Jorge Gorini no solo sentencia causas judiciales de alto impacto político, también peleas de boxeos. Es juez de ese deporte, una de sus pasiones, además de River Plate. Hoy frente a su casa la Policía Federal detonó un paquete sospechoso que su custodia halló en el frente. Se trató de frutas de envueltas y tanto él como su familia resultaron ilesos.
No es la primera intimidación que sufre el magistrado en los últimos tiempos. En julio pasado fue intrusada la oficina que tiene bajo reserva las declaraciones juradas de los jueces nacionales y federales. Se revisaron 33 sobres, entre ellos el de Gorini. Se trata de los anexos reservados que tiene información sobre domicilios, cuentas bancarias, tarjetas de crédito. Lo mismo hicieron con los sobres de los jueces Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, los compañeros de Gorini en el juicio por la obra pública en el que la principal acusada es la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La semana pasada Giménez Uriburu denunció otro hecho extraño. Dijo que desde su compañía de teléfono celular se comunicaron para informarle que el chip que había comprado ya lo podía cambiar en el celular. Pero el juez no había cambiado ningún chip. Alguien se había hecho pasar por él.
Gorini es juez del Tribunal Oral Federal 2 de Comodoro Py desde noviembre de 2011 cuando lo designó Cristina Kirchner. Antes había sido titular del juzgado criminal 36 y designado allí por Néstor Kirchner. En ambos casos después de aprobar el concurso público del Consejo de la Magistratura de la Nación y quedar entre los mejores postulantes para el cargo.
De bajo perfil, Gorini es juez de Comodoro Py, el edificio judicial por el que pasan las causas de corrupción contra funcionarios públicos y empresarios y que forma parte de las críticas de la política. Desde su cargo en el Tribunal Oral Federal 2 intervino en causas resonantes. Fue uno de los magistrados que en diciembre de 2012 condenó a cuatro años de prisión a la ex ministra de Economía Felisa Miceli por la bolsa con dinero hallado en el baño de su despacho.
También intervino en el caso por las irregularidades en la investigación del atentado a la AMIA. Condenó al ex juez Juan José Galeano y a los fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia. Fue uno de los magistrados que intervino en el primer juicio oral por la tragedia ferroviaria de Once y condenó al maquinista, a los directivos de Trenes de Buenos Aires y a ex funcionarios. Este año también condenó en un juicio oral al falso abogado Marcelo D´Alessio por extorsión.
Desde mayo de 2019 es uno de los jueces centrales para la política por el juicio oral por la obra pública en el que la principal acusada es Cristina Kichner. Se trata del primer juicio oral para la ex presidenta que está en su etapa final. De hecho el lunes comienzan los alegatos de la defensa de la vicepresidenta.
El fiscal Diego Luciani pidió que Cristina Kichner sea condenada a 12 años de prisión y a la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por considerarla jefa de una asociación ilícita y por administración fraudulenta contra el estado.
El pedido de condena generó tensión política. Comenzaron frente al domicilio de la vicepresidenta una vigilia de apoyo de parte de manifestantes. Fue así durante 11 días hasta que el 1° de septiembre pasado sufrió un atentado en el que quisieron matarla.
Gorini y sus colegas del tribunal oral volverán a concentrar la atención política hacia fin de año. Antes que termine el 2022 tienen la expectativa de dar a conocer el veredicto en el juicio por la obra pública.
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