Cristina Kirchner eligió el encuentro con curas villeros que encabezó en el Senado para hablar por primera vez luego del atentado que sufrió en la puerta de su casa, donde Fernando Sabag Montiel intentó matarla. En su discurso, la Vicepresidenta no sólo habló del hecho ocurrido el pasado 1 de septiembre, sino también de la situación económica que atraviesa el país y, en ese sentido, llamó a un entendimiento con la oposición. Incluso, aclaró que ya logró la máxima ambición que puede tener un dirigente político, que es ser presidente, y agregó: “Las cosas que me animan son ver realmente si podemos salir”.
Durante su discurso, Fernández de Kirchner recordó el día que se reunió con el economista Carlos Melconian: “Nadie puede pensar que yo tengo las mismas ideas que Melconian en política. Pero esta es la gracia. La gracia no es juntarse con los que piensan igual. La gracia es juntarse con los que piensan distinto y ver, si al menos en economía, podemos tener un acuerdo mínimo. Porque todos hablan de la inflación. El problema es que la inflación viene porque no tenemos moneda que es lo que yo opino, vieron en las conferencias que venía dando de la economía bimonetaria. Es eso, hay que ponerse medianamente de acuerdo en eso para volver a reconstruir”.
“La verdad es que cuando yo fui a hablar con él lo hice con esa intención y sigo con la misma intención de siempre. Primero porque es cierto que todos los dirigentes políticos quieren ser presidente como dicen los curas que quieren todos ser Papa ¿no?¿Qué cura no quiere ser Papa? Obviamente. Y la verdad que en mi caso yo ya fui presidenta dos veces. O sea: la máxima ambición que tiene un político, una política en Argentina, que es ser presidente, yo ya la tuve por partida doble. Y además de eso mi compañero también fue presidente. O sea: no son esas las cosas que me seducen ni las cosas que me animan. Las cosas que me animan son ver realmente si podemos salir”, explicó.
Al recordar el día que sufrió el atentado en la puerta de su casa, la titular del Senado resaltó que “fueron los militantes los que aprehendieron a quien me había intentado matar, los militantes, no fue la policía, fueron los militantes los que lo detuvieron”. Y agregó: “No solamente lo detuvieron, impidieron que fracasado el primer disparo, intentó apuntar nuevamente el arma y se lo impidieron. Y no hicieron justicia por propia mano, ni lo lincharon, ni nada. Hicieron lo que corresponde hacer a ciudadanos democráticos, cristianos. Lo entregaron a la policía, la ley”.
“La verdad que yo no creo que tengamos que sancionar ninguna ley especial, sinceramente, no creo que reconstruir eso que tanto trabajo nos costó lograr a partir de 1983 no requiere la sanción de ninguna ley. Las que ya están vigentes alcanzan y sobran. Lo que hay que poner es mucha institucionalidad, mucho respeto democrático y cívico para reconstruir, porque si además no hacemos eso, ¿ustedes creen que es posible reconstruir económicamente el país?”, consideró.
En ese sentido, consideró que “lo que pasó el otro día fue algo más, fue una ruptura. Una ruptura de eso que tenemos que volver a construir urgentemente porque esa pasión que todos tenemos porque la gente pueda volver a comer, pueda volver a tener un trabajo, no lo vamos a lograr hablando únicamente entre los que pensamos de una manera”.
En varias partes de su exposición, la Vicepresidenta insistió en la necesidad de recuperar el diálogo, incluso con los que piensan distinto, para reconstruir la economía “como hacía Cristo”, ejemplificó y bromeó: “Me volví un poco mística, un poco de razones me asisten”. Al cierre, parafraseó al papa Francisco y dijo: “Por favor recen por mí porque lo necesito”.
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