La custodia del juez Jorge Gorini halló esta mañana un paquete sospechoso en el árbol frente a la casa, ubicada en el barrio porteño de Villa del Parque. Fuentes oficiales informaron que en una primera instancia se movilizó un patrullero de la Comisaría Vecinal 11 A, quien dio aviso inmediato al Escuadrón Antibombas de la Policía de la Ciudad para que se presente en el lugar.
“El paquete sospechoso es un elemento cilíndrico, embalado con cinta”, se informó. Gorini es uno de los jueces que conforman el tribunal que investiga a Cristina Kirchner por el caso de las obras concedidas a Lázaro Báez en Santa Cruz donde recientemente el fiscal Diego Luciani pidió 12 años de prisión.
Luego de casi una hora de operativo, de acuerdo con lo que precisaron las fuentes a Infobae, las autoridades realizaron una detonación controlada del paquete. En su interior había frutas. Tanto el juez como su familia resultaron ilesos, dentro del domicilio.
También se hizo presente, por prevención, personal del Grupo de Apoyo Psicológico ante la necesidad de que algún damnificado necesitara contención. Según explicaron a este medio, los especialistas del Escuadrón Antibombas enrejaron el paquete sospechoso y procedieron a hacer la detonación controlada, que determinó que no había elementos explosivos sino mandarinas envueltas con cinta.
La investigación del episodio quedó en manos de la jueza María Eugenia Capuchetti, titular del Juzgado Federal Nº5, quien calificó el expediente como averiguación de ilícito, ya que no era un artefacto explosivo. Se trata de la misma magistrada que investiga el atentado contra la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, ocurrido el 1 de septiembre, en el barrio porteño de Recoleta.
La presencia del paquete sospechoso se da a menos de un mes de que, a pedido de la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio de Seguridad decidiera reforzar la seguridad de los tres jueces del tribunal oral federal que juzga a la vicepresidenta.
El pedido de la Corte surgió después de lo que generó el pedido de condena a 12 años de prisión para la vicejefa de Estado y otros acusados y del descargo público que hizo la ex presidenta a través de Youtube y desde el despacho en el Senado, luego de su fallido intento de ampliar la declaración indagatoria ante el tribunal. En esa exposición CFK se refirió puntualmente a Giménez Uriburu, aunque también hizo varios reclamos al tribunal en general y a los dos fiscales, Diego Luciani y Sergio Mola, porque no habrían investigado los mensajes de José López que ella decidió exponer.
El refuerzo de la custodia para los jueces habría tenido que ver con una serie de mensajes en la red social Twitter que instaban a averiguar los domicilios de los funcionarios judiciales para ir a escracharlos. “Hay que difundir los domicilios de estos jueces y fiscales de este pelorron [sic] de fusilamiento, si no se ataca con el mismo calibre no se puede”, fue uno de los mensajes.
Con ese dato, la Corte Suprema elevó un pedido a la Policía Federal. También hubo un reclamo de la Cámara de Casación, que es la que tiene a su cargo las cuestiones atinentes a la organización de los tribunales orales. Dos de los jueces tienen custodia de la PFA y el tercero es custodiado por la Prefectura.
Diez días antes de la solicitud del Máximo Tribunal, Cristina Kirchner había recusado a dos de los jueces del TOF 2, Gorini y Giménez Uriburu, tras la publicación del diario Pagina/12 que dio cuenta que ambos jueces tuvieron reuniones en 2017 y 2018 con la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Antes, la defensa de Cristina Kirchner también había recusado a esos dos jueces por integrar un mismo equipo de fútbol que jugó un torneo en “Los Abrojos”, la quinta del ex presidente Mauricio Macri. A esa recusación se sumaron las defensas de Lázaro Báez, del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, y del ex titular de la Dirección de Vialidad Nacional Nelson Periotti.
En el caso de los fiscales Luciani y Mola, el refuerzo de la seguridad se produjo al comienzo de los alegatos, pudo saber Infobae de fuentes de la Procuración, donde se tramitan esos pedidos. Y luego hubo un nuevo refuerzo en el domicilio de Luciani ante las publicaciones del matutino porteño que motivaron las recusaciones. “No hay ningún pedido nuevo en las últimas horas”, destacó una fuente de la Procuración.
En el marco del juicio, esta semana, además, comenzó la etapa de alegatos por parte de las defensas de los acusados. El lunes fue el turno del ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, mientras que la próxima semana será el de Cristina Kirchner. Ambos deberán responder ante los pedidos de condena y la dura acusación de los fiscales federales Luciani y Mola.
La defensa de De Vido, a cargo del abogado Maximiliano Rusconi, comenzó con polémica su alegato, en el que tuvo un cruce con uno de los jueces del Tribunal Oral Federal 2 por el mate que usó en una de las audiencias. Algo que el letrado calificó como una provocación.
Rusconi señaló, entre sus argumentos, que mientras se discutía la recusación del fiscal Diego Luciani y del juez Rodrigo Giménez Uriburu por integrar el equipo de fútbol Liverpool, el magistrado en una audiencia utilizó un mate con el escudo de ese club. “No nos gustó para nada que uno de ustedes haya mostrado en su mate el logo de un equipo de fútbol en un momento que generaba preocupación. ¿Cree que eso es sano, que contribuye a la República? No, daña a la República”, dijo.
El abogado continuó con su exposición y pidió un cuarto intermedio. Al reanudarse la audiencia, Giménez Uriburu le contestó. El juez dijo que la defensa “aprovechó” su alegato para hacer una crítica cuando el Código no permite interrupciones salvo por cuestiones graves.
“Es el mismo mate que uso en todas las audiencias orales. No estuve atento a cuestiones superfluas hasta que una persona del tribunal me hizo notar que en redes sociales circulaba una foto del mate y decidí dejar de usarlo. Jamás he tenido una actitud provocadora con las partes o el público presente. Jamás se me ocurriría tomar mate para provocar”, sostuvo.
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