(Enviada especial) No alcanzó con una advertencia. Tampoco con dos. Ilan Golfdajn, director del Departamento Occidental del FMI, insistió tres veces en menos de una hora en que Argentina, pase lo que pase, tiene que “cumplir con el plan de estabilización y con las metas acordadas con el Fondo”. Los nueve gobernadores del Norte Grande, la zona más pobre y postergada del país, se fueron del emblemático edificio de 19th Street NW entendiendo que el organismo, por ahora, es inflexible.
El dato no fue menor para la heterogénea delegación argentina. Minutos antes habían recibido los números de pobreza e indigencia del primer semestre revelados por el INDEC. Eran las cinco de la tarde en Washington y las seis en Buenos Aires. Los tuits de Cristina Kirchner todavía no se habían publicado. Sin embargo, el mismo hilo argumental usaron los gobernadores del Norte Grande para describir la situación del país.
“Está claro que primero hay que estabilizar. Baja la pobreza pero crece la indigencia porque los precios de los alimentos están disparados”, habían resumido en la reunión.
Sabían de lo que hablaban. La delegación es por demás heterogénea. Desde un peronista histórico como el formoseño Gildo Insfrán, un independiente como el misionero Oscar Ahuad Herrera, un kirchnerista de pura cepa como Jorge Capitanich y un opositor como Gerardo Morales. Pero, si bien todos miran desde sus respectivos rincones ideológicos, hay algo que los une. Ellos más que nadie administran la pobreza. Viven en una de las regiones más postergadas del país y con desigualdades históricas.
Al grupo lo completan el presidente pro tempore del Consejo Regional del Norte Grande, el santiagueño Gerardo Zamora, el catamarqueño Raúl Jalil, el riojano Ricardo Quintela, el salteño Gustavo Sáenz y como delegado de Tucumán el presidente de la Legislatura, Regino Amado.
La única provincia que quedó sin representación fue Corrientes. Gustavo Valdez alegó problemas de agenda (el viaje está siendo organizado desde hace seis meses), pero es probable que se haya sentido presionado por las internas de la oposición y no haya querido quedar expuesto. Por eso fue tan valiosa y reconocida por todos sus colegas la presencia de Morales. El jujeño, que además es presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), es la prueba fehaciente y presente de que Argentina también puede tener políticas de Estado más allá de los gobernantes de turno.
Así lo entendieron los integrantes del FMI. Quienes destacaron justamente el valor que tiene para los organismos multilaterales la continuidad de los programas. En ese sentido, el Fondo no se puede quejar. No hay mayor política de estado hoy en Argentina que el cumplimiento con la deuda ante el FMI. A las pruebas hay que remitirse. La renegociación de la deuda fue aprobada en el Congreso tanto por el Gobierno como por Juntos por el Cambio.
En la larga mesa rectangular, además de los gobernadores, se sentó por Argentina el embajador Jorge Argüello y del otro lado, junto a Golfdajn, estuvieron el subdirector y jefe de la Misión argentina Luis Cubeddu, el representante del FMI residente en nuestro país, Ben Kelmanson; el subjefe de división, Ricardo Llaudes, y el economista Senior, Michel Perks. Faltaban poner los fideos. Estaban todos.
El día había empezado muy temprano con una visita a Virginia a la sede de Amazon, división asuntos gubernamentales. La empresa que ya tiene convenios con algunas provincias, el misionero Ahuad un adelantado en el tema, desplegó un arsenal de herramientas que han desarrollado para las gestiones públicas. Hoy será el turno de Space X. La empresa de Elon Musk tiene cautivados a todos con la posibilidad de bajar internet a las zonas más alejadas con dispositivos que no dependan de la fibra óptica. Hoy, esa es una necesidad de toda la región. Y que con una antena pequeña puedan llegar a dar hasta 300 megas a bajo costo para repartir en toda una comunidad, es un salto enorme en la carrera por igualar las condiciones de vida de la población.
La jornada de ayer, como todas las que comparten los gobernadores con el ministro del Interior, “Wado” de Pedro, desde el lunes fue súper intensa. En medio de la agenda cotidiana se mezcla la política. El martes, por ejemplo, los gobernadores trabajaron entre reunión y reunión a destajo para evitar que la Ley de Humedales llegue al recinto. El chat conjunto ardía. Ahí sí que estuvo online a full Valdez. Todos llamaban a sus respectivos diputados para que no firmaran el dictamen de comisión.
Alegan que el proyecto de ley vulnera el espíritu federal. “A mí no me va a venir a correr Greenpeace”, vociferaba uno de ellos. “Si quieren defender los humedales que empiecen por devolverle Nordelta a los carpinchos”, insistía otro.
La crítica a las leyes que se generan desde la centralidad de Buenos Aires es otro de los tópicos comunes más allá de las diferencias políticas.
Y la certeza de que por más gestiones de calidad que se puedan desarrollar en el interior, la posibilidad de que un gobernador salte con fuerza a la esfera nacional con chances para una presidencial son casi nulas. “La fuerza de los medios está en Buenos Aires y a nosotros solo nos visibilizan ante alguna catástrofe. Así es imposible”, comentan con bastante lógica.
El hilo de tuit de CFK llegó a Washington cuando la delegación empezaba un encuentro, convocado en la Embajada, con empresarios que invierten en Argentina.
A nadie sorprendió la Vicepresidenta. De hecho, el mismo argumento, el que la suba descontrolada de los precios de los alimentos afectaba a los más desfavorecidos, había sido una de las cosas puesta sobre la mesa ante el FMI.
“Para lo que es ella estuvo suave”, reflexionó uno de los gobernadores que siente que el actual equilibrio de poderes está prendido con alfileres.
Anoche llegó la hora de la distensión. El grupo que hoy se trasladará a Nueva York para terminar la gira ante el Council of America eligió culminar la jornada con una cena sin corbatas.
Seguí leyendo: