El Tribunal Oral Federal 6 será el encargado de juzgar a las tres personas que fueron procesadas por el delito de amenazas contra el ex diputado nacional del oficialismo Fernando Asencio.
Asencio denunció en 2021 que lo amenazaban con la publicación de datos personales si no forzaba la contratación de una persona en la Cancillería donde revistaba a las órdenes de Felipe Solá. Por entonces Asencio era subsecretario de Asuntos Nacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación. Desde enero de 2022 es subsecretario de Asuntos Internacionales y Cooperación Federal del ministerio de Desarrollo Social de la Nación que hasta hace unos días encabezaba Juan Zabaleta y ahora conduce Victoria Tolosa Paz.
En julio de 2021 Asencio, dirigente peronista de La Matanza, fue hasta los tribunales de Comodoro Py y contó que había sido contactado por una mujer que dijo llamarse Verónica Gómez Castañón y que se había presentado como secretaria privada del diputado nacional Máximo Kirchner y al mismo tiempo como integrante de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). La mujer, en virtud de sus dos cargos, lo había convocado a una reunión en el hotel Hilton de Puerto Madero.
La reunión se realizó el 19 de julio de 2021. Durante el encuentro la mujer le mostró a Asencio una carpeta con datos y fotos de amigos y familiares. Le dijo que esa información delicada se divulgaría si no contrataba en el Ministerio de Relaciones Exteriores a Víctor Di Santo. En esa misma reunión –a la que por supuesto no había concurrido Máximo Kirchner- la mujer le exigió a Asensio que llamara a Di Santo para convenir una reunión en la Cancillería. Siempre según lo que contó Asencio, el 22 de julio Di Santo fue a la Cancillería y le dijo que si los contrataban “no iba a tener ningún problema”.
El 28 de julio de 2021 Asencio se presentó de nuevo en Comodoro Py. Y declaró que el día anterior Gómez Castañón le había enviado un mensaje de texto que decía: “Buen día, Fernando. Estamos esperando lo que acordamos, usted le informo al Sr. Martin Di Santo que lo llamarían de RRHH el día lunes. Y nadie lo llamó. Ocúpese de ese tema en el día de hoy, esas son las órdenes”. La respuesta de Asencio fue: “Buenas, hoy seguramente lo estén llamando de personal, les pido un poco de paciencia, gracias”. La mujer cerró aquel intercambio con el siguiente mensaje: “Perfecto, este mensaje será enviado a Máximo. La lealtad no se negocia, esperamos eso de usted. Lealtad. Gracias”
Después de aquel mensaje Asencio recibió otro por parte de la mujer. El segundo mensaje decía: “Mañana 15:30 lo esperamos en el mismo lugar. Para diagramar algunos temas. Mañana jueves, hotel Hilton 5to piso misma sala. Saludos”. Aquel día Asencio recibió también un mensaje de Di Santo que decía: “Me acaban de confirmar para tu reunión, mañana 15:30 mismo lugar. Todo confirmado. Van a ir 4 personas. Solo me dijeron que te avise. Obvio que son del equipo de él. ¡Y MK siempre está!”. Las iniciales MK correspondían al diputado Kirchner.
En 2021 el diputado Máximo Kirchner declaró como testigo y dijo desconocer a los imputados en la causa que se presentaban como sus colaboradores. También declaró como testigo el entonces Canciller Felipe Solá quien aseguró haber estado al tanto de la situación de Asencio desde el primer momento.
Pero Asencio no fue solo a la reunión. Aquel encuentro fue monitoreado por agentes de la División Antifraudes de la Policía Federal según lo que había ordenado la jueza María Eugenia Capuchetti que en 2021 estaba como subrogante del juzgado federal 6. El fiscal que intervino en el caso es Carlos Rívolo y en la actualidad Daniel Rafecas está al frente del juzgado 6 que quedó vacante luego de la renuncia de Rodolfo Canicoba Corral. Rafecas firmó la elevación a juicio del caso que le tocó por sorteo al Tribunal Oral Federal 6 con la intervención de la fiscalía a cargo de Gabriela Baigún.
