Con la agenda oficial centrada exclusivamente en el ataque contra Cristina Kirchner, Alberto Fernández sigue de cerca, minuto a minuto, los avances de la investigación judicial para esclarecer las responsabilidades y los motivos del intento de asesinato contra la Vicepresidenta. Primero en Olivos, durante el fin de semana, y desde la Casa Rosada por las tardes desde el lunes, el Presidente se comunica varias veces por día con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, a quien respalda tras los ruidos iniciales; con el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, y con el titular de la AFI, Agustín Rossi, quienes, respectivamente, lo mantienen al tanto sobre las pesquisas o lo asesoran con análisis sobre sus implicancias a futuro.
Tras la conmoción de los días posteriores a noche del jueves, todas las miradas de los funcionarios que trabajan en los despachos de la Casa Rosada, desde la Presidencia hacia abajo, están posadas sobre las actuaciones de la Policía Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), y sobre las órdenes de la jueza María Eugenia Capuchetti y del fiscal federal Carlos Rívolo. Cada detalle es analizado por la AFI, que si bien no participa de la investigación judicial, brinda análisis a posteriori.
Fue el Presidente quien dio la orden de que se lo interiorice de primera mano sobre cada avance, pudo saber Infobae, y para eso discute a diario con sus colaboradores vinculados a la causa. También, informó una alta fuente en reserva, hubo al menos un contacto directo con la magistrada federal, aunque este dato no fue confirmado ni desmentido oficialmente, ante una consulta, por el área de Comunicación de la Casa de Gobierno.
Por estas horas, además de mantenerse informados, en el Gobierno se muestran conformes con la investigación judicial. Si bien evitan referirse públicamente al asunto para evitar acusaciones sobre intentos de interferencia en las actuaciones de otro poder del Estado, en reserva los más altos colaboradores del jefe de Estado consideran que está “bien orientada”.
“Están buscando y analizando los contactos del pibe y de su novia, viendo qué representa cada uno. Hay un buen rumbo”, dijo un altísimo funcionario que conversa a diario con el Presidente. En la Casa Rosada creen que el hombre que gatilló el arma, Fernando Sabag Montiel, y su pareja, Brenda Uliarte, que se encuentran detenidos y cuyas pertenencias y viviendas están bajo investigación, tienen “personalidades complicadas”, y esperan conocer “lo antes posible” más novedades sobre “el resto de los contactos, amigos y conocidos” de la pareja imputada.
En particular, en las últimas horas del martes en el Gobierno estaban expectantes por el reciente pedido de ampliación de la indagatoria a Montiel, tras la detención de su novia. “Por lo visto, creemos que quiere hablar, cosa que hasta ahora no hizo. Veremos si finalmente habla”, sostuvo una importante fuente oficial.
Ayer por la tarde, Alberto Fernández y sus colaboradores fueron informados antes de desplazarse a La Rural para participar de la convención de la Cámara de la Construcción, de que en el Juzgado Federal Nro 5 se había ratificado la hipótesis de que el intento de magnicidio fue planificado y de que Sabag Montiel y su novia no actuaron solos. Recibieron el informe con “preocupación”, según dijo un alto funcionario que, sin embargo, no se mostró sorprendido. Si bien en un primer momento el titular de la AFI, Rossi, había deslizado que consideraba que el disparador había actuado como se trataba de un “lobo solitario”, hoy para el Ejecutivo esa posibilidad está prácticamente descartada.
En cambio, en el círculo de confianza del primer mandatario intuyen que “es muy posible que alguien más poderoso” haya instigado el crimen. “Podría tratarse de algo más grande, que puede ser político, o una secta, o una institución” que haya estado “al frente” del ataque perpetrado por Sabag Montiel. De todas formas, se apuran en aclarar que quieren esperar los avances de la búsqueda y que mantendrán la cautela. “Por ahora, en los contactos que aparecen en sus celulares no hay nada que apunte a eso claramente. Pero falta ver el resto de las ramificaciones”, agregó un funcionario.
Mientras tanto, después de los ruidos por el reseteo del celular de Montiel, el Gobierno sigue firme en respaldar a Aníbal Fernández, que no sólo siguió en su cargo tras la presentación de su renuncia, sino que es consultado a diario por el Presidente. “Quien abrió el celular fue la jueza, no las fuerzas a cargo de Aníbal. La que decidió romper la cadena del manejo del celular, no malintencionadamente, fue la jueza. Estaba en su derecho a manipularlo, pero ya quedó claro que no fue la Policía Federal la responsable. La PSA lo recibió con la bolsa abierta y sin la información. Eso ya está entendido y cerrado”, dijo un encumbrado funcionario, que dio por cerrado el capítulo de los cuestionamientos sobre el ministro. Sin embargo, en los despachos vinculados al kirchnerismo aseguran que el malestar con Aníbal Fernández, en especial muy cerca de Máximo Kirchner, permanece intacto, y auguran que podría trascender más adelante, cuando se calmen las aguas después del muy reciente atentado.
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