El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, brindó detalles de su reunión con Vladimir Putin y admitió que existe una “alta posibilidad de un accidente nuclear mayor” si continúan los ataques contra la zona donde está emplazada la central nuclear más grande de Europa.
En un reportaje concedido al periodista Eduardo Feinmann en Radio Mitre, Grossi explicó que mantiene reuniones tanto con el jefe de estado ruso como con Volodymyr Zelensky -presidente de Ucrania- para establecer una zona de protección en torno a la central ucraniana ocupada y anexada ilegalmente por Rusia. “Es una zona que está en el frente de combate, lo que complica aún más las cosas. La planta está bajo ataque y existe una alta posibilidad de un accidente nuclear mayor. Por eso vengo planteando la necesidad de establecer una zona de protección de la planta para que no sea blanco de ataques”, detalló el máximo responsable del organismo internacional.
La reunión con Putin se desarrolló en un momento sensible del conflicto bélico, en medio de una escalada de violencia y sangre. En los últimos días, el zar de Moscú aceleró la ofensiva con una ola de bombardeos que provocó decenas de muertes y graves daños en la infraestructura civil. Además, hay un temor creciente entre los líderes del mundo a que Putin apele al armamento nuclear.
Grossi, que viajará en las próximas hora a Kiev para reunirse nuevamente con Zelensky, aseguró que el encuentro que mantuvo ayer con Putin en San Petersburgo fue muy importante. “Lo bueno es que Putin manifestó su disposición de trabajar conmigo, algo que es importantísimo. Yo le tengo que creer a todos y trabajar hasta que me encuentre con un obstáculo. Mi labor es proteger la planta de Zaporizhzhia. Esto implica una cantidad de decisiones, definir perímetros, acciones que se pueden y no hacer, negociaciones con los mandos militares de ambos países. Es bastante complejo”, relató.
El peligro de un accidente nuclear
Grossi explicó que la central de Zaporizhzhia es la planta nuclear más grande de Europa. “Son seis reactores, uno alineado al lado del otro. En este momento están en stand by. Pero existen dos problemas: el primero, es la posibilidad de un bombardeo directo sobre alguno de los reactores. Esto es de efectividad reactiva, porque los reactores nucleares son muy robustos, tiene un domo y un recipiente que contiene al reactor que es de acero. Se bancan un bombardeo, pero si bombardean a durante 15 días, se complica”, describió.
Asimismo, jefe del OIEA explicó que durante los bombardeos perpetrados por Rusia se han afectado en varias oportunidades la red eléctrica externa y las plantas nucleares necesitan electricidad para enfriar sus rectores. “Si se quedan sin los sistemas de enfriamiento, se puede producir un accidente terrible. Eso es lo que estamos tratando de evitar con el establecimiento de esta zona de protección”, advirtió.
Uno de los hombres más respetados y admirados en todo el mundo admitió que especular sobre la posibilidad de que Putin utilice misiles nucleares para atacar en principio Ucrania y al resto de Europa y EEUU es un poco aventurado. Sin embargo, reconoció que esa posibilidad no puede ser totalmente excluida. “Creo que el uso del arma nuclear no es muy probable. El uso de armas nucleares en estos países no es azaroso, está definido por una doctrina. Se trata de un arma de último recurso utilizada de manera defensiva en caso de que ese país sufriera ataques de armas nucleares o ataques que pongan en peligro la existencia del Estado. Llegar a esa configuración no se ve como algo inmediato, pero la posibilidad no puede ser totalmente excluida”, consideró.
Asimismo, Grossi reparó sobre el cargamento de pastillas para uso en emergencia nucleares que realizó el gobierno de los Estados Unidos en los últimos días. “Son medidas de precaución que un país puede decidir o no. Lo cierto es que en Europa hay temor. Hasta hace unos años hablar del uso de armas nucleares era un tabú y hoy se habla cada vez más. Hay quienes dicen que si se hablan tanto es porque quizás el tabú está cayendo. Existen países que tienen políticas de prevención más conservadoras que otras”, resaltó
Días atrás, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos anunció que destinó USD 290 millones en un medicamento para tratar la enfermedad por radiación en caso de una emergencia nuclear.
El OIEA, que tiene observadores en esa instalación desde inicios de septiembre, rechazó la apropiación rusa, y sigue considerando como ucraniana la central de Zaporizhzhia. Poco antes del encuentro de Putin, el operador nuclear ucraniano, Energoatom, acusó a Rusia de haber “secuestrado” y maltratado a Valeri Martiniuk, director general adjunto de Recursos Humanos de la central de Zaporizhzhia, y pidió al OIEA que garantice su liberación.
Al término de la reunión con Putin, el OIEA publicó un comunicado en el que advierte que “la situación en la región alrededor de la central nuclear de Zaporizhzhia y en otros lugares se ha vuelto cada vez más peligrosa, precaria y desafiante, con frecuentes ataques militares que también pueden amenazar la seguridad nuclear”. “Ahora más que nunca, en estos tiempos extremadamente difíciles, debe establecerse una zona de protección alrededor de la planta nuclear de Zaporizhzhia”, agregó Grossi, según la nota oficial.
Grossi es argentino, porteño. Tiene 61 años, 8 hijos y una carrera muy extensa como diplomático. Pero nunca había enfrentado un desafío como el que encara ahora: lograr desde su rol un acuerdo entre Rusia y Ucrania para evitar un desastre que provoque consecuencias inimaginables para gran parte de Europa.
Con su equipo de inspectores, el diplomático argentino pone todo su empeño en alejar el espectro de un desastre en la central nuclear ucraniana. “La OIEA tiene equipos preparados y listos ante cualquier eventualidad para brindar una asistencia inmediata”, aseguró en varias oportunidades.
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