El debut del peronista Joaquín de la Torre como nuevo precandidato a gobernador bonaerense de Patricia Bullrich no podría haber sido mejor: este lunes, en un plenario con dirigentes de la Primera Sección Electoral, que lideró la jefa del PRO, recibió aplausos más sostenidos que Javier Iguacel, intendente de Capitán Sarmiento y, hasta ahora, el único postulante del sector en Provincia.
Reunidos en el Yacht Club de Olivos, con la consigna “La fuerza del cambio”, los referentes bullrichistas le dieron así la bienvenida al senador provincial de JxC, miembro del Peronismo Republicano y ex intendente de San Miguel, como anticipó Infobae: en su discurso, De la Torre destacó que la provincia de Buenos Aires no es inviable” sino que “es inviable que la sigan gobernando los porteños”.
Tras asegurar que Bullrich “identificó perfectamente los problemas de la provincia”, el legislador de JxC comparó al distrito bonaerense con un avión por lo “complejo” que es y se preguntó: ¿Pondríamos a un chico que no conoce o que no sabe dónde están los botones a manejar un avión? Patricia elige bonaerenses para manejar la provincia de Buenos Aires”.
Fueron obvias alusiones a Diego Santilli, el ex vicejefe de gobierno porteño que ganó las elecciones de 2021 en el distrito bonaerense y ahora disputará la gobernación, siempre alineado con Horacio Rodríguez Larreta. “Para gobernar hay que amar a quienes gobernamos y no se puede amar lo que no se conoce”, sentenció De la Torre para confirmar su pase al proyecto “Patricia presidente”.
En la misma línea, la propia Bullrich habló sobre el tema durante su discurso de cierre. Luego de destacar “el honor de que Joaquín De la Torre se sume al proyecto de cambio y de valentía”, sostuvo que “es muy importante tener gente comprometida y que conozca la provincia” y destacó que “uno no se imaginaría en Córdoba tener un gobernador que no sea cordobés o en Salta un gobernador que no sea salteño”, por lo que valoró que “los bonaerenses pidan por su identidad”.
“Muchas veces me preguntaron por qué no cambiaba de domicilio y me iba a la provincia. Siempre dije que no porque no soy de la provincia, aunque la amo y me crié en un lugar de la provincia que quiero como mi segundo hogar, pero nací en la Ciudad de Buenos Aires y es importante respetar la identidad de cada uno”, señaló la ex ministra de Seguridad.
“Quiero plantearles un desafío a estos dos precandidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires que tenemos acá -señaló-. Debemos lograr sacar el prejuicio del conurbano y volver a tener la capacidad de encontrar una salida, una nueva posibilidad de trabajo, de empleo, de desarrollo y formación que necesitan los millones de ciudadanos que viven en el Gran Buenos Aires”.
Casi a la misma hora, Rodríguez Larreta y Santilli encabezaban un encuentro similar en un club de Tres de Febrero, con unos 40 dirigentes de la Primera y Tercera Sección Electoral.
Como anticipó Infobae, Bullrich y De la Torre venían hablando desde hace meses y, antes de tomar la decisión, el legislador bonaerense informó sobre sus pasos al entorno del ex presidente, con quien tiene una relación muy estrecha. Desde allí le dieron luz verde.
La jefa del PRO brindó pistas de su jugada durante una visita que hizo a San Miguel el 12 de agosto pasado. Allí, con De la Torre y el intendente Jaime Méndez, destacó “la valentía” de los dos dirigentes por “hacerse cargo del problema de la inseguridad y haber logrado bajar en un 65% los delitos en los últimos años”. El mismo elogio lo repitió en el encuentro del Yacht Club
Un rato antes, De la Torre e Iguacel compartieron el escenario para hablar. La nueva figura bullrichista dijo que hacía meses que estaba trabajando con su rival interno y anticipó que “la Argentina que viene va a ser difícil” porque será escasa en “tiempo y plata”, por lo que consideró que “necesitamos políticos valientes que no hagan especulaciones y que piensen en la gente”. “Por eso estoy acá. Esa política es Patricia Bullrich”, exclamó mientras el auditorio lo ovacionaba. Para finalizar, De la Torre propuso “cambiar dos malas palabras por una buena: represión y ajuste por orden, orden en las cuentas y orden en las calles; eso lo que la Argentina necesita”.
Antes de los precandidatos a gobernadores hubo intervenciones de los diputados nacionales del PRO Luciano Laspina y Gerardo Milman. El primero, que es economista, fue pesimista respecto de la gestión del ministro Sergio Massa: “Están alargando la mecha para agrandar la bomba que le dejarán al próximo presidente”, dijo, luego de opinar que las medidas económicas están dirigidas a “comprar tiempo” porque “no hay ninguna para bajar la inflación ni hacer las reformas necesarias”.
Admitió, de todas formas, que si Massa avanza en “alguna corrección fiscal hace una parte de nuestro trabajo” en caso de que Juntos por el Cambio gane las elecciones”. Pero consideró que el ajuste económico en marcha significa “el fin de la mentira del relato kirchnerista”.
Milman, por su parte, hizo un análisis político desde que asumió Alberto Fernández, fue muy duro contra la cuarentena obligatoria y los estragos que provocó en la economía, la educación y la vida de los argentinos, y comparó el discurso presidencial de esa época con la “malvinización”, lo que le permitió igualar la figura de Bullrich con la de Raúl Alfonsín: el ex presidente se negó a viajar a las Malvinas con jefes de la última dictadura en la etapa triunfalista del desembarco argentino en las islas, según recordó, mientras que la jefa del PRO hizo algo similar cuando se negó a respaldar las medidas estrictas que tomó el Presidente al comienzo de la pandemia y se sumó a los “banderazos” de protesta. Y, parafraseando un estribillo reciente del kirchnerismo en defensa de la Vicepresidenta, terminó con esta frase: “En 2023, si tocan a la República, qué quilombo se va a armar”.
Entre los presentes estuvieron dirigentes Eduardo Amadeo, Juan Pablo Allan, Horacio Pitrau, Nicolás Massot, Analía Zappulla, Ramón Lanús, Patricia Vásquez, Walter Klix, Alberto Asseff, Matías Lobos, Carlos Kambourian y Martín Culatto, entre otros.
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