Dan Restrepo, consejero de seguridad de Obama: “En Washington causó rechazo y preocupación el intento de asesinato a la Vicepresidenta”

De visita fugaz en Buenos Aires, Restrepo concedió un reportaje a Infobae para analizar las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Argentina, el peso de China en América Latina y el impacto que provocó en la administración Biden la visita de Alberto Fernández a Putin semanas antes de la invasión ilegal de Rusia a Ucrania

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Dan Restrepo
Dan Restrepo

Dan Restrepo fue consejero de Seguridad Nacional de Barack Obama, conoce a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner y entiende qué sucede en la Argentina y América Latina. Llegó a Buenos Aires para disertar en la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción. “Preocupó el intento de asesinato a la Vicepresidenta, más en un momento tan complejo para la Argentina”, aseguró Restrepo a Infobae.

El ex consejero de Obama relativizó las declaraciones de Alberto Fernández con Putin -adonde puso a la Argentina como puerta de entrada del Kremlin en América Latina-, reconoció que la Casa Blanca debe competir con China para evitar que avance en la región y consideró que las relaciones bilaterales entre Buenos Aires y Washington “están muy bien”.

A continuación, el reportaje que Restrepo concedió a Infobae:

-¿Cómo impacto en Washington el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner?

-En Washington causó rechazo y preocupación el intento de asesinato de Cristina, en un momento políticamente muy ruidoso en la Argentina. Entonces, más ruido en el sistema preocupa.

-Sin olvidar el contexto regional y global con tanta tensión.

-Exacto. Hay mucha tensión en el mundo, y el intento de asesinato preocupó mucho en Washington. No sólo en el contexto de la Argentina.

-¿Sorprendió y preocupó en Washington?

-Si. Y el video es llamativo. Fuerte.

-Ustedes tienen experiencia en estos hechos tan complejos. El asesinato de John Fitzgerald Kennedy o el ataque a Ronald Reagan...

-Respecto a la violencia política tenemos -lamentablemente- una larga tradición en los Estados Unidos, y cuando se ve en cualquier parte, es preocupante.

-¿La Casa Blanca sigue el tema?

-Sí.

-No dudó

-No.

Imagen del momento del ataque a Cristina Fernández de Kirchner frente a su casa en la calle Juncal
Imagen del momento del ataque a Cristina Fernández de Kirchner frente a su casa en la calle Juncal

-¿Cómo evalúa las relaciones bilaterales entre Argentina y Estados Unidos?

-Bien. En una palabra creo que están bien. Desde el comienzo de la administración de Joseph Biden, ha habido un deseo de tender un puente con el gobierno de Alberto Fernández en tres sentidos. Un sentido bilateral para que las cosas vayan bien en la Argentina. También hay un factor regional donde la Casa Blanca y el presidente Biden han buscado tener buena relación con la izquierda responsable democrática en la región. Y el tercer sentido o factor consiste en tener una interlocución indirecta con esos regímenes y esos países con los que Estados Unidos no tienen una relación fluida.

-Desde su perspectiva, ¿el acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es un ejemplo que exhibiría las buenas relaciones diplomáticas entre la Casa Rosada y la Casa Blanca?

-Sí. Creo que es un buen ejemplo de los beneficios de tener una buena relación entre los dos países. Creo que los Estados Unidos, y la Casa Blanca en particular, fue un factor positivo -entre varios- que sirvió para que la Argentina pudiera llegar a un acuerdo con el Fondo.

-Aprovechando su concepto de Tercer sentido o Tercer Factor, ¿la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos también se profundiza cuando la Casa Blanca accede a regímenes de izquierda dura como Venezuela, Cuba y Nicaragua por medio de la administración de Alberto Fernández?

-Sí. En el contexto de una conversación regional sobre temas que si son de tensión, tener voces que no sean -simplemente- la derecha contra la izquierda ayuda mucho.

-¿Un ejemplo?

-Cuando Argentina apoyó el Informe Bachelet sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. En esta situación, por ejemplo, no es que Estados Unidos no habla. Al contrario, Estados Unidos puede hablar con cualquier país. Pero en este ejemplo, esa participación de la Argentina fue constructiva.

