El atacante de Cristina Kirchner usó una pistola Bersa semiautomática de acción simple, calibre .32 (7,65mm Browning), modelo Lusber 84. Gatilló dos veces apuntando a la cara de la Vicepresidente de la Nación pero el disparo no salió.
Al ser peritada por la Policía Federal se confirmó que la pistola, aunque estaba cargada con 5 cartuchos, no tenía bala en la recámara. Los peritos de la División Balística hicieron varios ensayos de disparos con el arma y confirmaron que ésta funcionaba perfectamente.
Por lo tanto, la razón por la cual no se produjo el disparo, pese a que Sabag Montiel gatilló dos veces, fue que el arma no estaba lista.
Sin bala en la recámara, esa pistola no dispara. De ahí surgían varias hipótesis posibles: que Sabag Montiel no sabía manipular el arma, que se puso nervioso y se olvidó de accionar la corredera para que una bala suba a la recámara o que lo hizo adrede, para simular el tiro.
El video que fue recuperado de la tarjeta SIM del celular del atacante descarta una de esas hipótesis, ya que muestra a Sabag Montiel manipulando el arma: concretamente haciendo con la corredera el movimiento necesario para que una de las balas del cargador suba a la recámara y la pistola quede lista para disparar.
En el gráfico que acompaña esta nota (corte transversal de una pistola) puede verse cómo funciona este tipo de armas. El cargador está dentro de la empuñadura. Aunque esté lleno, no dispara hasta que uno de los proyectiles queda acomodado en la recámara, es decir en un compartimento del cañón. Recién entonces se puede gatillar y el disparo sale. Para que la bala suba desde el cargador a la recámara, hay que hacer un movimiento con la corredera: es exactamente el movimiento que está haciendo Sabag Montiel en el video recuperado por los peritos de la causa.
Esto descartaría que el tiro no salió porque el atacante no sabía manipular el arma, pero queda la posibilidad de que se haya olvidado de ese paso por los nervios del momento. En su indagatoria, el atacante no dio pistas sobre esto; de momento, se limitó a tratar de desligar a su novia, Brenda Uliarte, de toda responsabilidad en el intento de magnicidio.
Vale recordar que el jueves 1° de septiembre pasado, Fernando Sabag Montiel se dirigió al domicilio de Cristina Kirchner -ahora se sabe que estaba acompañado por su novia, aunque ella lo negó en un primer momento- y esperó el momento en el que la Vicepresidente regresaba a su domicilio y descendía del vehículo para saludar a sus simpatizantes reunidos en la esquina de Juncal y Uruguay para expresarle su respaldo. Fue entonces cuando se acercó y apuntando a la cara de la ex presidente gatilló el arma dos veces. En ese momento, Cristina Fernández de Kirchner se agachó para recoger un libro que se le había caído y en la confusión de gente y ruidos ni siquiera advirtió lo que había sucedido.
Tampoco parecen haberlo notado los custodios, que no reaccionaron como indica el protocolo: no la rodearon para cubrirla y dejaron que continuara con los saludos a la gente congregada allí.
Fue la intervención de dos simpatizantes kirchneristas, uno de ellos concejal en el conurbano bonaerense lo que permitió la captura de Sabag Montiel y la recuperación del arma que había caído al suelo.
La jueza federal María Eugenia Capuchetti, a cargo del caso, ya prepara el auto de procesamiento con prisión preventiva del atacante y de su novia por el intento de homicidio de Cristina Kirchner, agravado por el estado de indefensión de la víctima. La indefensión se produjo por la inacción de su custodia, según fuentes del caso. Aunque falta completar la investigación para determinar cómo fue la planificación, organización y ejecución del ataque y si hubo otras personas, eventualmente otros grupos, involucrado. El rol de la banda de las copitos y el de una mujer con la que tuvieron contacto en un local de comidas de rápidas en Quilmes, un rato antes del ataque, están en la mira de los investigadores. Pero la jueza ya dispone de pruebas suficientes como para dictar el procesamiento de los dos arrestados en la causa hasta ahora: Sabag Montiel y Uliarte.
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