El arma que empuñó Fernando Sabag Montiel contra Cristina Kirchner puso en problemas a la dirigencia de Juntos por el Cambio: la coalición opositora no pudo unificar en las últimas horas una postura sobre su presencia o no en la sesión especial de la Cámara de Diputados de este sábado a las 12, convocada por el oficialismo, para repudiar el intento de atentado contra la Vicepresidenta.
La máxima dirigencia del PRO mantuvo ayer un Zoom, entre las 18.30 y 20, en el que resolvió que sus diputados no irán al recinto en disconformidad con la mención a “diferentes espacios políticos, culturales, judiciales y mediáticos” como instigadores de “la violencia y el odio” que figura en el proyecto de resolución que Cecilia Moreau, presidenta de la Cámara de Diputados, busca que se apruebe y cuyo contenido coincide con el expresado por Alberto Fernández y el kirchnerismo.
“En principio, la mayor voluntad que hay es no ser parte de este show montado alrededor de un hecho lamentable”, afirmó a Radio 2 de Rosario el diputado Federico Angelini, vicepresidente del PRO nacional, luego del Zoom, del que participaron los mismos del último almuerzo, menos Mauricio Macri, quien viajó a Ruanda por sus tareas como presidente ejecutivo de la Fundación FIFA.
Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Jorge Macri, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Humberto Schiavoni, Federico Angelini, Laura Rodríguez Machado y Fernando de Andreis discutieron qué postura adoptar ante la sesión especial de Diputados mientras, por separado, la UCR decidía dar quórum para intentar que el oficialismo modifique el texto del proyecto para eliminar las polémicas acusaciones y la Coalición Cívica resolvió estar presente en el recinto con “una representación institucional”: su presidente, Maximiliano Ferraro, y el jefe del bloque, Juan López.
Sólo si el Frente de Todos accede a quitar las menciones a los “espacios políticos, culturales, judiciales y mediáticos”, los diputados del PRO podrían concurrir al recinto para votar el proyecto. Este sábado, antes de la sesión, los jefes de los bloques de JxC tendrán la última charla para tratar de consensuar una posición. “Si modifican el proyecto, lo aprobamos”, aseguraron en la UCR alineada con el jefe del partido, Gerardo Morales. En la Coalición Cívica señalan que su posición es similar a la del radicalismo respecto de los cambios en el proyecto y que se quedarán en la sesión si “no se transforma en un circo”. Aun así, a las 10 se reunirán los titulares de los bloques de JxC para tratar de unificar una posición.
Las diferencias en Juntos por el Cambio son las de siempre, aunque en el PRO no hay espacio para las “palomas” luego de que Rodríguez Larreta fue atacado por el kirchnerismo a raíz de los incidentes en Recoleta y la Vicepresidenta puso en discusión la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires.
Hasta la sesión especial de Diputados, la coalición opositora había reaccionado casi monolíticamente para condenar el ataque contra Cristina Kirchner. Poco después del episodio, hubo reflejos rápidos de los senadores de JxC para aceptar la propuesta de José Mayans, jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara Alta, de posar para una foto conjunta y repudiar el intento de atentado.
En la Cámara de Diputados, en cambio, fue más difícil concretar una señal de ese tipo por la mayor cantidad de legisladores y de bloques, mientras los jefes de las bancadas de Juntos por el Cambio tuvieron reuniones durante todo este viernes para resolver qué harían ante la sesión especial.
Prácticamente toda la oposición reaccionó con velocidad para repudiar el hecho, e incluso lo hizo de manera categórica Macri, el archienemigo de Cristina Kirchner, aunque llamó la atención la ausencia de un comunicado de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio.
En realidad, los jefes de los partidos (Bullrich, por el PRO; Morales, por la UCR; Ferraro, por la Coalición Cívica, y Miguel Angel Pichetto, por Encuentro Federal Republicano) se mantuvieron en contacto luego de que apuntaron con un arma contra Cristina Kirchner y habían acordado difundir una declaración, pero hubo algo que cambió los planes: el discurso de Alberto Fernández por cadena nacional. Su acusación de que “la convivencia democrática se quebró por el discurso del odio que se ha esparcido desde diferentes espacios políticos, judiciales y mediáticos” disolvió el comunicado y lo transformó en tuits de dirigentes de JxC para rechazar en duros términos las palabras presidenciales.
Una de las más contundentes fue Bullrich: “El Presidente está jugando con fuego: en vez de investigar seriamente un hecho de gravedad, acusa a la oposición y a la prensa y decreta un feriado para movilizar militantes. Lamentable”, publicó en Twitter. Pichetto, otro exponente del ala dura, se sumó con un mensaje similar: “El Presidente no entiende nada. La oposición repudió el hecho y se solidarizó con la Vicepresidenta. El Presidente, por su parte, le echa la culpa a la oposición, a la justicia y a los medios. Luego decreta un feriado nacional. ¿Para qué? Todo patético”.
Desde la UCR, hubo matices. Morales condenó el intento de magnicidio, pero, al mismo tiempo, hizo un llamamiento: “Les pido a todos los dirigentes que reflexionen y ayuden a bajar la crispación de la sociedad en un momento en que el pueblo la está pasando muy mal y necesita que la política construya con diálogo la salida”. El gobernador jujeño, según sus allegados, cree que los “halcones” de JxC podrían hacer un aporte destructivo si se endurecen en medio de un clima político enrarecido.
Morales, así como su par radical de Mendoza, Rodolfo Suárez, concretaron una medida fuerte para diferenciarse del primer mandatario: no adhirieron al feriado nacional de este viernes.
En la Coalición Cívica, Elisa Carrió se pronunció de manera escueta, pero sin margen de dudas: “El camino es la no violencia”, publicó en Twitter tras el intento de atentado. Ferraro, el jefe del partido, condenó el ataque y advirtió: “Nuestras autoridades deben garantizar la convivencia democrática en paz y sin violencia. Necesitamos que se investigue y juzgue a los responsables”.
En la oposición no prendió la sospecha de que el atentado fue fraguado para victimizar a Cristina Kirchner en medio de sus problemas judiciales y el ajuste económico. Todos, a coro, cuestionan los errores que cometió la custodia de la Vicepresidenta y se mantienen alertas ante el posible aprovechamiento político del Gobierno tras el ataque contra la Vicepresidenta.
Un encumbrado miembro del PRO recordó impresionado anteanoche cómo Macri, en medio de la campaña electoral de 2019, sin dejar de mezclarse con la gente en los actos, le confesó un día a uno de sus allegados, con preocupación: “Matar a un presidente en este país es lo más fácil que hay”.
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