El presidente Alberto Fernández recibió este lunes por la noche a dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) en la residencia de Olivos.
Por la central obrera estuvieron presentes dos de los tres integrantes de la cúpula directiva: Héctor Daer y Carlos Acuña. Pablo Moyano, también integrante del triunvirato, no fue convocado y el camionero analiza dejar la conducción de la Central enojado con la actitud de la Casa Rosada.
El encuentro fue ideado por Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez y gestionado por Daer: buscaron reconocer el “papel institucional” del Presidente en medio del papel protagónico de Cristina Kirchner y el fuerte rol ejecutivo de Sergio Massa en el trazado económico.
Tal como se había acordado, fue a “agenda abierta”, aunque se sabe que hablaron de la macroeconomía, la inflación, las paritarias y las elecciones de 2023, aunque también se analizó el duro conflicto que paralizó la industria del neumático, que es seguido con preocupación por la CGT.
En medio de una crisis inflacionaria, que mantiene los índices por arriba del 7% en los últimos dos meses, la revisión de los acuerdos paritarios de todos los sectores fue uno de los ejes centrales del encuentro.
No se esperaban grandes anuncios tras la reunión, aunque el Gobierno intentó avanzar con la intención de instrumentar antes de fin de año el pago de una suma fija para los trabajadores privados, una medida que es resistida por la CGT. “Nosotros queremos paritarias libres”, repite siempre Daer, uno de los dirigentes con mejor llegada al Presidente, cuando se lo consulta sobre el tema.
Este lunes, por ejemplo, en el Ministerio de Trabajo que conduce Claudio Moroni se reabrió la de la Asociación Bancaria, ante los pronósticos de que la inflación en este 2022 llegará a rondar el 100 por ciento, de acuerdo a los cálculos de consultoras públicas y privadas.
Un caso que citan como testigo es el aumento que logró el sindicato del Seguro, que obtuvo un adicional del 50% por la reapertura de las paritarias y que posibilitó una suba anual del 109,75 por ciento. El titular de ese gremio es el secretario de prensa de la CGT, Jorge Solá.
La posibilidad del pago de una suma fija para los trabajadores recibió un gran impulso desde el kirchnerismo porque sostienen que algunos gremios no podrán alcanzar aumentos significativos en las paritarias. Hay otros sectores internos del Gobierno en los que no están convencidos de aplicar ese incremento.
En UPCN, la Unión del Personal Civil de la Nación, el sindicato más grande de la administración pública, ya solicitaron que se adelante para noviembre una de las cuotas del aumento del 10% que habían acordado para comienzos de 2023. También pedirán un bono no remunerativo en diciembre y que en enero se negocie una nueva pauta de aumento para todo el año.
Otros gremios atraviesan un panorama similar. E Incluso entraron en conflicto ante la falta de soluciones. El que más visibilidad cobró en los últimos días fue el del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático de la Argentina (SUTNA) que comenzó en abril, fue escalando en intensidad y todavía no tuvo resolución. Las demandas obreras que comenzaron en abril aún no fueron resueltas en la paritaria.
Según la conducción del SUTNA, les ofrecieron un 38% de alza de los salarios y las cámaras empresarias no aceptan el pago de horas extras a un 200% durante los fines de semana. Por eso, durante el fin de semana la producción de neumáticos en el país quedó paralizada en las tres principales fábricas del sector.
Por otra parte, el Sindicato Único de Trabajadores del Peaje (SUTPA) lanzó una nueva medida de fuerza luego de una protesta en la autopista La Plata-Buenos Aires y las rutas del Corredor Atlántico tras denunciar que la empresa concesionaria, AUBASA, no estaba dispuesta a conversar sobre un acuerdo paritario. Aunque hubo conciliación obligatoria, el problema subsiste.
También en ATILRA, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, subsiste un conflicto luego de que una empresa de Carlos Casares echara a 29 empleados tras un bloqueo sindical. El gremio quería la recategorización de 14 trabajadores.
En tanto, con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), se dispuso la conciliación obligatoria por 15 días en el conflicto en los puertos. El sindicato de Remolcadores reclama una recomposición salarial urgente y lanzó un paro que dejó varada el viernes de la semana pasada a la Fragata Libertad en su viaje de instrucción número 50 a altura de la ciudad de La Plata durante unas cuántas horas.
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