El ministro de Economía, Sergio Massa, dio hoy el puntapié inicial al debate del Presupuesto 2023 con una presentación sobre sus principales lineamientos ante los integrantes de la comisión de Presupuesto y los jefes de todos los bloques en la Cámara de Diputados.
Massa aseguró que se trata de un proyecto con metas “prudentes” y “realistas” que vienen a “cumplir los objetivos que se ha planteado el Parlamento cuando Argentina decidió renegociar el acuerdo con el FMI”.
“El fallido presupuesto del 2022 lo llevo como una cruz, porque soy el único presidente de la Cámara al que le rechazaron un Presupuesto, espero tener más suerte como ministro”, dijo el ministro de Economía.
En la primera parte de su exposición, el ministro destacó la importancia de aprobar la “hoja de ruta” de la administración porque cuando no hay Presupuesto “quien tiene mayor capacidad de gestión o presión a la hora de definir el gasto es el que consigue imponer su idea o su objetivo”.
“Lo que termina pasando es que se generan situaciones de tensión dentro del Ejecutivo que terminan influyendo negativamente en el funcionamiento del Estado”, dijo. Y agregó: “Mi aprendizaje es que cualquiera que sea el Presupuesto es importante que el Congreso fije una hoja de ruta”.
Luego resaltó que a la Argentina “la guerra le costó 20 mil millones de dólares” y explicó que el conflicto en Ucrania está “influyendo enormemente en la economía global”.
Al reflexionar sobre los objetivos que el nuevo equipo económico se impuso durante esto 56 días de gestión, Massa destacó varios ejes: alcanzar estabilidad macroeconómica, buscar un camino de recomposición de ingresos y fortalecer el mercado interno.
Massa también sorprendió al auditorio al hablar sobre su futuro político: “Muchos de los que están acá saben que a lo largo de los años he recorrido un sinnúmero de cargos y funciones políticas; siento que estoy dando las últimas pisadas en mi vida política”.
Sobre las metas del Presupuesto, Massa explicó que el crecimiento proyectado para el año que viene es de 2 puntos del PBI porque “tiene que tener un objetivo conseguible, para que el Congreso sienta que está votando una meta que es posible llevar adelante”.
Entre otras variables macroeconómicas, el ministro detalló que el consumo privado seguirá creciendo a una tasa del 2.2%, al igual que la inversión, al 2.9%. A su vez, dijo que la presión tributaria tendrá una reducción del 0,18%, por lo que en 2023 será de 23.77% del PBI.
Según el Presupuesto, el año que viene habrá una fuerte reducción del gasto en energía que se explicará por la finalización del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner “que permitirá ahorrar importaciones por USD 2.300 millones”, también por obras como el segundo tramo del NK y el reversal del gasoducto de TGN, “que permitirán llevar gas de Vaca Muerta al norte del país y -más adelante- exportar a Brasil”.
“Bolivia entra en un declino, y es una oportunidad para que Argentina ingrese al mercado brasileño”, agregó.
Por otro lado, explicó que se ha establecido un límite de 1.6 del PBI a los subsidios, con un fuerte énfasis en el cuidado de los recursos: “No queremos que los usuarios paguen más, sino que ahorran en energía; para el 2023 está planteada una reducción de los subsidios de 0,7″.
Massa remarcó que el Presupuesto incluye una “separata” dedicada a los sectores que son beneficiarios de regímenes especiales impositivos. “Queremos que nos cuenten cómo pueden contribuir a ese principio de orden fiscal que permanentemente se exige. Solo en gastos tributarios hay 2 puntos del PBI que son beneficios impositivos para regímenes económicos y empresarios”, dijo. “El objetivo de la separata es poner este tema en debate en el Parlamento. Es un paquete de casi 5 puntos del producto que tenemos que tomar una decisión, si los mantenemos o los bajamos”, aclaró.
Al momento de las preguntas, el diputado Alejandro “Topo” Rodríguez le pidió al ministro que informe sobre la situación en la que encontró las cuentas públicas cuando asumió su cargo tras la salida de Martín Guzmán.
“Mi obligación no es hacer autopsias, no soy forense. Lo que me queda es asumir los errores porque son de mi gobierno y hay que asumirlos. No se trata de señalar culpables sino de buscar soluciones”, respondió, evitando criticar a su antecesor.
“No hay una medida que baje la inflación. No soy mago ni pretendo serlo, ni voy a mentirle a la gente. En los pasitos finales de mi vida política, quiero hacer esto bien”, dijo sobre el final de la exposición. Y agregó: “La propuesta de inflación del 60% es conservadora. Si lo hacemos entre todos, podemos bajar aun más la inflación”.
Ante la consulta de Infobae, desde los principales bloques de la oposición reconocieron que los números presentados por Massa “son realistas” y permitirían una aprobación del texto “en general”.
El año pasado la estimación de la inflación del 33% realizada por Martín Guzmán y su rechazo a revisarla -a pesar de que todas las proyecciones coincidían en que esa cifra había quedado desfasada- fueron algunos de los puntos de tensión que terminaron con el naufragio del proyecto.
Sin embargo, el rechazo del Presupuesto no representó únicamente un revés para el Gobierno. La oposición denunció que el hecho de prorrogar el plan del 2021 le permitió reasignar con gran discrecionalidad todo lo recaudado por encima de la pauta de desactualizada inflación. En ese sentido, advierten que un nuevo rechazo habilitará al Ejecutivo a hacer lo mismo pero con el agravante de que será en un año electoral, donde habitualmente los gobiernos suelen gastar más para mejorar el clima social.
Según explicaron a Infobae, los posibles cuestionamientos provenientes de sectores internos del Frente de Todos por el momento se manejarán “puertas adentro” y no tendrán lugar durante las exposiciones de esta semana.
Una vez que el proyecto llegue al recinto, Germán Martínez se concentrará en consolidar el trabajo conjunto que viene llevando adelante con los interbloques Federal y Provincias Unidas. La misma estrategia que recientemente le permitió asegurar los votos para aprobar la prórroga de seis impuestos clave y el Consenso Fiscal. Luego intentarán convencer a los sectores más dialoguistas de Juntos por el Cambio.
El apoyo expreso del bloque de Evolución Radical, que se referencia en Martín Lousteau, fue una primera buena señal para el oficialismo y comienza a allanarle el camino al Frente de Todos, que con 118 votos debe negociar obligatoriamente con la oposición para llegar al quórum de 129.
“Tras analizar la ley destacamos, en primera instancia, que las variables macroeconómicas son más razonables que las presentadas en el Presupuesto anterior, lo que posibilitaría que podamos contar con una aprobación en general”, publicó Emiliano Yacobitti, de Evolución, en sus redes sociales.
El oficialismo apunta a dictaminar el proyecto a más tardar el lunes 24 de octubre para poder aprobarlo en el recinto el 26, para dejarle un mes completo -noviembre- al Senado para su sanción definitiva.
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