La fundación alemana Bertelsmann Stiftung presentó ayer los resultados de las Tendencias globales en el Índice de Transformación Bertelsmann 2022, durante una conferencia en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), a cargo de Hauke Hartmann, doctor en Historia por la Universidad de Berlín. El informe analiza y compara las transformaciones políticas y económicas en 137 países de todo el mundo. “Argentina no tiene idea de a dónde quiere ir y es incapaz de discutir sus dilemas”, señaló el documento.
La presentación del informe, que se publica cada dos años, se realizó ayer por la tarde en el aula 5 del primer piso de la Universidad. Participaron de forma presencial y por Zoom tanto alumnos y autoridades académicas de esa casa de estudio como docentes e investigadores.
Durante su disertación de poco más de una hora, Hartmann, que es experto Senior de la fundación y dirige el Índice de Transformación BTI, detalló las principales cambios en las variables que estudia el informe, relacionadas con la gobernanza, las transformaciones políticas y económicas.
Se trata de un índice que analiza y evalúa si los países en desarrollo y los países en transición “están orientando el cambio social hacia la democracia y la economía de mercado y cómo lo hacen”.
De esa forma, un grupo de 300 expertos de todo el mundo investigan cómo se gestionan los procesos políticos y cómo se lleva a cabo la toma de decisiones en cada gobierno. En cuanto a la metodología de estudio, el trabajo indaga y compara una multiplicidad de indicadores cuantitativos con enfoques cualitativos.
La exposición en el campus de la UTDT fue organizada por el Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de esa casa de estudios, dirigido por el Dr. Carlos Gervasoni, junto al Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
Cuál es la situación de Argentina
El informe se estructura en evaluar la transformación política, la transformación económica y la gobernanza. Cada ítem se disgrega, a su vez, en una serie de indicadores, dentro de los cuales sobresalen el rendimiento de la gobernanza, la participación política, el imperio de la ley, el desarrollo económico, la estabilidad monetaria y fiscal.
Hartmann expuso sobre los principales aspectos del índice BTI, explicó y comparó la evolución de los indicadores analizados, con el fin de compartir las tendencias globales.
En diálogo con Infobae, el académico señaló que “desde una perspectiva global, Argentina tiene una nota positiva”. Para Hartmann, “la transición democrática del gobierno de Mauricio Macri a Alberto Fernández ha sido bastante amistosa”.
En ese sentido, recordó una reunión entre Macri y el actual Jefe de Estado, para la preparación de la toma de posesión. “Fue un esfuerzo consciente de las dos partes, al estar abiertos para terminar de alguna manera con el trabajo de la transición”, señaló.
En el documento que ahonda sobre la situación del país, que fue publicado en el sitio oficial de la fundación, los expertos consideran que “el enorme déficit presupuestario de Argentina está en el centro de muchos problemas”.
El estudio compara la última parte del mandato de Macri con los primeros dos años de Alberto Fernández y, al respecto, señala: “El gobierno volvió a un modelo económico basado en el gasto público y los subsidios para impulsar el consumo interno”.
El ranking de países en América Latina
En una escala de 1 a 10, Argentina alcanza los 6,73 del índice BTI, y quedó en el puesto 27 sobre 137 países analizados. Descendió cuatro lugares en relación con el informe publicado en el 2018, donde el país estaba el la ubicación 23, con 7,27 de BTI.
El documento se divide en tres ejes, de los cuales el peor calificado para Argentina es el económico: Está ubicado en la posición 57 a nivel global. En tanto, se encuentra en el lugar 40 del índice de gobernanza y en el 19 de transformación política, que evalúa estabilidad democrática, participación electoral e integración socio política.
Mientras que Argentina se considera “avanzado” en su transformación política, el país fue ponderado como “limitado” en la gobernanza y en la transformación económica.
Caída en los números de la economía
En relación con el apartado económico, el reporte pondera el nivel de desarrollo socio económico, la organización del mercado y la competencia, la política fiscal y monetaria, así como la situación ambiental en cada Estado.
Para los expertos, Argentina está en una “deriva populista” y en un “callejón sin salida”. En ese sentido, apuntan que “durante casi un siglo el país ha estado encerrado en un modo constante de improvisación y experimentación que oscila entre reformas (neo)liberales toscas y distorsionadas y un intervencionismo estatal generalmente populista”.
En la comparación regional del índice de Transformación Económica, Argentina se encuentra en el antepenúltimo lugar de América del Sur. Chile y Uruguay encabezan el ranking con una calificación de 8,27 cada uno. Luego siguen Perú (6,68), Brasil (6,61), Colombia (6,50) y Paraguay (6,04). En los últimos tres lugares está Argentina (5,75), sólo por delante de Bolivia (5,29) y Venezuela (2,21).
“La actual falta de consenso dentro del gobierno ha socavado los esfuerzos para restaurar el mercado y la confianza pública necesaria para ayudar a Argentina a encontrar una salida a la crisis”, enfatizaron los académicos y sentenciaron: “Argentina ha gastado más de lo que ha recaudado durante muchas décadas”. Si bien se lo considera como un país con “niveles muy altos de desarrollo humano”, la pobreza y la desigualdad “son desafíos persistentes”.
Críticas sobre los índices institucionales
Otro de los tópicos abordados por el BTI refiere a temas de carácter político institucional. En el apartado sobre Estabilidad de las Instituciones Democráticas, el informe considera que con el cambio de Gobierno, en 2019 comenzó una “progresiva transformación del presidencialismo en vicepresidencialismo”, en referencia a la preeminencia política de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
En ese punto, el informe es categórico: “Los escándalos de corrupción están generalizados en Argentina; la falta de transparencia y un sistema judicial a menudo ineficaz y politizado socavan los intentos sistemáticos de frenar la corrupción”.
En cuanto al “deterioro de la calidad de democrática”, Hartmann explicó que en numerosas democracias a nivel global la polarización y el populismo han recortado los derechos de participación y erosionado el estado de derecho. Según el estudio, Brasil, Bulgaria, Hungría, India, Polonia y Serbia ahora se clasifican como “democracias defectuosas”.
Como conclusión, el académico sostuvo que “la pandemia de coronavirus fue y es una prueba de estrés para la gobernabilidad, y solo unos pocos gobiernos superaron con éxito”.
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