Agustina Díaz, la última detenida por el ataque a Cristina Kirchner, negó haber sido parte del plan, aseguró que casi no conocía a al agresor Fernando Sabag Montiel y admitió que su amiga Brenda Uliarte le hablaba de matar a la vicepresidenta, pero nunca le creyó que fuera capaz de hacerlo. “Brenda es fabuladora, fantasiosa, delirante y manipuladora”, dijo. Según subrayó, ella solo le seguía la corriente.
Díaz fue consultada por los mensajes que encontraron los investigadores en el teléfono celular de Brenda. En uno de esos textos, la mujer parecía quejarse por la ineficacia de Fernando Sabag Montiel a la hora de ejecutar el asesinato. “¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a ese tarado?”, escribió. “Puse eso para seguirle la corriente a Brenda”, se excusó este miércoles ante las preguntas que le hicieron en Comodoro Py.
También le interrogaron por un WhatsApp en el que le pedí a su interlocutora que borre todo y tire el móvil. “Dije eso porque tenía miedo de quedar implicada en algo”, contestó. También dijo que le sacó el chip a su teléfono celular, para mostrarlo a los investigadores cuando llegaran a ella y así poder demostrar su inocencia. Una vez finalizada la indagatoria, sus abogados pidieron la excarcelación. Luego les tocó el turno a Sabag Montiel y Uliarte, que eligieron el silencio y se negaron a declarar.
Anoche, la jueza Capuchetti volvió a instalar, por tercera vez, el secreto de sumario en la causa. De hecho, el abogado Juan Manuel Ubeira, querellante en nombre de Cristina Kirchner, se acercó a tribunales esta mañana y no pudo ver la causa. Por la experiencia de las veces anteriores, se especula con que podría haber novedades en las próximas horas. Es que las dos veces que Capuchetti dictó el secreto de sumario fue para detener a Uliarte y a la propia Díaz.
La versión de Agustina Díaz
En una declaración de dos horas y media, la joven respondió las preguntas de la jueza Capuchetti, del fiscal Carlos Rívolo y de sus defensores. La acusación de haber participado y planificado el atentado contra Cristina Kirchner junto a Sabag Montiel y Uliarte. “Quiero aclarar que soy inocente porque nunca participé en esto, no tuve nada que ver en esto”, afirmó.
Su exposición buscó justificar los mensajes que cruzaba con Brenda y que derivaron en su detención. Para los defensores, Marcelo Herrera y Javier Molina, esos chats existieron pero no tienen el voltaje y el significado que se le dio en un primer momento. “En varios mensajes se muestra como que yo la estoy incitando a que lo haga pero no pensé que era algo serio”, afirmó.
La joven admitió haberle recomendado a su amiga que borrara el teléfono después del intento de asesinato de la vicepresidenta, pero explicó que lo hizo porque pensó que su amiga no había tenido nada que ver. Cuando le preguntaron por qué le preguntó por qué falló el tiro, la acusada respondió: “fue de chusma”.
Y en todo momento aseguró que cuando la joven le contaba que quería matar a Cristina Kirchner, siempre pensó que estaba inventando. Según la describió, Brenda era “fantaseosa, fabuladora, delirante y manipuladora”.
Agustina afirmó que la última vez que vino a la Capital Federal fue en mayo pasado para la feria del Libro. A Brenda no la veía hace tres meses. Se conocieron en el colegio y fueron amigas. Después, dijo, el padre de Brenda la sacó del colegio para mandarla a trabajar. “Nos rateabamos mucho”, contó.
Durante un tiempo, Brenda estuvo distanciada de ella. Es porque se enojó porque Agustina no se había acercado a ella después de la muerte de su bebé. En el último tiempo, habían vuelto a hablarse, aunque no solían verse. La última vez fue hace en una plaza de San Miguel hace cuatro meses. El vínculo era por chat. Fue a través de whatsapp que Brenda le mandó una foto posando con el arma Bersa calibre 32. Después, la imagen la eliminó para las dos. En la indagatoria a Díaz le exhibieron el arma y la reconoció como la de la foto.
Según Agustina, Brenda estaba politizada y era fan de Javier Milei por lo que subía en sus estados de whatsapp. Fantaseaba con “matar presidentes, vicepresidentes, intententes”. También dijo que “estaba cansada de Perón porque el padre le comía la cabeza con todo eso”. El interés por la política lo notó hace unos meses después de comenzar a salir con Sabag Montiel. Incluso, decía que quería ser presidenta y sacar una ley para cortarle los testículos a los violadores. Y también decía que quería matar a Cristina Kirchner. Sobre eso, los funcionarios que se entrevistaron con ella le preguntaron por qué le parecía normal esos mensajes en donde ella decía “quién no va a querer matar a esa chorra”. “Era lo que leía en Twitter”, deslizó.
A Sabag Montiel dijo que casi no lo conocía. Que nunca lo vio personalmente, que sabía que Brenda tenía novio y que habló algunas veces por él por su perfil de Instagram. “Sabag en su momento me dijo que me una con Brenda a vender copitos o cubanitos y yo le dije que no”, contó. La otra vez que lo contactó cuando quería saber cómo le había ido a Brenda una vez que se había ido a poner botox, pero la joven no le contestaba los mensajes. Después habló de la personalidad de Brenda. “Cuando se peleaba con los ex novios, decía que los iba a llenar de plomo”, graficó.
Según los que la entrevistaron, Agustina tiene una mente de 16 años, pese a sus 21. Cuando la detuvieron, decía que quería irse con su mamá y que el jueves tiene un examen de matemáticas. Estaba preocupada porque la abuela la iba a retar porque la policía le había roto la puerta durante el allanamiento. Algún funcionario que la escuchó comentó que la puerta rota era el menor de sus problemas.
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