El intento de asesinato que sufrió Cristina Kirchner en la puerta de su casa en Recoleta generó una catarata de condenas a la violencia por parte de los principales referentes de todos los sectores políticos. Sin embargo, la imagen de consenso que proyectó la dirigencia comenzó a mostrar grietas en la tarde del viernes cuando oficialismo y oposición comenzaron a negociar cómo se desarrollaría la sesión especial de repudio convocada para este sábado en la Cámara de Diputados.
La convocatoria es a partir de las 12. Allí se trataría en principio un proyecto de resolución para repudiar el “intento de magnicidio”. Pero la idea del oficialismo y el texto redactado por Cecilia Moreau, flamante presidenta del cuerpo, despertaron dudas y cuestionamientos en la oposición.
“Desde hace varios años asistimos en nuestro país a diferentes expresiones que incitan la violencia y el odio. Esos discursos surgen de diferentes espacios políticos, culturales, judiciales, y mediáticos”, plantea Moreau en los fundamentos del proyecto.
Varios diputados en el interbloque de Juntos por el Cambio dejaron ver su malestar por algunos de los conceptos utilizados, ya que rechazan la idea de que los discursos de odio provienen de la oposición, la Justicia y los medios.
“Nos ponen a nosotros como ‘culpables’, entonces no creemos que esa sesión contribuya a la paz social”, explicó un diputado del PRO. En la bancada de lidera Cristian Ritondo es donde reina el mayor rechazo, ya que consideran que participar de la sesión especial contribuye a “alimentar el show” que está armando el oficialismo en torno a un “hecho repudiable”.
Los jefes de bloque de Juntos por el Cambio tuvieron una reunión vía zoom a mitad de la tarde. Aunque decidieron no tomar ninguna decisión a la espera de un eventual discurso de Cristina Kirchner, Alberto Fernández o referentes del oficialismo en la Plaza de Mayo. Quedaron en volver a reunirse más tarde, para unificar criterios después de analizar cómo evolucionaba el discurso del Gobierno. También mantuvieron contactos con Germán Martínez, jefe de la bancada del Frente de Todos.
Finalmente, Cristina Kirchner no habló, pero en la Plaza de Mayo se leyó un documento que insiste en la misma línea. “Desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia política y de sus medios partidarios, viene repitiendo un discurso de odio, de negación del otro, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo, y aún de cualquier simpatizante”, leyó la actriz Alejandra Darín, única oradora de la tarde.
Pasadas las 20, Alberto Fernández publicó un hilo en Twitter con un mensaje más conciliador: “Debemos construir consensos entre todos los sectores de la sociedad para defender la democracia y recuperar la paz social”.
Tras un encuentro de la Mesa Nacional del PRO, se repitió el encuentro virtual con los jefes de bloque de la UCR, Evolución y la Coalición Cívica.
Las negociaciones continuarán hoy en la reunión de Labor Parlamentario donde el oficialismo buscará evitar el naufragio de la sesión. Los diputados del Frente de Izquierda darán quórum, al igual que los del interbloque Provincias Unidas. Por su parte, José Luis Espert adelantó que votará en contra (pero irá): “No acepto que la Justicia, los periodistas y la oposición seamos propagadores de un discurso de odio. Eso es exclusividad del Gobierno”. Para el oficialismo, abrir la sesión con el quórum mínimo sería una victoria pírrica. Necesita de Juntos por el Cambio.
En horas de la noche de ayer, desde el radicalismo insistían en que el Frente de Todos debía dar garantías de que no se escenificará un discurso agresivo contra la oposición y los medios. “Todos consideramos que es un hecho grave (el ataque) que debemos refractar, pero lo importante es buscar armonía en la sesión”, señalaron ante la consulta de Infobae.
Por otro lado, la sesión también enfrenta otras complicaciones. A las cuestiones políticas, además, se suman los problemas logísticos: muchos diputados volvieron a sus provincias y con tan poco tiempo de aviso no consiguieron vuelos para volver. Por lo que se esperan más ausentes que de costumbre.
Desde el oficialismo aseguraron a Infobae que el objetivo es mantener la institucionalidad y evitar una sesión “caliente”. En pos de ese objetivo fue que fueron invitados gobernadores, embajadores, representantes sindicales, líderes religiosos y hasta líderes políticos de todos los partidos sin cargos legislativos. Aclararon que no habrá militancia.
También dejaron abierta la posibilidad de modificar el texto si ayuda a ampliar los consensos. Hoy continuará la negociación en la reunión de Labor Parlamentaria. Allí se terminarán de definir los pasos a seguir.
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