Alberto Fernández y Vladimir Putin durante su reunión oficial en el Kremlin
Alberto Fernández y Vladimir Putin durante su reunión oficial en el Kremlin

-¿Cómo observa la administración Biden la relación bilateral de Argentina con Rusia, si se toma en cuenta que Alberto Fernández se encontró con Vladimir Putin en Moscú pocos días antes de la invasión ilegal a Ucrania?

-Las visitas del presidente Fernández como la del presidente Bolsonaro a Rusia antes de la invasión fueron vistas con cierto escepticismo en Washington. Ambos partidos, en el Poder Ejecutivo y el Congreso, se preguntaron a qué van.

-¿Y a qué conclusión llegaron en los partidos Demócrata y Republicano, en la Casa Blanca y el Capitolio?

-Nadie sabe a qué fueron. Y nadie logró disuadir a Putin de lo que hizo...

-Pero acá se supo que Alberto Fernández le ofreció a Putin que Argentina sea la puerta de entrada de Rusia en América Latina...

-Sí. Visto desde Washington fue un comentario indebido.

-¿Afectó la relación con Argentina?

-Una parte de gobernar con madurez es fijarte en los hechos más que en los dichos. Y ver que realmente está ocurriendo sobre el terreno, al margen de los dichos.

-Lo que entiendo de lo que usted dice es que Alberto Fernández nunca le abrió la puerta a Rusia y colabora con Estados Unidos si hay que hablar con un régimen dictatorial en la región...

-Sí. De lo que se ve, y de lo que yo manejo por afuera del gobierno de los Estados Unidos. Insisto: yo veo una buena relación entre ambos países.

-¿Usted está seguro?

-Sí. El superministro (Sergio) Massa se encuentra en Washington actualmente con una agenda plena e importante. La interlocución entre los dos gobiernos está muy bien. Y repito: la administración Biden se fija más en los hechos que en los dichos.

Alberto Fernández y Xi Jinping durante su reunión oficial en Beijing
Alberto Fernández y Xi Jinping durante su reunión oficial en Beijing

-Desde su perspectiva, asumiendo que en Washington se fijan más en los hechos que en los dichos, ¿cómo interpreta la administración Biden que Argentina haya aceptado que China financie las dos represas en Santa Cruz y al menos una central nuclear en la Provincia de Buenos Aires...?

-Es una llamada despertadora para los Estados Unidos. Es decir: los Estados Unidos no pueden llevar una política bilateral con la Argentina o en la región de plantear que no puedes hacer cosas con los chinos. Nos preocupa que hagan cosas con los chinos, pero también tiene que haber una alternativa. Y creo que se está desarrollando una alternativa con el nuevo Fondo de Infraestructura que anunció el presidente Biden en la Cumbre de las Américas.

-Es decir: no se trata de un alineamiento de Argentina con Estados Unidos, sino que Estados Unidos tiene que ofrecer alternativas a la Argentina y la región...

-Nosotros necesitamos competir en términos concretos y reales. Los chinos tienen dinero y tienen la voluntad de utilizarlo. Sin olvidar que los chinos han prometido en Las Américas más de lo que han cumplido. Y también hay que recordar que la mayor inversión china a la fecha a sido un fracaso total..

-¿Cuál fue?

-En Venezuela. Y hasta la fecha sido más negocio para ellos.

-¿Cómo se analizó en los centros de poder en Washington la llegada de un avión venezolano-iraní pilotado por un tripulante iraní vinculado a las Fuerzas Quds del régimen fundamentalista?

-Hay mucha curiosidad en los centros de poder. Y seguimos con esa curiosidad.

Alberto Fernández y Joseph Biden se saludan durante la Cumbre de las Américas
Alberto Fernández y Joseph Biden se saludan durante la Cumbre de las Américas

-¿Si Joseph Biden finalmente concede una audiencia a Alberto Fernández en el Salón Oval implica que la relación bilateral entre Argentina y Estados Unidos es óptima?

-Creo que ese es un factor, pero no es el factor. La relación es más compleja que una reunión bilateral. La relación puede estar muy bien, sin una relación bilateral. Y puede estar mal con una reunión bilateral.

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