El ex presidente Mauricio Macri fue invitado por la familia de Shinzo Abe al funeral de Estado que se celebrará el 27 de septiembre en Tokio, tras el asesinato del ex Primer Ministro japonés. Entre otros líderes globales, participarán el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau; su par indio, Narendra Modila; la Vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris; el titular del Consejo Europeo, Charles Michel; el ex mandatario norteamericano Barack Obama; y la ex canciller alemana, Angela Merkel.
Durante su mandato, Macri desarrolló un vínculo cercano con el difunto Premier nipón, una relación forjada a lo largo de cuatro años con reuniones de trabajo en al ámbito bilateral y del G20 realizado en Argentina, que fortaleció la confianza y el respeto entre ambos líderes. La oficina del ex mandatario argentino reveló que la invitación llegó “por un pedido expreso de la familia del ex Primer Ministro ABE”, a la vez que expresaron que “sería un honor y una íntima emoción” para ellos “que el Sr. ex Presidente pudiera acompañarlos en este momento de honda significación en sus vidas”.
Shinzo Abe se convirtió en el primer ministro más longevo de Japón cuando llegó al poder en 2006 con 52 años. Durante ese primer mandato, gobernó el país entre 2006 y 2007. El 12 de septiembre de 2007, anunció la dimisión a su cargo argumentando la falta de confianza del pueblo japonés en su gestión. Volvió al poder entre 2012 y 2020, lo que lo convirtió en el primer ministro con más años de servicio en la historia de Japón.
Abe era un político de sangre azul que fue preparado para seguir los pasos de su abuelo, el ex primer ministro Nobusuke Kishi. Su retórica política a menudo se centró en hacer de Japón una nación “normal” y “hermosa” con un ejército más fuerte y un papel más importante en los asuntos internacionales.
Sus primeros pasos en la política los dio cuando se desempeñó como asistente ejecutivo del Ministro de Asuntos Exteriores, secretario personal del presidente del Consejo General del Partido Liberal Democrático (PLD). Luego, Shinzo Abe fue elegido como diputado de cámara baja del distrito electoral en la Prefectura de Yamaguchi en 1993, tras la muerte de su padre dos años antes. Ganó las elecciones con el mayor número de votos a favor en la historia de la prefectura. En 1999 fue director de la División de Asuntos Sociales, y Secretario en Jefe en los gobiernos de Yoshiro Mori y Junichiro Koizumi entre el 2000 y el 2003, año en el que fue nombrado Secretario General del PLD.
El ex primer ministro fue el jefe negociador por parte del Gobierno japonés que apoyaba a las familias de los secuestrados en Corea del Norte y acompañó a Koizumi en su visita a Kim Jong-il en 2002.
El 31 de octubre del 2005, fue escogido secretario en jefe del quinto Gabinete de Koizumi, reemplazando a Hiroyuki Hosoda. Abe Shinzo se identificó con las políticas reformistas del primer ministro, en muchas ocasiones controvertidas, tendentes a revigorizar la economía japonesa.
Su segunda gestión, que duró ocho años, concluyó con su renuncia al cargo de Premier en 2020 argumentando que había resurgido un problema de salud crónico. Abe ha tenido colitis ulcerosa desde que era un adolescente y ha dicho que la condición se controló con tratamiento.
En ese momento dijo a los periodistas que era “desgarrador” dejar muchas de sus metas sin terminar. Habló de su fracaso para resolver el problema de los japoneses secuestrados hace años por Corea del Norte, una disputa territorial con Rusia y una revisión de la constitución de renuncia a la guerra de Japón. Esta última meta fue una gran razón por la que fue una figura tan divisiva.
Su ultranacionalismo irritó a las Coreas y China, y su impulso para normalizar la postura de defensa de Japón enfureció a muchos ciudadanos de su país. Abe no logró su preciado objetivo de reescribir formalmente la constitución pacifista redactada por los EEUU debido al escaso apoyo público.
Los partidarios de Abe dijeron que su legado era una relación más sólida entre Estados Unidos y Japón, que tenía como objetivo reforzar la capacidad de defensa de Japón. Pero Abe también se ganó enemigos al forzar sus objetivos de defensa y otros temas polémicos en el Parlamento, a pesar de la fuerte oposición pública.
El ex mandatario falleció la mañana del viernes 8 de julio de este año, luego de recibir un impacto de bala por la espalda durante un evento de campaña en la región de Nara.
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