Miguel Ángel Pichetto, Auditor General de la Nación, fustigó el accionar de la Iglesia durante la misa que se celebró ayer en la Basílica de Luján “por la Paz y la Fraternidad de los argentinos” porque convirtió una celebración religiosa en un acto político. “Otra muestra de la Iglesia sectaria y clasista”, señaló al ser entrevistado en Radio Mitre.
A su entender, la convocatoria del oficialismo a un diálogo con la oposición para “abordar el tema de la intolerancia política” y tratar de “reencauzar la convivencia democrática” finalmente se convirtió en una muestra más de unidad del Frente de Todos detrás de la figura de Cristina Kirchner, ya que ninguna figura de peso del frente opositor aceptó la invitación.
“Vi la misa por televisión. Me pareció otra muestra de esta Iglesia argentina sectaria y clasista. El arzobispo que dio la misma podría ser un militante del gobierno, lo secundaban curas pro montoneros y seguidores del Padre Mugica”, se lamentó Pichetto sobre la actuación de Jorge Eduardo Scheinig, el responsable de la arquidiócesis Mercedes-Luján.
Sin embargo, el propio Scheinig, en su homilía, había explicado sus motivos: “Estamos en un tiempo extremadamente delicado. La paz social está frágil y amenazada y somos responsables de asegurarla y cuidarla. Por este motivo, cuando el Sr. Intendente de Luján me invitó a presidir esta Misa, y me compartió su deseo de hacer una convocatoria amplia, ‘hacia todas las fuerzas políticas y sus representantes, a nuestras hermanas y hermanos de otras confesiones cristianas y religiosas, para reconocernos y encontrarnos en esta oración por la ansiada paz social y el diálogo entre líderes´ [-citó-], sentí que era una muy buena iniciativa y le dije que sí. Mucho lamentaría que se malinterprete este gesto”.
Fuera de eso, no hubo ningún comentario político en el mensaje central de una misa que, por otra parte, estuvo dedicada, en sus intenciones, no solo a Cristina Kirchner, sino también a la salud del ex senador de Juntos por el Cambio, Esteban Bullrich.
Pero para Pichetto, la celebración que tuvo lugar en Luján “no es una misa que convoque a la unidad de los argentinos” y advirtió que desde hace mucho tiempo los argentinos no escuchan a la Episcopal ni al Papa hacer reflexiones sobre la paz y la convivencia argentina. “Eso es lo que está faltando”, remarcó el referente de Juntos por el Cambio.
En contraposición, recordó que “en 2001 sí había una Iglesia que llamaba a la reconciliación de los argentinos en momentos de alta dificultad” y ponderó las actitudes de los obispos Jorge Casaretto y Justo Laguna. “Hubo voluntad común y liderazgo”, sintetizó.
Pichetto también criticó la reaparición de Mario Firmenich, uno de los fundadores de la organización Montoneros, no en la misa, sino en los medios, con una larga reflexión política. Asimismo, apuntó contra la presencia en la misa de carteles con la foto del cura Carlos Mugica, vinculado a las luchas populares de la Argentina de las décadas de 1960 y 1970. “El escenario me pareció flojo. Vi a curas saltando y cantando. Me pareció patético”, describió, evidentemente víctima de una confusión creada en las redes donde circula malintencionadamente un video de marzo de 2019 en el que jóvenes de los Hogares de Cristo (centros de recuperación de adicciones) festejan al final de la misa, celebrando su triunfo sobre la droga.
Si bien se mostró conforme con el llamado que el Papa Francisco le hizo a Cristina Kirchner para solidarizarse con el ataque que sufrió el 1 de septiembre en la puerta de su domicilio, en Recoleta, dijo que la sociedad espera “un mensaje más profundo del hombre que ejerce el máximo poder en el Vaticano”. Y lanzó una dura afirmación: “Parece que el Papa está enojado con los argentinos”.
Pichetto señaló además que es el propio Presidente quien viene fomentando y ejercitando mensajes cargados de violencia contra quien fuera el ex presidente de los argentinos. “Dice que Mauricio Macri es el causante de todos los males, incluso en foros internacionales. El Canciller (Santiago Cafiero) también agredió al ex Presidente. Esto denota una falta de cultura y comprensión general. Hubo una línea perversa de acusar a Macri de todos los males, es una constante. Así es difícil construir caminos de diálogos”, concluyó.
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