ACIERA, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, que representa a unas 1500 iglesias de todo el país, le pidió al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, protección para los templos y edificios religiosos en previsión de posibles ataques vandálicos que se puedan presentar durante el encuentro feminista, que se desarrollará este fin de semana largo en la capital provincial.
La preocupación se funda en los antecedentes de agresiones de este tipo en anteriores marchas y encuentros feministas. A través de una carta dirigida al mandatario provincial, ACIERA recordó que durante estos eventos, que se vienen realizando hace ya varios años, impulsados por distintos movimientos feministas, “se vandalizaron iglesias o lugares de culto, se han profanado símbolos religiosos y se ha atentado con pintadas de aerosol las fachadas de diferentes templos en diferentes puntos del país”.
En ese sentido, recordaron que anteriormente se usaron escrituras o simbologías que atentan contra los feligreses que profesan su fe. “En consecuencia, se ha vulnerado de esta manera el derecho humano reconocido y protegido por nuestro ordenamiento positivo de la libertad de conciencia, pensamiento y religión”, agregaron.
ACIERA sostuvo en la misiva que con esos antecedentes y ante el comienzo de un nuevo Encuentro, tienen “una sensación de desamparo y un notable estado de indefensión frente a estos repudiables vandalismos que no son compatibles con un estado de derecho”.
Los encuentros de mujeres que se realizan anualmente en distintas ciudades del país culminan con ataques y vandalismo contra edificios públicos e iglesias, en particular católicas, por parte de grupos que se desprenden de la marcha central, ante la indiferencia e inacción de las fuerzas de seguridad y de las organizadoras de los Encuentros. Pero este año hay un factor que todavía preocupa más: las organizadoras se dividieron y habrá dos encuentros, ambos en San Luis: el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries, que comienza hoy, mientras que el otro, fijado para fines de noviembre, será el ya clásico Encuentro Nacional de Mujeres. La carta enviada a Rodríguez Saá se refiere al primero, pero el temor es que lo mismo se repita el próximo mes.
“Consideramos inaceptable desde todo punto de vista que en lugar de poner límites a los grupos radicalizados que acuden a este evento, se haya procedido a privar los derechos de otros compatriotas con respecto a la libertad de profesar libremente su culto. Es inaudito que se suspendan las clases por razones de seguridad privando al alumnado de su actividad áulica, sin garantizar el derecho superior del niño a recibir educación”, dijo ACIERA.
Por eso, no dudaron en pedir protección oficial para cuidar el patrimonio religiosos y la integridad física de sus creyentes. Ante la segura presencia de miles de personas, desde la Federación solicitaron al gobernador asistencia a las iglesias evangélicas de la ciudad de San Luis, “protegiendo los lugares sagrados, principalmente los templos”.
Al respecto, agregaron: “Es imperioso prevenir todo tipo de vandalismo y cualquier hecho de inseguridad o violación del orden público, por lo cual será necesaria la asistencia de la seguridad requerida para evitar cualquier tipo de desmanes”.
A comienzos de junio pasado, durante la marcha por NiUnaMenos, la Catedral de San Luis fue vandalizada en las narices de la policía, que no actuó por orden del poder ejecutivo provincial. Unas cuarenta activistas saltaron las vallas, sacaron rejas, levantaron adoquines para arrojarlos contra el edificio y pintaron y dañaron la fachada de la Iglesia.
Esto generó el enojo y la protesta del obispo, monseñor Gabriel Barba, que había pedido protección a las autoridades del Ministerio de Seguridad de la provincia en previsión de hechos de este tipo. En las imágenes quedó registrada la pasividad de las fuerzas de seguridad frente a la violencia de las manifestantes.
Esta vez, las autoridades de la Iglesia decidieron no confiar en la Seguridad provincial y optaron por sellar puertas y ventanas tanto de la Catedral como de dos templos más ubicados en la ruta de las feministas.
Sin embargo, las iglesias evangélicas sí apelaron a la protección y por eso el sentido de la carta. “Agradecemos su comprensión y su apreciada gestión en ayudar a garantizar la libertad religiosa de los feligreses de la ciudad de San Luis, activando los resortes del Estado Nacional y del Estado Provincial que usted gobierna, de acuerdo con sus facultades ejecutivas a los fines de resguardar y asegurar la plenitud de los derechos constitucionales de libertad religiosa y la convivencia democrática en nuestro país”, finalizaron.
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