El presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Miguel Pesce, expuso hoy ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados en el marco del debate del Presupuesto 2023. El funcionario defendió la meta de inflación del 60% y descartó una devaluación “brusca” durante el año que viene.
La presencia de Pesce había sido uno de los principales reclamos de gran parte de la oposición tras la presentación del proyecto de Presupuesto. Ante las críticas a la meta oficial, pedían que el titular de la autoridad monetaria detalle concretamente qué políticas se implementarían para reducir la tasa de inflación de cerca del 100% al 60 por ciento. Si bien el oficialismo mantuvo la incógnita hasta último momento, y recién al inicio de la reunión confirmó que Pesce expondría “en algún momento del día”, muchos de los principales referentes económicos de la oposición, como José Luis Espert, Martín Tetaz o Ricardo López Murphy estuvieron ausentes.
Al inicio de la exposición, Pesce puso énfasis en que el Gobierno arrancó su gestión con una inflación de más del 50% en 2018 y 2019. En ese sentido, señaló que la experiencia internacional en materia del combate a la inflación tiene tres caminos posibles: la contracción de la demanda por procesos recesivos, la apertura económica o el crecimiento económico.
“En un país con 36% de pobreza, el camino de contraer la demanda por recesión tiene consecuencias sobre el tejido social que son muy delicadas. El camino de la apertura económica es imposible de recorrer, porque no cuenta con financiamiento externo. Queda el camino del crecimiento”, detalló.
Luego, desarrolló las previsiones del Gobierno. “No estamos esperando ningún shock externo para 2023, no está previsto ningún salto devaluatorio, allí tenemos dos componentes importantes que afectan la inflación. Y estamos esperando que los aumentos de demanda que se están dando dejen de ser respondidos con precios sino con más producción. Además, para los que tienen visiones más monetaristas, el año que viene vamos a tener una monetización del déficit (emisión monetaria) que es la menor desde 2015. Por eso creemos que la inflación va a ubicarse en el orden del 60%”.
Tras negar una “modificación brusca del tipo de cambio”, Pesce aclaró que la devaluación será “acorde a los niveles de inflación”.
Por otro lado, explicó que los procesos de crecimiento en Argentina siempre “han chocado con la barrera del suministro de energía o de balanza de pagos”. En ese sentido, destacó que actualmente se exportan USD 78 mil millones y que el año que viene se superarán lo USD 90 mil millones.
Además, reconoció que no haber completado el gasoducto Néstor Kirchner durante la primera mitad del año aumentó las importaciones de energía, agravadas por la invasión rusa a Ucrania. “En el primer semestre del año que viene la primera etapa de gasoductos va a estar terminada, vamos a importar menos energía. Eso va a permitir que nuestra economía pueda crecer y eso va a contribuir a controlar la inflación”, dijo.
Y agregó: “Por la importación de energía hemos tenido tres meses de saldo comercial negativo. Las importaciones totales hasta septiembre de este año se incrementaron en 40% pero las de energía, 165%, son USD 7 mil millones de dólares”.
Pesce también afirmó que no existe “una bomba de Leliqs ni riesgos en ese sentido”. Según explicó, el crecimiento de esos instrumentos se relaciona “con el resguardo de la inflación del ahorro de las familias” y explicó que la solución “virtuosa” a este problema es que “el ahorro de los argentinos se convierta en inversión a través del mercado de capitales”.
SEGUIR LEYENDO: