaló que anunciarán su decisión de la manera más breve posible.
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