“Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y meterle un corchazo”, dijo Fernando Sabag Montiel dos semanas antes de apuntarle a la cabeza a Cristina Kirchner en la puerta de su causa con una pistola calibre .32 que no llegó a accionarse. “Yo a ella la trato de bajar, pero a mí me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, (Brenda) ya está salvada, bienvenido sea”. Estas fueron algunos de los chats con los que la querella de la Vicepresidenta le reclamó a la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo que investigue las motivaciones económicas después del ataque.
Sobre todo en base a los dichos de una allegada al jefe de los copitos, Nicolás Carrizo, llamada Joana Colman, que la fiscalía pidió escuchar como testigo y la querella como imputada. Ella decía: “Sé que (Sabag Montiel) lo hizo por plata, por acomodo” y señalaba que en cuatro años saldrá “acomodado” cuando pueda librarse de la causa penal. “A ver, como les vuelvo a repetir, uno por plata se vende ¿si?”, afirmó. La declaración iba a realizarse hoy, pero quedó suspendida.
No es nuevo que la querella busca avanzar en el financiamiento detrás del atentado. Y que en las últimas horas puso el foco en el grupo de los copitos. Tal como reveló Infobae, pidió la indagatoria de Sergio “Checho” Orozco, pero también de Leonardo Volpintesta y Lucas Acevedo.
“Lo dicho hasta aquí nos lleva a la situación más general de los presuntos vendedores de algodones de azúcar bajo el mando de Carrizo. Hay muchos indicios de que todos ellos sabían lo que iba a pasar y de que participaron del atentado y su encubrimiento”, afirmaron los abogados Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, que representan a Cristina Kirchner en su presentación. Y en esa lista también pidieron localizar a “Jony White”, que habló de “los sicarios de los copitos” cuando Carrizo le aseguró que después de CFK iban por el líder de La Cámpora.
“Hay indicios contundentes de que Carrizo, Volpintesta, Acevedo y Orozco participaron junto con Uliarte y Montiel en la planificación y encubrimiento del atentado. Su conducta previa y sobre todo posterior a los hechos demuestra claramente que se desenvuelven con una dinámica criminal aceitada que, en este caso, debe hacerse cesar de inmediato”, se planteó.
Y agregaron: “Sabemos que el día de los hechos Carrizo convocó a una reunión urgente. Que esta reunión tenía fines criminales surge de los mensajes. Todavía no sabemos quiénes son todas las personas que concurrieron a ese encuentro, pero sí sabemos que estaban Orozco, Volpintesta y Acevedo”.
Para la defensa de Carrizo, sin embargo, se trata de una estrategia de convertir en sospechosos a aquellos que podían beneficiar la situación de su cliente. Es que después de la suspensión como testigo de Joana Daniela Colman, el abogado Gabriel Marano presentó un escrito. “No tenga dudas, Sra. Jueza, de que Carrizo se encuentra en estado de plena indefensión. Se han recolectado pruebas en su contra, se lo ha puesto preso, se lo ha intimado de un hecho y no se le permite defenderse”.
Y añadió: “No permita que nadie que no sea usted maneje esta causa ni que genere presiones externas a través de medios para amedrentar testigos. No permita que estos atropellos mancillen la investigación, ni que las presiones que puedan existir impidan a un sujeto a proceso a ejercer su plena defensa, de la cual este defensor es garante de última instancia.”
La querella incluyó entre las personas a identificar a un tal “David” que habló con Brenda Uliarte el domingo 4 de septiembre, horas antes de su detención. En ese diálogo, la novia de Sabag Montiel le pregunta a su interlocutor “¿Sos poli de la DEA? Tranqui no le cuento a nadie”. Y David responde: “No digas nada. Ja. Paso informes e investigo narcos pesados, nada mas. Hace muchos años. Hago espionajes y se los paso a la embajada de estados unidos. Nada más”.
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