El 29 de septiembre, unos minutos antes de la llegada de Alberto Fernández a la tradicional cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, Jorge Taiana conversaba con los generales Guillermo Pereda y Juan Martín Paleo. Parecía una charla distendida entre el ministro de Defensa y los jefes del Ejército y del Estado Mayor Conjunto, pero las sonrisas protocolares se borraron cuando Pereda y Paleo comentaron a Taiana una infidencia política que ya estaba en los WhatsApp de todos los invitados civiles y militares que ocupaban el Salón San Martín del Edificio Libertador.
-En la Comisión de Acuerdos del Senado no trataron nueve pliegos de ascenso que fueron enviados desde la Presidencia-, comentaron los generales Pereda y Paleo al ministro de Defensa.
-Me entero por ustedes. Averiguo-, respondió Taiana.
Cuando el Presidente -y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas- saludó a Taiana, el ministro de Defensa reveló la información que tenía su origen en la Cámara Alta: Anabel Fernández Sagasti -titular de la Comisión de Acuerdos- había eliminado de la lista oficial a nueve ascensos que habían pasado el filtro de la Junta de Calificaciones de cada fuerza, y tenían la aprobación directa de Taiana y Alberto Fernández.
La senadora Fernández sólo responde a las órdenes de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al igual que Juliana di Tullio y Oscar Parrilli, que también integran la estratégica Comisión de Acuerdos. Y nunca había sucedido -desde 1983- que los senadores oficialistas pusieran en el freezer a 9 pliegos de ascensos de oficiales de las Fuerzas Armadas que ya tenían el ucase del Presidente.
Antes de terminar la cena de camaradería, Alberto Fernández instruyó a Taiana para que destrabará los 9 pliegos de ascenso. No sólo estaba en juego su imagen institucional ante las Fuerzas Armadas, sino también el respeto de las tropas respecto al teniente general Pereda, al almirante Julio Guardia y al brigadier general Xavier Isaac, jefes del Ejército, la Armada y la Aviación.
Taiana no pudo cumplir con la orden presidencial.
Fernández Sagasti se plantó ante el reclamo del ministro de Defensa. Taiana explicó que cumplía una instrucción presidencial, y la senadora kirchnerista replicó con una frase de ocasión.
-Los nueve pliegos quedaron en comisión para un mayor estudio. Yo te aviso-, le dijo Fernández Sagasti al ministro.
Alberto Fernández escuchó las explicaciones de Taiana y asumió que tenía un nuevo encontronazo interno con la Vicepresidenta. Apoyada por Cristina, Fernández Sagasti aplicaba la portación de apellido para enterrar 9 ascensos que habían superado todas las pruebas institucionales y contaban con el aval de la Casa Rosada.
“Veremos”, contestó el Presidente cuando le preguntaron qué iba a suceder con los pliegos militares.
En épocas de Cristina en Balcarce 50, el Senado aprobó todas las promociones de César Milani, que estaba acusado de violar los derechos humanos durante la dictadura militar. Es más: fue jefe del Ejército cuando la Justicia federal aún investigaba su responsabilidad penal en la desaparición del soldado riojano Alberto Agapito Ledo.
La junta de calificaciones del Ejército y el general Pereda -jefe del arma- avalaron el ascenso de Sergio Javier Pucheta, y el ministro Taiana y el Presidente remitieron su pliego a la Comisión de Acuerdos. Fernández Sagasti, sin evidencias sobre la mesa, congeló su promoción hasta nuevo aviso
Esa decisión política unilateral, colocó en una situación de debilidad al general Pereda, que tiene pocas esperanzas de lograr que Pucheta ascienda general de división. Si no pudo el ministro de Defensa, menos podrá el jefe del Ejército.
Junto al general Pucheta, el Poder Ejecutivo remitió al Senado el pliego de ascenso del coronel Roberto Casares. En la bancada kirchnerista aseguran que la promoción de Casares se enterró por la participación de sus familiares -altos oficiales del Ejército- en la dictadura militar. Sobre Roberto Casares no pesa ninguna acusación penal, y su ascenso también fue respaldado por la Junta de Calificaciones, Taiana y el Presidente.
Además de Pucheta y Casares, la mayoría kirchnerista de la comisión de Acuerdos trabó las promociones de los tenientes coronel María Alejandra Freytes, Andrea Cristina De Marco y Guillermo Gomar, los marinos Pablo Luis Fal (contraalmirante)y Juan Alberto Mercatelli (capitán de navío), el vicecomodoro Gustavo Daniel Otero y el médico de la Fuerza Aérea, Rubén Daniel Algieri.
Como titular de la Comisión de Acuerdos, Fernández Sagasti no solo congeló esos nueve pliegos de ascenso remitidos desde Balcarce 50. La senadora mendocina también dejó durmiendo la promoción a general del coronel mayor Alejandro Daniel Guglielmi, jefe de la Casa Militar.
El coronel mayor Guglielmi está a cargo de la seguridad de la familia presidencial, la quinta de Olivos y la Casa Rosada. Guglielmi vive sus días protegiendo a Alberto Fernández, y el jefe de Estado envió su ascenso a general por afuera de los 228 pliegos que trato la Comisión de Acuerdos antes de la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas.
Es decir: Fernández Sagasti cajoneó el ascenso a general del jefe de la Casa Militar solicitado por el Presidente de la Nación al Senado Nacional que controla la bancada oficialista.
Un hecho inédito en la historia del Parlamento, el Poder Ejecutivo y el Ejército Argentino.
El padre de Guglielmi -con rango de mayor y llamado Alejandro- está acusado de violar los derechos humanos en el Centro de Detención Clandestina de Campo de Mayo (El Campito o Los Tordos), y su legajo en la CONADEP es el 3716. Su hijo Alejandro Daniel no tiene causas abiertas en la Justicia federal y es un caso paradigmático de portación de apellido.
“A Alberto (Fernández) le hicieron la Gran Rafecas”-explicó un miembro del Gabinete.
-¿Eso cómo sería?-, preguntó Infobae.
-Muy fácil: Alberto (Fernández) envió el pliego de Daniel Rafecas como Procurador Nacional, y a Cristina nunca le gusto esa nominación. Ergo: nunca se trató. Esa es la Gran Rafecas.
-¿Nunca van a tratar los nueve pliegos más el ascenso del jefe de la Casa Militar...?
-Nunca, no sé. Por ahora, no. Te lo firmo.
Cuando ocupaba Balcarce 50, Cristina Fernández de Kirchner tenía como jefe de la Casa Militar al teniente coronel Agustín Marcelo Rodríguez. Este coronel tiene una causa en proceso por presunta mala administración de los viáticos asignados durante ciertos viajes de CFK en su condición de Presidenta.
Ese expediente abierto en la Justicia federal congeló sus ascensos -espera ser coronel desde hace 5 años-, y actualmente se refugia bajo el cargo de gerente de Seguridad Integral de la Casa de Moneda. Y para que la cobertura sea completa, el teniente coronel Rodríguez aparece en la página oficial de la Casa de la Moneda como licenciado.
Hace unos meses, al ministro Taiana le pidieron desde la Cámara alta que apruebe el pliego de ascenso del teniente coronel Rodríguez. Taiana obedeció, envió la promoción al Senado y Fernández Sagasti incluyó su nombre en el dictamen de la Comisión de Acuerdos que será tratado esta semana en el recinto de sesiones.
Adonde manda capitán, no manda marinero.
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