En la última Mesa Nacional de Juntos por el Cambio que se realizó en el Sindicato de Gastronómicos porteño floreció una preocupación: la posibilidad de que el Gobierno elimine las PASO para las elecciones del 2023. Una instancia indispensable para que el PRO y la UCR puedan definir las candidaturas presidenciales, en un momento en el que sobran los liderazgos. Si bien el temor nació por la suspensión de las Primarias en Salta y lo sucedido en San Juan y Catamarca, desde el Frente de Todos se despegaron de la supuesta arremetida contra la interna electoral y aclararon a Infobae: “Quieren instalar el tema de forma preventiva”.
Con las denuncias que lanzó Elisa Carrió y el atentado que sufrió Cristina Kirchner, la interna en Juntos por el Cambio se acrecentó. En su afán por diferenciarse, los presidenciables del PRO y la UCR no lograron unificar posturas, por ejemplo, en el pedido de juicio político al presidente Alberto Fernández cuando hizo un paralelismo entre el fiscal Alberto Nisman y Diego Luciani, quien investiga a la Vicepresidenta en la causa Vialidad. “Cada uno sale a la cancha a buscar su propia identidad pero no advierten que se lesiona la identidad del conjunto”, suele analizar un alto referente del partido centenario.
Entre los radicales suenan cuatro presidenciables: Facundo Manes, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés. Pero sólo el neurólogo es el que se niega a una fórmula cruzada, propuesta lanzada por Horacio Rodríguez Larreta. Un sector importante de la UCR cree que, si triunfa la idea de armar “listas puras”, hay posibilidades de que se pierda una gran cantidad de legisladores en todo el país. “Manes no puede garantizar que vaya a ganar la Presidencia, pero para instalarse busca diferenciarse, por ejemplo, con el juicio político a Alberto”, analizan algunos correligionarios. De todos modos, casi al unísono, repiten: “Nosotros estamos más ordenados, ¿por qué no miran al PRO?”.
La advertencia se debe a que Mauricio Macri sigue levantando el perfil y complica los planes de Rodríguez Larreta. En las últimas semanas, el ex presidente convocó a referentes de distintos espacios para analizar la coyuntura y compartir su visión para el futuro del país. Según pudo reconstruir este medio, aquellos que asistieron a esos encuentros coinciden en que “tiene el traje para el segundo tiempo”.
Una eventual derogación de las PASO debería pasar por el Congreso, donde el oficialismo enfrentaría un panorama complejo. En primer lugar, porque ante la paridad de fuerzas con Juntos por el Cambio solo podría negociar con dos interbloques provinciales y con la izquierda. Por otro lado, los tiempos para encarar una reforma electoral de tal importancia serían muy cortos. Especialmente si se tiene en cuenta que en los primeros meses del año que viene algunas provincias ya comenzarán con sus cronogramas electorales.
Ante la consulta de Infobae, tanto desde el bloque del Frente de Todos -que lidera Germán Martínez- como desde la presidencia de la Cámara de Diputados -a cargo de Cecilia Moreau- negaron categóricamente que la derogación de las PASO esté en agenda. En la misma línea se expresaron los diputados de la izquierda, que negaron cualquier tipo de contacto.
Desde el Interbloque Federal, compuesto por los diputados de Identidad Bonaerense, el socialismo santafesino y los cordobeses que responden al gobernador Juan Schiaretti, también aseguraron que no hay charlas informales sobre el tema. De hecho, coincidieron en que son los referentes del Juntos por el Cambio los que quieren instalar el tema.
“Nosotros sabemos que lo estuvieron sondeando a Schiaretti”, insistió con suspicacia un importante referente del PRO. Por otro lado, un diputado oriundo de una provincia donde no habrá PASO en las próximas elecciones reconoció ante este medio que “algún contacto hubo” y reconoció que no vería con malos ojos que sean suspendidas a nivel nacional.
En la oposición aseguran que no se trata de meras sospechas y ponen como ejemplo los recientes antecedentes en el norte del país. “Lo que están haciendo es ir tanteando qué pasa, por eso estamos tan atentos al tema”, analizaron.
Las noticias de Salta, San Juan y Catamarca hicieron sonar las alarmas. En el primer caso, las internas se suspendieron de forma excepcional y extraordinaria al considerar que, según los fundamentos de la medida, se “convirtieron en una gran encuesta, previa a la elección general y una encuesta realmente muy cara”.
En San Juan, la Cámara de Diputados transformó en ley la reforma del Código Electoral en esa provincia, al instalar el denominado “Sistema de Participación Abierto y Democrático” (SIPAD), que fue considerado como la reinstauración de la antigua Ley de Lemas, derogada en la década del noventa.
Por su parte, en Catamarca el gobernador Raúl Jalil reconoció que quiere seguir los pasos de Salta: “Las PASO han cumplido su ciclo, traen un desgaste muy grande a la sociedad. Hay que volver a las internas partidarias, a los frentes políticos y los candidatos se deben definir dentro de cada espacio político”.
Justamente, las internas partidarias son una de las opciones que manejan los opositores, en caso de que el Frente de Todos elimine las PASO a nivel nacional. Pero otra opción es avanzar con las fórmulas cruzadas con dos grandes dificultades. La primera es definir un único candidato, punto que podría resolverse con los números de las encuestas, pero la segunda - y tal vez la más difícil de zanjar - es coincidir en un plan de gobierno, uno de los temas que más agrieta hoy al PRO.
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