Mientras crece la polémica entre el oficialismo y los sectores duros de la oposición por el ataque a Cristina Kirchner, el ministro más cercano a la Vicepresidenta y eventual presidenciable del kirchnerismo, Eduardo de Pedro, llevó al gobierno de Estados Unidos, en persona, un agradecimiento formal por la reacción de ese país el día posterior al intento de magnicidio del 1 de septiembre. Fue durante un diálogo que mantuvo este mediodía con el titular del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (Homeland Security), Alejandro Mayorkas, quien, según el propio ministro, puso a disposición medios para avanzar en la investigación.
El ministro K se encuentra en Washington desde el lunes en el marco de una gira que incluirá también una visita a Nueva York, y que terminará el próximo domingo, para conseguir financiamiento y acercarse a Estados Unidos, después de las visitas a las mismas ciudades de su par de Economía, Sergio Massa, y del presidente Alberto Fernández. Y si bien viajó acompañado por diez gobernadores del Norte Grande, hoy se apartó de la comitiva para llevar a cabo en soledad una agenda estrictamente política, acompañado sólo por su comitiva de colaboradores más estrechos, sin los jefes provinciales.
El plato fuerte del día fue el encuentro con Mayorkas, el máximo encargado de resguardar los intereses de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo, temas migratorios y catástrofes naturales, en la sede de la cartera. “Le agradecimos las manifestaciones veloces y contundentes respecto al intento de magnicidio contra la vicepresidenta de la Nación”, dijo el ministro, en diálogo con Infobae, desde Washington, en referencia al festejado tuit del 2 de septiembre del secretario de Estado de la Casa Blanca, Anthony Blinken. Y agregó: “Homeland se puso a disposición para ofrecer tecnología, aportar y colaborar con la investigación, un gesto muy importante que también queremos agradecer”.
En concreto, dijeron fuentes oficiales, el aporte que propone la Casa Blanca es la colaboración desde laboratorios estadounidenses especializados en registros de información para recuperar la información que se perdió por la polémica manipulación del celular de Ezequiel Sabag Montiel poco después de que gatillara el arma, y que generó fuertes rispideces entre el ministerio de Seguridad y el kirchnerismo. Según pudo saber este medio, el gobierno de Biden ya había puesto a disposición técnicos y equipos en diálogo con el Ministerio de Seguridad que controla Aníbal Fernández.
Más tarde, el ministro trasladó el mismo agradecimiento por la celeridad de la reacción del gobierno de Biden al ala demócrata del Capitolio. Después de ver a Mayorkas en la sede de su cartera, visitó el despacho del senador Tim Klaine, ex candidato a vicepresidente de Hillary Clinton en 2016 y uno de los nexos entre el Senado de Estados Unidos y América Latina. “Él estaba interesado en recibirnos, como un gesto generacional”, dijo a Infobae uno de los funcionarios que acompañó al ministro, y detalló que también hablaron de “la lucha contra el lavado de activos, políticas migratorias y trata de personas”. Además, discutieron “la necesidad de que la región tenga democracias fuertes de cara a generar bienestar a nivel local”, un planteo central en la agenda internacional de Alberto Fernández.
Más temprano, De Pedro se había reunido con la directora de Asuntos Transfronterizos en el Consejo de Seguridad Nacional, Katie Tobin, esta vez en la Casa Blanca. De Pedro propuso “trabajar en conjunto” frente a la trata y el tráfico de personas, y el temario incluyó formas de lograr “buenas prácticas migratorias”.
De Pedro, uno de los posibles candidatos a presidente o gobernador bonaerense del kirchnerismo, que visita varias veces por semana el Senado, mantiene informada a Cristina Kirchner de cada uno de sus pasos políticos y la gira que encabeza ahora no es la excepción. Hoy mismo habló por teléfono con la Vicepresidenta, al menos una vez, después del encuentro con Mayorkas, calificado por un miembro de la comitiva como “la parte gruesa” del viaje.
Tenía planeada la visita a Washington desde el año pasado, con una agenda cuyo principal objetivo era la presentación al Banco Mundial de un plan de infraestructura por 847 obras por 40 mil millones de dólares, con un financiamiento sostenido durante 15 años por 30.000 millones. Pero el atentado contra la vicepresidenta se coló en la agenda inesperadamente, y se transformó, como dijo un colaborador del ministro, en uno de los temas centrales con los interlocutores del gobierno de Biden (cuyos nombres, por otro lado, no fueron confirmados sino hasta último momento). El kirchnerismo, y el Gobierno en general, están particularmente preocupados por contradecir los discursos de sectores de la oposición que relativizan el ataque contra la vicepresidenta, un hecho que atravesó como un rayo al oficialismo -si bien las encuestas de las últimas semanas muestran indiferencia de parte de la población- y puso en el centro de la escena política a Cristina Kirchner.
El ministro cristinista estuvo acompañado, en todas las reuniones, por el embajador estadounidense en Buenos Aires, Marc Stanley, a quien los dirigentes más altos del ala dura del Gobierno se acercaron con especial ímpetu a lo largo de los últimos meses. Por caso, la vicepresidenta recibió dos veces en el Senado al diplomático, la segunda junto a la jefa del comando sur de EE.UU. Y en abril, De Pedro estuvo en la Embajada. En todas esas ocasiones, la vicepresidenta y el ministro exhibieron, no casualmente, sendas fotos de los encuentros.
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