“Hay que estar alerta. La eliminación de las PASO en algunas provincias como Salta y San Juan son un operativo clamor indirecto. Tenemos que estar atentos para evitar que las saquen”. La frase corresponde a un diputado de Juntos por el Cambio que entiende que la posibilidad de que el oficialismo intente suspender las elecciones primarias no está completamente sepultada.
En la coalición opositora tienen dudas sobre el accionar del Gobierno. No alcanzaron las explicaciones oficiales del Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y la Portavoz, Gabriela Cerruti, que negaron que en la Casa Rosada haya intenciones de avanzar sobre esa idea.
Tampoco les convenció que el gasto para realizar las Primarias aparezca en el Presupuesto 2023 que ideó el ministro de Economía, Sergio Massa, y que fue enviado al Congreso la semana pasada. Ni que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, haya asegurado que no tiene en su poder ningún proyecto para removerlas.
¿Dónde residen las dudas? En distintas terminales de la alianza opositora advierten que detrás de la explicación oficial, en el interior del país, hay gobernadores que ya decidieron suspender las elecciones primarias o que dejaron entrever la posibilidad de hacerlo en el corto plazo. Temen “una ola” de modificaciones provinciales, que den pie a un cambio nacional.
Los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta) y Sergio Uñac (San Juan) ya dieron de baja las PASO. En Chubut, donde gobierna el massista Mariano Arcioni, la Legislatura trabaja sobre un proyecto que las quita, mientras que en Catamarca, provincia conducida por Raúl Jalil, gobernador peronista muy cercano a la Casa Rosada, el vicegobernador, Rubén Dusso dejó saber que está la idea de suspenderlas. “La gente está cansada de que se la someta a dos o tres elecciones. Hay que lograr los consensos por el sí o por el no, prestando atención a los momentos. Hay intendentes que quieren las PASO y otros que no”, explicó. Lo que anticipan en Catamarca es que si las elecciones se desdoblan, los catamarqueños concurrirán a las urnas en cuatro oportunidades.
Lo que notan en la oposición es que en las últimas semanas el tema empezó a aparecer en la agenda de algunos gobernadores y que eso mantiene la idea latente de que, al final del camino, el gobierno nacional puede cambiar las reglas del juego. Entonces, aumentó la desconfianza sobre el accionar del oficialismo.
Para el peronismo la realización de las PASO son discutibles, para Juntos por el Cambio, no. En la coalición opositora aseguran que las internas democratizan los espacios políticos y que quitarlas de la noche a la mañana sería solo por un capricho del oficialismo, acostumbrado al ordenamiento vertical de la lapicera de Cristina Kirchner y los gobernadores.
“Que saquen las PASO en cualquier lugar del país nos va a complicar. Sobre todo si hay muchos precandidatos. Pero también, en algún punto, nos va a obligar a un ejercicio de mayor entendimiento”, se sinceró un dirigente de Juntos por el Cambio, que reconoce la importancia que tiene el sistema de primarias para la oposición.
Cada vez que Juntos por el Cambio - o Cambiemos, más atrás en el tiempo - utilizó las PASO como sistema para resolver las candidaturas, terminó fortalecido. No es casualidad que haya sectores dentro del Gobierno que consideren conveniente quitarlas. “Con las PASO solo beneficias a la oposición”, sentenció, sin titubeos, un importante funcionario del gobierno nacional.
En la misma sintonía de Juntos por el Cambio se expresaron los socialistas Mónica Fein y Enrique Estevez, que integran el Interbloque Federal, donde están los cordobeses Alejandra Vigo, Carlos Gutiérrez y Natalia de la Sota, que en el final de la última semana dejaron en claro que están en contra de las PASO. “Son un gastadero de plata”, advirtieron. El realización de las Primarias divide aguas.
En tanto, Alejandro “Topo” Rodríguez, hombre de extrema confianza de Roberto Lavagna, y presidente de ese interbloque, no está de acuerdo con las PASO, pero si al día de hoy se pusiera en debate un proyecto para eliminarlas, no lo votaría. No se pueden cambiar las reglas de juego con tanta cercanía a las elecciones. En cambio, si lo avalaría en el 2024, de cara a los comicios legislativos del 2025.
Existen altos niveles de desconfianza en la relación del oficialismo y la oposición desde hace tiempo, pero en el tema de las PASO esa desconfianza se profundizó. Sobre todo en las filas opositoras, donde están convencidos que la idea matriz del peronismo es, más temprano que tarde, suspenderlas a nivel nacional.
Por eso para Juntos por el Cambio la continuidad de las elecciones primarias, y un pronunciamiento oficial consistente, es un tema central en una posible agenda para avanzar en un diálogo entre las partes, que tenga como objetivo mejorar el vínculo democrático. Es un tema que, según repiten en todos los rincones de la coalición, no se puede tocar.
En el Frente de Todos, en cambio, hay un margen de acción para discutirlo. Es lo que se está viendo en el interior del país con las expresiones de los gobernadores peronistas. Si existe la posibilidad de concretar un diálogo entre los líderes de las coaliciones, las PASO no pueden entrar en discusión.
Fue una voz del oficialismo la que expuso la coherencia que debería tener el planteo. El diputado nacional y asesor presidencial Leandro Santoro, aseguró: “Si hablamos de paz social y de diálogo político, lo peor que podemos hacer es cambiar las reglas del juego para la próxima elección, porque eso solo va a generar más tensión”.
Las puertas del diálogo pareció cerrarlas anoche el ex presidente Mauricio Macri. El mismo que las había abierto el viernes por la tarde, al considerar que estaba dispuesto al diálogo con Cristina Kirchner, pero “con la Constitución sobre la mesa”. Anoche, sostuvo que el Gobierno “sobreactúo” después del atentado a la Vicepresidenta y acusó de “ineptos” a Alberto Fernández y su compañera de fórmula.
Ninguna de las apreciaciones de Macri buscaron generar un escenario proclive al diálogo entre el Gobierno y Juntos por el Cambio. Su primo, Jorge Macri, había adelantado esa postura en la tarde del domingo. “No veo una razón para que hablen”, indicó, sobre un posible encuentro con Cristina Kirchner.
El escenario para un posible diálogo de acuerdo entre el oficialismo y la oposición está cada vez más embarrado. El consenso entre los máximos líderes parece una utopía. La desconfianza sobre la posibilidad de suspender las PASO lo único que generó fue un nuevo capítulo de la novela de diferencias en las que están enredados el Gobierno y Juntos por el Cambio.
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