Axel Kicillof cerró la campaña presidencial de Lula en La Plata: “Vinimos a darle nuestro apoyo para que vuelva a ser presidente”

El evento se organizó en la capital de la provincia de Buenos Aires y contó con la presencia del gobernador local y artistas invitados

Axel Kicillof cerró el cierre de campaña de Lula presidente

A una semana de las elecciones presidenciales en Brasil —pautadas para el domingo 2 de octubre próximo—, el territorio de la ciudad de La Plata fue el escenario en el que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inacio Lula da Silva eligió para cerrar su campaña en Argentina, aunque no esutvo presente. El lugar en el que se organizó el evento fue el edificio Néstor Kirchner de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata.

En su discurso de cierre, Axel Kicillof llamó a apoyar a Lula para que vuelva a ser presidente. “Hoy todos sabemos que Lula es inocente, fueron mentiras, patrañas televizadas mil horas”, expresó el gobernador sobre las causas judiciales del líder brasileño.

“Lula trabajó contra la pobreza y lo hizo no sólo con el discurso, lo hizo con lo que saben hacer los líderes populares con politicas sociales. Todos sus programas fueron dirigidos para sacar al país del atraso y la pobreza. Fue un hombre fundamental para Latinoamérica y Argentina”, agregó.

El evento comenzó a las 14 horas y contó con shows en vivo de Teresa Parodi, Carinhosos da Garrafa y Shirlene Oliveira. Para las próximas elecciones, tanto el actual presidente Jair Messias Bolsonaro como su principal contendiente, Luiz Inácio Lula da Silva, temen llegar a la segunda vuelta, aunque por razones diferentes.

Si bien el último sondeo de Datafolha, publicado esta semana, ve cómo Lula sube al 47% y Bolsonaro se mantiene firme en el 33%, el Partido de los Trabajadores (PT) teme que en esos 28 días pueda pasar cualquier cosa, que los ánimos se caldeen, y la violencia política aumente, que el proceso electoral se vea amenazado y que el propio Lula dé algún paso en falso. En definitiva, se teme que cualquier ventaja acumulada por Lula se disipe en favor de Bolsonaro.

El ex presidente envió una carta al Papa Francisco, que será entregada en los próximos días por el senador Eduardo Suplicy, del PT. Lula llama al Papa “querido amigo” y le agradece la misiva que recibió cuando estaba preso en Curitiba, pero también le advierte que la segunda vuelta “es un riesgo” y que habrá “necesidad en caso de victoria de garantizar nuestra investidura”. Sin embargo, según Eurasia Group, el peligro de que en esos 28 días se produzca un golpe de Estado que socave la democracia brasileña es exagerado, porque en Brasil el poder no está centralizado en el ejecutivo y por el poco interés de las fuerzas armadas en adoptar una posición de ruptura con las instituciones. El año pasado, el vicepresidente y general Hamilton Mourão calmó el furor diciendo que aunque no se aprobara la propuesta de una papeleta impresa (junto al actual voto electrónico), nadie impediría las elecciones porque “Brasil no es una república bananera”, dijo.

El candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inacio Lula da Silva

El punto crítico, sin embargo, para una eventual segunda vuelta sigue siendo la llamada dispersión de los sondeos electorales, que a menudo presentan brechas muy diferentes entre los dos candidatos, alimentando igualmente las expectativas de los dos bandos. Esto podría agravar la decepción de los pro-Bolsonaro en caso de victoria de Lula en la primera vuelta y provocar gritos de fraude con un potencial escenario de protestas e incluso enfrentamientos. En una entrevista concedida a la cadena de televisión brasileña SBT hace unos días, el presidente de Brasil dijo que si no ganaba en la primera vuelta con más del 60% de los votos “algo anormal” debía haber ocurrido en el Tribunal Superior Electoral (TSE), evocando el fantasma del fraude.

La izquierda brasileña, por su parte, teme sobre todo el abstencionismo. En particular el de los suburbios, donde Lula goza de un buen caudal electoral. A pesar de que en Brasil se vota desde los 16 años y el voto es obligatorio a partir de los 18, en las elecciones de 2018 el 20% de los brasileños se abstuvo, una cifra ya superior a la de los años anteriores. En febrero, incluso, el Tribunal Superior Electoral registró la menor cantidad de nuevos votantes, poco más de 830 mil contra 1,4 millones en el mismo período del 2018. Una campaña del TSE en las redes sociales, llamada “Rolê das Eleições” (El rol de las elecciones), hizo que en una semana 96.425 jóvenes de 16 y 17 años tomasen el registro de votantes por primera vez en su vida.

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