Alberto Fernández y Emmanuel Macron coinciden en afirmar que las permanentes negociaciones públicas y secretas desarrolladas en las Naciones Unidas, Washington y las principales capitales de Europa no alcanzan para lograr un cese de hostilidades entre Rusia y Ucrania.
Ambos presidentes sostienen -a través de sus chats personales, las llamadas en reserva o los distintos encuentros mantenidos en Hamburgo y New York- que es necesario abrir una instancia de negociación multilateral que involucre a otros protagonistas y otras iniciativas diplomáticas.
En este contexto, Macron invitó a Alberto Fernández a participar del Foro de París por la Paz para debatir la situación causada por la guerra ilegal que Rusia desató en Ucrania y las posibles vías pacíficas para establecer una tregua en el conflicto librado en Europa, que afecta a todo el planeta.
“Mientras la guerra en Ucrania pone a prueba nuestro sistema multilateral, expone nuestras interdependencias y debilita nuestros sistemas energéticos, alimentarios y económicos, necesitamos más que nunca fortalecer nuestro marco de gobernanza global entorno a los valores de la unidad y de la solidaridad”, sostiene la carta de invitación enviada por Macron al presidente.
Las deliberaciones se harán en la capital de Francia -el 11 y 12 de noviembre- y han sido invitados líderes de todo el planeta.
“El Foro de París por la Paz ofrece un valioso marco para el diálogo, dada su capacidad para reunir actores extremadamente diversos sobre temas estructurantes. Se trata de una etapa clave del multilateralismo de acción que deseo ansiosamente”, explica Macron en la carta remitida desde el Palacio Eliseo a la Casa Rosada.
Alberto Fernández y Macron tienen una excelente relación personal y coinciden respecto a la ineficacia de la diplomacia tradicional para resolver la guerra que desató Putin en Ucrania. Además, los dos mandatarios creen que Argentina y Francia pueden traccionar a distintos jefes de Estado del mundo hacia la búsqueda de una solución pacífica al conflicto bélico que distorsionó todos los mercados energéticos y puso en jaque a la seguridad alimentaria.
Sin embargo, la voluntad política de Alberto Fernández y Macron puede chocar de frente con los intereses globales del Kremlin y la Casa Blanca. El Vaticano, Washington, Beijing, la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU intentaron acercar posiciones entre Joseph Biden y Putin. Fue una tarea diplomática que desembocó -hasta ahora- en un inobjetable fracaso.
El líder ruso sueña con reconstruir el poder que tenía los zares en el siglo XIX, mientras que Biden se juega un voluminoso capital político en las elecciones de medio término. Desde esta perspectiva, Putin no cederá a las presiones de Biden y viceversa. Los dos jefes de Estado se desconfían y los dos creen que vencerán en una contienda que ya es mundial y profundizó la crisis heredada por la pandemia.
La reunión del Foro de París sucederá cinco días antes de la Cumbre del G20 en Bali, y para esa fecha se sabrá sí Estados Unidos concurrirá a la cita multilateral. Biden propone boicotear la invitación de Putin y sus aliados a la cumbre que organiza Indonesia, y esa decisión geopolítica ha puesto en permanente tensión a la diplomacia global. El Presidente de los Estados Unidos no tiene intenciones de cruzarse con el líder ruso.
Macron ha cursado invitaciones a muchísimos líderes mundiales y su propuesta de máxima es publicar un documento final del Foro de la Paz que plantee la convocatoria a una tregua negociada entre Moscú y Kiev. Se trata de una iniciativa que solo funcionará si la Casa Blanca y el Kremlin consideran que puede transformase en un cese del fuego que beneficie a los dos partes en conflicto.
Entonces, la propuesta de Macron y sus invitados al Foro de París dependerá de la voluntad de Biden y Putin y la capacidad de plantear una oferta diplomática que incluya a Volodimir Zelensky y establezca una mesa de negociación que suspenda las hostilidades en Ucrania.