(Enviado especial) Alberto Fernández llegó por primera vez a Nueva York para participar de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que ya sufre inéditas complicaciones en su rutina diplomática por la impresionante convocatoria de líderes mundiales al funeral organizado en Londres para la Reina Isabel II.
El Presidente no tuvo posibilidades de diseñar una extensa agenda de reuniones bilaterales por la ausencia de los jefes de Estado, que comenzarán a llegar hoy a la capital del ex Imperio Británico. En Londres se aguardan cerca de 500 invitados oficiales que cumplirán un rito protocolar ajustado a la pompa y circunstancia de una ceremonia que no sucedía desde 1952.
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), no viajará al Reino Unido y protagonizará una apretada agenda en el marco de la Asamblea General de la ONU. En este contexto, Alberto Fernández y Georgieva se encontrarán mañana en el consulado argentino para continuar un diálogo político e institucional que inició hace dos años y medio en Roma.
El presidente cree que el FMI debería multiplicar su ayuda financiera a los estados pobres y a los países de ingresos medios, una agenda que es compartida por Georgieva y resistida por los miembros más poderosos del organismo multilateral creado en Bretton Woods. Estados Unidos, Alemania, Japón y el Reino Unido dudan de aprobar fondos extras para los socios de la periferia que sufren las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Antes de confirmar su cónclave con Georgieva, el jefe de Estado mantuvo un diálogo extenso con Emmanuel Macron que atravesó los mismos temas que abordará con la directora gerente del FMI. En esa conversación, Macron propuso un encuentro con su colega argentino en Londres durante las exequias de la Reina Isabel II.
Alberto Fernández le recordó la herida abierta en las Islas Malvinas, Macron pidió disculpas por la gaffe y a continuación resolvió invitarlo a una cena de trabajo para analizar la situación de los recursos energéticos a nivel global.
La cena será en New York y es posible que Alberto Fernández y Macron aprovechen la oportunidad para celebrar un cónclave destinado a analizar también la situación mundial como consecuencia de la guerra ilegal que Rusia desató en Ucrania. Este conflicto en el centro de Europa agregó más tragedia a los costos humanitarios y económicos ya causados por la pandemia del COVID-19.
Alberto Fernández y Macron tienen una fluida relación personal y los dos comparten la preocupación por la crisis alimentaria y la caída abrupta en la provisión de energía. El Presidente argentino cuestiona la decisión de Europa de imponer sanciones económicas a Rusia y considera que Joseph Biden debe terminar con el suministro de armamento a Ucrania para enfrentar a las tropas del Kremlin.
En cambio, el jefe de Estado propone una mesa negociación entre las partes y se ha ofrecido para actuar como mediador junto a otros líderes globales. Macron apoya las intenciones de Alberto Fernández y comparte sus cuestionamientos éticos y políticos a la decisión de imponer sanciones económicas a Moscú.
Alberto Fernández tiene previsto concurrir a la cena organizada por Macron para tratar la agenda energética y también confirmó su participación en un almuerzo de trabajo convocado por Pedro Sánchez. El Presidente de España ha puesto foco en la seguridad alimentaria -que se ha deteriorado por la guerra en Ucrania- e invitó al jefe de Estado para escuchar su opinión al respecto.
Durante sus participaciones en la CELAC (Buenos Aires), la Cumbre de las Américas (Los Ángeles) y el G7 (Hamburgo), Alberto Fernández insistió con la necesidad de establecer una hoja de ruta para evitar que el conflicto europeo profundice la hambruna en África y complique la provisión de alimentos en América latina y Asia.
En este contexto, el Presidente concurrirá al almuerzo organizado por Sánchez para presentar la posición de la Argentina y la CELAC en cuanto la seguridad alimentaria en el mundo. Alberto Fernández considera que la región puede ser proveedora de trigo, maíz y soja, pero también se muestra preocupado por el incremento de los precios de estos comodities a raíz de la guerra en Ucrania.
Las ideologías extremas empiezan a ocupar espacios claves en Europa, y este fenómeno político ha sido motivo de conversación entre el Presidente y sus colegas Macron y Sánchez. En Francia y España movimientos anti sistemas suman votos en todas las elecciones, y en Italia el neofascismo puede llegar al poder en apenas una semana.
Además de los alimentos y la energía, Alberto Fernández y los líderes de Francia y España también dialogarán sobre el corrimiento ideológico de Europa, que pone en jaque al derecho liberal y al Estado de bienestar.
El Presidente utilizó su viaje a New York para afilar el discurso que pronunciará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la tarde del 20 de septiembre. Su objetivo geopolítico es alertar sobre las consecuencias sociales y económicas causadas por la guerra en Ucrania y la pandemia del COVID-19.
Alberto Fernández también tiene previsto alertar sobre el avance de la derecha alrededor del mundo y presentar una condena explícita a la violencia política. En este tramo del discurso -si no cambia de opinión a último momento-, el jefe de Estado aludirá al intento fallido de asesinato que sufrió Cristina Fernández de Kirchner.
-¿Cual es el objetivo del viaje a las Naciones Unidas, que planteo hará en la Asamblea General?-, preguntó Infobae al Presidente.
-El mundo está atravesando un momento singular. La post pandemia la estamos atravesando con una guerra que ha puesto en crisis la alimentación y la distribución de energía en el mundo. El hemisferio sur padece las consecuencias de todo eso de mayor modo porque su desarrollo es más complejo. La asamblea de la ONU puede servir para buscar caminos que pongan fin a la crisis mundial de alimentos y energía-, contestó Alberto Fernández.
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