El fiscal de San Isidro Martín Otero le ordenó este jueves al Ministerio de Seguridad, encabezado por Aníbal Fernández, que garantice el normal funcionamiento de una empresa de neumáticos con el “ingreso y egreso de los diversos transportes que allí prestan servicios”. El pedido llega en momentos de máxima tensión, donde el Gobierno no logra destrabar el conflicto entre los trabajadores y los empresarios.
El funcionario judicial hizo lugar a un pedido presentado por la apoderada de la empresa Fate, en la que apela al artículo 158 del Código Penal que habilita “la intervención activa de las autoridades para que, finalmente, se les dé a los sucesos la impronta necesaria que permita restablecer el orden de manera permanente y garantizar la libertad de trabajo”.
En ese sentido, el fiscal Otero publicó la resolución judicial a “fin de solicitarle que en el marco de sus atribuciones” al ministro de Seguridad que “se adopten las medidas preventivas pertinentes para garantizar el ingreso y egreso de los diversos transportes que allí prestan servicios y el normal funcionamiento de la planta aludida”.
Desde abril, los trabajadores pusieron en marcha un plan de lucha para exigir un aumento de paritarias del 20 por ciento, más un 15 por ciento sobre las horas trabajadas durante los fines de semana (plantean que las horas trabajadas sábados y domingos se paguen al 200%). El conflicto se agravó en las últimas semanas, cuando recibieron, de parte de las compañías, proyecciones por debajo de sus expectativas para la paritaria 2022-2023, mientras la inflación para este año se perfila entre el 90 y el 100 por ciento.
El martes, luego de la tensa reunión con Sergio Massa y de la fuerte advertencia del ministro sobre la posibilidad de impulsar una apertura de la importación de neumáticos, el jefe del SUTNA, Alejandro Crespo, le respondió con dureza en una conferencia desde la sede del gremio: “Les van a dejar importar neumáticos con los dólares que el Estado no tiene”, lanzó. Y adujo que sería más económico y racional que las empresas aumenten los salarios de los 5.000 afiliados. Los trabajadores sostienen que las empresas sólo destinan un 2 por ciento de su rentabilidad para la masa salarial y resaltan que cada año obtienen “premios por sus exportaciones”, porque venden al valor del dólar paralelo.
Ayer, los empresarios se sentaron a negociar disgustados con las condiciones en las que estaban discutiendo. Consideran que están negociando presionados por los bloqueos y sin un pacto de buena voluntad para caminar hacia un acuerdo. Además, claro está, están perdiendo millones de pesos cada día.
La negociación quedó paralizada porque no hubo acuerdo en el pago del 200% sobre las horas trabajadas durante los fines de semana, uno de los reclamos que el SUTNA venía realizando en los últimos días. Este jueves, a las 13, volverán a verse las caras para tratar de acercar posiciones en una negociación con poco margen de acción.
“Está muy dura la negociación. No aflojan”, resaltó un funcionario nacional que sigue de cerca los pormenores del idea y vuelta entre los actores. Si bien hubo un mínimo avance, en el Gobierno esperaban que en el final del miércoles el conflicto esté resuelto. No sucedió.
En definitiva, esa fue la línea que expuso públicamente el oficialismo durante el martes. El Presidente le pidió al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que el conflicto no se extienda en el tiempo y que trate de mediar para que se desactiven los bloqueos. Sin embargo, los ingresos a las fábricas siguen tapados.
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