A esa reunión controlada por la Policía Federal habían asistido Verónica Gómez Castañón –en realidad su nombre es Victoria Beatriz González- y Claudio Pertuzzi. Cuando Asencio llegó al encuentro le presentaron a “Claudio, el secretario del diputado Kirchner”. Después de aquella presentación comenzó formalmente la reunión. Se habló de Di Santo y la mujer también dijo que querían ayudar a Asencio para ser: “Candidato a intendente de La Matanza por la Cámpora”. Fue entonces que Asencio observó la carpeta con las fotos y los papeles que teóricamente lo comprometían. Le hizo saber a la mujer que había visto la carpeta y ella comenzó a destruirla. En ese instante ingresaron los policías y los detuvieron.
Entre los papeles de la carpeta los policías encontraron una tarjeta que rezaba: “Martin Di Santo, Asesor de Gabinete, Secretaría General, Presidencia de la Nación”. Obviamente Di Santo no trabajaba en Presidencia.
Algo curioso sucedió cuando se produjo la detención. El operativo llamó la atención dentro del hotel y a raíz de ello un hombre pidió hablar con quien estuviera a cargo. Se presentó ante los policías y resultó ser Luis María Kreclker, ex embajador argentino en China. Cuando fue a declarar como testigo explicó en Comodoro Py que Di Santo –conocido de su familia- lo había citado allí con el mismo modus operandi que había usado con Asencio: le ofreció una reunión con Máximo Kirchner.
Luego de las detenciones producidas en Puerto Madero se realizó un allanamiento en la casa de González en Tigre. Allí fue detenido Di Santo que vivía en pareja con la mujer que había fingido ser, entre otras cosas, agente de la AFI. En esa casa se hallaron otras dos tarjetas que decían: “Martin V. Di Santo, Asesor, Secretaría de Asuntos Nacionales y Parlamentarios” y “Martin Di Santo, Coordinador Área Empresas, Subsecretaría de Relaciones con la Sociedad Civil, Presidencia de la Nación”. Di Santo, como quedó comprobado, tenía varias personalidades.
Asencio volvió de declarar en Comodoro Py luego de la detención e identificó en los restos de la carpeta -que González no pudo romper- fotos de sus hijos y amigos.
Cuando declararon en indagatoria los tres imputados negaron haber tenido la intención de extorsionar o amenazara a Asencio. Es más señalaron que Asencio y Di Santo se conocían desde mucho antes de que el dirigente peronista de La Matanza denunciara las amenazas y el intento de extorsión.
Al momento de su indagatoria González había dicho que no hubo extorsión y que Asencio estaba al tanto de todo. La mujer dijo que “las intenciones de él eran ser candidato en el 2023 como intendente de La Matanza, pero no tenía un partido político que lo estuviera llamando”. Y agregó que si “hubiera querido extorsionarlo, no le habría dado su número de teléfono ni lo hubiera citado en el Hotel Hilton que es un lugar público”. En su defensa sostuvo que fue el propio Asencio quien le pidió que le enviara los mensajes de texto intimidatorios y que le dijo que “no tenía que tener miedo ya que era algo habitual en la rosca política y la convenció de mandar los mensajes convocándolo para la segunda reunión”. Y agregó un dato que llamó la atención de los investigadores. Dijo que la carpeta con la información personal sobre Asencio se la había dado Martín Di Santo y que a él se la había proporcionado Héctor Mantelo (cuñado de Asencio). Al final de su indagatoria González señaló que fue el actual funcionario de Desarrollo Social quien le sugirió que se presentara como agente de la AFI. Aseguró que Asencio nunca podría haberse sentido “intimidado” porque “él estaba al tanto de todo”.
Al hora de defenderse en indagatoria Di Santo relató que conocía a Asencio desde hacía mucho tiempo y que tenían una muy buena relación. Además dijo que fue el ex funcionario de la Cancillería quien le indicó que se hiciera las tarjetas personales a su nombre que fueron secuestradas por los policías. Di Santo también había dicho que meses antes de su detención se había reunido con un conocido llamado Uriel Vera y con Héctor Mantelo, que fue quien le entregó la documentación que se encontró en la carpeta secuestrada durante procedimiento policial. Di Santo aseguró que el 16 de julio de 201 se había reunido con Mantelo. Fue entonces que el cuñado de Asencio le solicitó que armara una reunión con el dirigente peronista y otra persona para reactivar la imagen del hombre de La Matanza. La persona que se presentara en aquella reunión debía hacerlo con la documentación de la ya mentada carpeta y su propio currículum. Di Santo aseguró que ante los solicitado por Mantelo, le pidió a su pareja Victoria González que fuera a la reunión. Aseguró no saber nada de los mensajes de González a Asencio y se responsabilizó por la convocatoria de la mujer a la reunión a instancias de Mantelo. Dijo ser empresario y que trabajaba de “hacer militancia” sin cargo oficial en la municipalidad de La Matanza.
El caso de Pertuzzi es diferente. En su indagatoria dijo no conocer a Asencio. Y que jamás había intercambiado mensajes con él. Contó que había ido al hotel con González debido a que iban a reunirse con unos empresarios. La mujer le explicó que antes de esa reunión habría otra en la que debía decir que “era el secretario de Máximo”. Pertuzzi dijo entonces no saber a qué Máximo se refería. “Yo no amenacé nunca a nadie, no le pedí nada a nadie, no tenía nada que ver con ese asunto, yo iba a otra cosa”, relató después de haber sido detenido.
La jueza Capuchetti había procesado en agosto de 2021 a los tres imputados por el delito de amenazas después de haber contrastado todos y cada uno de los argumentos esgrimidos para defenderse. El procesamiento fue confirmado por la Sala II de la Cámara Federal porteña en septiembre de 2021. Gonzáles y Di Santo fueron procesados como coautores y Pertuzzi como partícipe necesario.
En el requerimiento de elevación a juicio firmado por Rívolo en junio pasado el fiscal señaló: “Que mediante todo el cuadro probatorio hasta aquí detallado, ha quedado debidamente acreditado que Victoria Beatriz González, Martín Víctor Disanto y Alfredo Ezequiel Claudio Petruzzi, amenazaron a Fernando Rodrigo Asencio, Subsecretario de Asuntos Nacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación, con la finalidad de que contratara a Martin Disanto para que trabajara en dicho Ministerio; y que se ha explicado detalladamente, la participación que ha tenido cada uno de los nombrados en la maniobra; y que nada de lo que aquí sostengo se ve revertido por los dichos de los nombrados en sus respectivos descargos”. El fiscal destacó que había solicitado la declaración de Mantelo para que explicara los dichos de Di Santo. Pero que la jueza Capuchetti no lo había citado. El fiscal sostuvo que sería muy interesante que declarara durante el juicio oral y público que se avecina.
La investigación la clausuró el juez Rafecas que está a cargo del juzgado federal 6 desde septiembre de 2021. En la resolución por la cual elevó el caso a juicio Rafecas señaló: “Por todo lo expuesto, es que a criter io del suscripto y de conformidad con lo manifestado por el Sr. Fiscal, entiendo que resulta posible sustentar la imputación sostenida respecto a los encausados Petruzzi, González y Di Santo, no quedando dudas acerca de cuál fue la actividad que éstos desarrollaron en el hecho aquí investigado, esto teniendo en cuenta el grado de certeza exigido para esta etapa del proceso”.
Los tres imputados deberán responder en un juicio por el delito de amenazas.
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