Esta tarde, en el teatro ND Ateneo, propiedad del histórico publicista Pepe Albistur, se realizó un homenaje al ex gobernador de Buenos Aires y presidente del Partido Justicialista, Antonio Cafiero, quien hoy cumpliría 100 años. La convocatoria fue abierta para todos los sectores del peronismo y algunos de la oposición, como es el caso de la Unión Cívica Radical (UCR).
En el acto, donde pasaron distintos fragmentos de discursos de Cafiero a lo largo de su carrera política, estuvo el presidente Alberto Fernández; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, gran parte del gabinete nacional, legisladores y dirigentes sindicales.
Una presencia sorpresiva fue la del ex secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia Gustavo Beliz, que había desaparecido de los eventos del gobierno nacional. Entre los presentes estuvieron históricos dirigentes como Eduardo Duhalde, Carlos Corach, Hugo Moyano, Carlos Kunkel y Lorenzo Pepe.
Hubo también dos presencias destacadas que sobresalieron en el auditorio peronista. El presidente de la UCR Bonaerense, Maximiliano Abad, y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Fueron los únicos representantes de la oposición en un acto que se realizó en un contexto político donde vienen fallando los intentos del Gobierno por convocar al diálogo, tras el atentado a Cristina Kirchner.
Durante todo el acto estuvo presente la idea de generar consensos y abrirse al diálogo entre las distintas fuerzas políticas. Fue lo que quedó expuesto de los videos que pasaron con declaraciones de Antonio Cafiero, en la que se mostraba como un dirigente dispuesto a buscar acuerdos con los distintos sectores del peronismo, pero también de la oposición.
Uno de las imágenes que generó más aplausos en el auditorio fue cuando Cafiero apareció en un video pidiéndole a la militancia peronista que acuda a la Plaza de Mayo para apoyar al gobierno radical de Raúl Alfonsín, que había sufrido el levantamiento militar carapintada. Al día siguiente de esa convocatoria, ante una plaza repleta, Alfonsín habló y Cafiero se paró a su lado. Fue un gesto concreto para cuidar la democracia.
En ese sentido, Alberto Fernández recordó ese momento y el impacto político que tuvo. “Muchos dicen que aquel día que se subió al balcón (de la Casa Rosada) con Alfonsín, perdió la elección interna en el peronismo. No lo sabemos. Pero nunca dudó dónde debía estar parado. Tenía en claro que había que defender la democracia después de la dictadura”, indicó.
El Presidente fue el orador principal y el que se encargó de cerrar el acto. El tono fue de consenso, de búsqueda de acuerdos, aunque no fue un llamado concreto al diálogo. Es decir, no fue un mensaje directo a la oposición, luego de distintos intentos del Gobierno por buscar un diálogo institucional con Juntos por el Cambio.
Sin embargo, la intención quedó expuesta en todo momento. El paralelismo de la actualidad con algunos momentos de la vida de Cafiero quedaron impregnados en el aire. La necesidad de cuidar las instituciones por sobre las diferencias políticas que existen entre el oficialismo y la oposición. Gestos de grandeza y responsabilidad que no aparecen en este tiempo complejo. De ninguno de los dos lados del mostrador.
“Tenemos que enfrentar el futuro en unidad con la valentía del diálogo. Hay que llamar a la reflexión a todos los argentinos porque lo que pasó con Cristina no puede volver a pasar”, aseguró el Jefe de Estado. En esa línea, agregó: “No se puede instalar la violencia y que la única forma sea descalificar al que está enfrente”.
Fernández pidió aprovechar el homenaje para “convocar a todos los argentinos” y advirtió que “estar unidos hace todo más fácil”, en un claro mensaje hacia dentro del peronismo. Y siguió: “Nadie quiere un acuerdo de cúpulas. Romper no es una buena salida. Irse, menos. La solución es enfrentar los debates sin miedo y estar unidos porque quebrados solo podemos perder”.
De esa forma, el Presidente volvió a resaltar la unidad del Frente de Todos en un momento complejo del gobierno nacional, donde Cristina Kirchner ha obtenido la centralidad absoluta dentro del peronismo y su liderazgo presidencial ha quedado a un costado.
Una vez concluido el acto, Maximiliano Abad, que además de presidir la UCR bonaerense es diputado provincial y jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, le aseguró a Infobae que la oposición sigue esperando un llamado al diálogo.
El legislador marplatense explicó las condiciones que existen en Juntos por el Cambio, donde consideran que en los últimos días se “teatralizó la convocatoria al diálogo”. Aseguró que el llamado al diálogo tiene que ser “en el Parlamento, en forma ordenada y con un temario”. “El Gobierno tiene que ser amplio y generoso”, sostuvo.
Quien también se refirió a esa convocatoria fue la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, que estuvo a cargo de la organización del evento. “Me dolió que algunos dirigentes de la oposición no hayan asistido a la misa en Lujan, sin embargo hoy estamos acá construyendo un nuevo puente de oportunidades invitando a distintos dirigentes del radicalismo”, señaló.
Tolasa Paz aseguró: “A 100 años el legado de Cafiero está vivo, porque es el legado de un peronismo que sabe que cuando la democracia está en riesgo no se especula. En los momentos donde la democracia tembló en aquella Pascua del 87´, no hubiera sido la de “La casa está en orden” si Antonio Cafiero no se hubiera abrazado a Alfonsín, construyendo por encima de cualquier diferencia partidaria el valor democrático”
Luego, afirmó: “Defender la democracia hoy, es defender a Cristina”. En esa línea también se expresó el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. “La democracia se defiende siempre. Sin especulaciones. Agradezco que haya dirigentes del radicalismo entre nosotros. El avance de los discursos y las políticas de odio deben ser detenidos”, manifestó.
Tanto Fernández como Kicillof consideraron que sería importante que la dirigencia política se inspire en el comportamiento de Cafiero, en otro guiño a la decisión de buscar un diálogo entre los distintos sectores, en un momento donde desde una parte del peronismo se busca bajar el nivel de tensión qué hay en el vínculo con la oposición.
Desde otro sector, en cambio, se sigue insistiendo en culpar a la oposición y los medios de comunicación, a los que consideran las usinas de los denominados “discurso de odio”. El peronismo no logra encontrar una congruencia en sus acciones de los últimos días.
La línea del acto fue marcar la necesidad de que prevalezca el consenso por sobre los intereses de cada fuerza política. En la oposición entienden que el llamado al diálogo tiene que ser formal e institucional. No sirve que sea a través de discursos políticos o mensajes a través de los medios de comunicación. La puerta parece estar abierta.
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