El fuego avanza y, a su paso, quedan devastadas miles de hectáreas. Las nuevas condiciones que impone el cambio climático, con sequía extrema y altas temperaturas, disparan la cantidad de incendios forestales en Argentina en los últimos años. El humo que azotó esta semana a Rosario por el fuego en el Delta del Paraná desató la alarma entre las autoridades.
La tendencia se mantendrá en aumento: 2022 será uno de los peores años de las últimas décadas. La conclusión se desprende de distintos registros oficiales que analizó la Unidad de Datos de Infobae, basados en imágenes satelitales de organismos internacionales, así como también en las opiniones de los expertos consultados.
Desde 2019 hasta la actualidad se registraron más de 7.300 incendios que afectaron por lo menos 2.417.764 hectáreas en Argentina, de acuerdo a los números reportados por las provincias al Ministerio de Ambiente de la Nación. La superficie quemada continúa, de la mano del fenómeno climático de “La Niña”, en ascenso. Según esos registros oficiales, en estos meses de 2022 ya se superó lo acumulado en todo 2021.
“Está claro que es un año muy complejo, muy crítico en materia de incendios”, aseguró Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente. “La situación es malísima: hay siete provincias afectadas en este momento. La sequía muy extrema ya lleva tres años consecutivos con registros cada vez menores de lluvias año tras año y esto genera un escenario muy propicio para los incendios”, indicó ante la consulta de Infobae.
La superficie quemada en 2022 es mucho mayor a esos registros oficiales. Una medición del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) indicó que sólo en la provincia de Corrientes la superficie incendiada entre enero y marzo de este año es 10 veces mayor a la reportada por las provincias. Mientras los datos oficiales consignan para Corrientes 86.987 hectáreas afectadas por el fuego en todo 2022, el INTA contabilizó más de un millón sólo hasta marzo.
La medición realizada por el instituto que depende del Ministerio de Agricultura está basada en imágenes satelitales tomadas por la NASA que, en primer lugar, detectan focos de calor desde el espacio que superan ampliamente la temperatura promedio del lugar. Después que el fuego desaparece, sólo son contabilizadas desde el espacio las hectáreas que se muestran un color de escala negro o gris, tal como se perciben las cenizas desde el espacio.
“La cantidad de focos de calor, que tienen una relación directa con el área quemada, son indicios que nos dicen que fueron los incendios más extensos en superficie en la historia reciente de Corrientes”, alertó Ditmar Kurtz, doctor en Ciencias Agrarias del INTA que coordinó este estudio del INTA.
Los datos aportados por el Grupo de Recursos Naturales de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Corrientes señalan que la superficie quemada representa un 12% de la provincia. La cobertura vegetal más afectada detectada fue la de los esteros (y otros bañados) con 333.000 hectáreas.
La diferencia entre los registros provinciales y las mediciones satelitales realizadas de este organismo del Ministerio de Ambiente se repiten en otras jurisdicciones. Entre Ríos, ahora bajo la lupa por los incendios en la vera del Río Paraná, ha reportado hasta el momento apenas 2376 hectáreas quemadas en todo 2022. Sin embargo, otro estudio del INTA asegura que sólo entre enero y febrero de este año la superficie que quedó bajo fuego fue de 88.000 hectáreas. Este número no incluye los masivos focos de incendios reportados desde agosto que cubrieron de humo Rosario y otros centros urbanos santafesinos.
Las autoridades nacionales no cuentan con un registro nacional basado en imágenes satelitales sobre superficie quemada, informaron fuentes oficiales. Desde el Ministerio de Ambiente adelantaron a Infobae que se está trabajando en una plataforma automatizada que utilice el material enviado por la NASA y por la Agencia Espacial Europea, que estaría disponible -indicaron- desde comienzos de 2023.
Argentina es uno de los diez países que más superficie de árboles perdieron en la última década, según reveló la organización Global Watch Forest. Los recursos públicos aumentaron, pero el fuego de 2022 es uno de los más intensos de los últimos tiempos. Aunque 2020 había sido hasta el momento el año con más superficie bajo fuego en las últimas décadas, estos meses amenazan con igualar esa tendencia.
Las causas del fuego
La actividad humana, principalmente vinculada a la agricultura y ganadería, es determinante en el inicio de los incendios forestales: el 95% de los fuegos registrados en Argentina comenzaron por negligencia del ser humano. Pero hay factores externos que colaboran para que ocurran estos incidentes y, también, que dificultan las acciones gubernamentales para apagar el fuego.
Más de la mitad del territorio argentino atraviesa una sequía sin precedentes en los últimos tres años por el fenómeno climatológico conocido como “La Niña”. Eso se combina con el aumento de las temperaturas y las habituales olas de calor por el calentamiento global, lo que genera un ambiente propicio para la expansión del fuego en superficies como malezales y pastizales, en especial en las regiones del centro y el norte del país.
“Debería haber un aumento significativo presupuestario de las provincias, más allá de los recursos que pueda aportar el gobierno nacional. Está claro que los recursos para la lucha y prevención de incendios así como la infraestructura disponible no son suficientes. Tampoco alcanzan los brigadistas disponibles, que son clave porque por más aviones hidrantes que tengas, son ellos los que atacan los focos de incendios directamente”, aseguró Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
El Ministerio de Ambiente sostiene que multiplicó 30 veces el presupuesto destinado para el combate de incendios. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, afirmó esta semana en el Congreso que el gobierno nacional mantiene un aumento sostenido en los últimos años sobre el presupuesto del Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Particularmente en 2022, el incremento presupuestario fue superior al 3000% para este organismo, una cifra que llegó hasta los 6.638 millones, y ya se devengaron el 88% de esos fondos.
Problemas legales
“Solicitamos a la Justicia que metan a alguien en cana. A los dueños de los campos. Los nombres los tienen”, dijo el viernes el ministro de Ambiente Juan Cabandié, mientras recorría las zonas afectadas por el fuego en el Delta del Paraná. El reclamo por la falta de consecuencias ante los incendios también es parte de la agenda de asociaciones ambientalistas, como Greenpeace.
“La intencionalidad o la negligencia sobre los fuegos no está penalizada en Argentina. Los incendios no están penalizado en ninguna ley, salvo que haya una situación en la que estén afectadas vidas de personas. No está actuando la justicia penal en este tema, actualmente sólo se ponen multas”, afirmó.
La posibilidad más concreta para judicializar los incendios intencionales en el Delta del Paraná es agregar la cuestión dentro de la Ley de Humedales que se está discutiendo en el Congreso. Los proyectos de ley buscan conservar los humedales mediante un proceso de inventario que permitiría identificarlos con sus características particulares para poder protegerlos.
Los reclamos para incluir modificaciones legales también incluyen a los propios funcionarios del gobierno nacional. Federovisky advirtió que se necesita “trabajar sobre conductas dolosas o negligentes” para que no se encienda el fuego. “La única forma de manejar esta situación es sin fuego. Es muy complejo el control del incendio en condiciones tan adversas”, sostuvo el viceministro.
¿Cómo se procesó la información?
La unidad de datos de Infobae accedió a los datos estadísticos de la Dirección Nacional del Servicio de Manejo del Fuego. También se consultaron documentos del INTA e imágenes satelitales a través de la plataforma Zoom Earth y de la base de datos FIRMS, Fire Information for Resource Management System de la NASA.
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Procesamiento y visualización de datos: Andrés Snitcofsky
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