La sesión que el Frente de Todos convocó para hoy en la Cámara de Diputados tenía por objeto suscribir un texto de repudio al intento de magnicidio contra la Vicepresidente de la Nación y de solidaridad con ella y con su familia.
El borrador propuesto inicialmente, redactado por la flamante titular de Diputados, Cecilia Moreau, fue resistido por sectores de la oposición que advertían de que en el texto eran señalados como culpables de generar un clima proclive a este tipo de atentados.
En efecto, en los fundamentos de la declaración, se decía: “Desde hace varios años asistimos en nuestro país a diferentes expresiones que incitan la violencia y el odio. Esos discursos surgen de diferentes espacios políticos, culturales, judiciales y mediáticos”.
Es el mismo argumento que vienen repitiendo todos los voceros del oficialismo, del Presidente para abajo, desde la noche del intento fallido de asesinato contra Cristina Kirchner. Ningún vocero del Frente de Todos ha formulado la menor reflexión autocrítica sobre la contribución del propio Gobierno al clima de crispación social que se ha intensificado en las últimas semanas.
Pero el “discurso de odio” es un viejo caballito de batalla del kirchnerismo que en su momento hasta creó un organismo, el NODIO, con la pretensión de ejercer una suerte de tutela sobre los discursos públicos y la comunicación en general.
Volviendo a la propuesta de declaración, la misma contenía una interpretación forzada de los motivos y circunstancias del ataque contra la Vicepresidente, considerando que se está apenas en los prolegómenos de la investigación.
“Si bien hace tiempo venimos advirtiendo esta escalada de odio -decía el borrador de Cecilia Moreau-, en las últimas horas se ha llegado a extremos inusitados con el intento de asesinato de la Vicepresidenta de la Nación, y debe ser un punto de inflexión que nos lleva [N. de la R.: por “lleve”] a establecer de manera unánime el diálogo como herramienta única para dirimir las diferencias. La responsabilidad colectiva nos debe llamar a apaciguar y serenar.”
Eran buenas intenciones y difícilmente alguien pueda disentir acerca de la necesidad de apaciguar y serenar, pero resultaba poco prudente que el oficialismo aventurase tan temprano una interpretación de lo ocurrido, en un texto en el que brillaba por su ausencia toda reflexión autocrítica por parte de quienes tienen la mayor responsabilidad en el cuidado de la paz interior, por su calidad de alianza de gobierno.
EL BORRADOR COMPLETO DE LA RESOLUCIÓN
Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina:
Expresar su más enérgica condena y repudio al intento de magnicidio cometido contra la actual Sra. Vicepresidenta y dos veces Presidenta de la Nación Argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Asimismo, expresamos la solidaridad de quienes componemos la Cámara de Diputados con nuestra Vicepresidenta de la Nación y su familia, a la vez que exigimos una pronta investigación y condena a los responsables.
Instamos a toda la dirigencia política, sindical, empresarial y a la sociedad a condenar el atentado perpetrado y a la responsabilidad y compromiso de erradicar la violencia política y los discursos de odio en nuestro país.
CECILIA MOREAU
Diputada nacional
FUNDAMENTOS
Señora presidenta:
Venimos a presentar el presente proyecto de resolución porque consideramos que el intento de magnicidio cometido contra la Sra. Vicepresidenta actual y dos veces Presidenta de la Nación Argentina Sra. Cristina Fernández de Kirchner debe ser condenado enérgicamente por todo el arco político y la sociedad en su conjunto.
Es la Honorable Cámara de Diputados el lugar de mayor representatividad de todos los sectores que componen nuestro país, y es aquí donde debemos expresarnos de manera pronta y contundente. Siendo extremadamente necesario brindar en estos angustiosos momentos un mensaje a la sociedad que no deje dudas que todas las fuerzas políticas coincidimos en condenar estos hechos y creemos en la necesidad del diálogo para la construcción de un futuro mejor, con paz y sin violencia.
Desde hace varios años asistimos en nuestro país a diferentes expresiones que incitan la violencia y el odio. Esos discursos surgen de diferentes espacios políticos, culturales, judiciales, y mediáticos. Si bien hace tiempo venimos advirtiendo esta escalada de odio, en las últimas horas se ha llegado a extremos inusitados con el intento de asesinato de la Vicepresidenta de la Nación, y debe ser un punto de inflexión que nos lleva a establecer de manera unánime el diálogo como herramienta única para dirimir las diferencias. La responsabilidad colectiva nos debe llamar a apaciguar y serenar.
Las incitaciones al odio son incompatibles con la democracia y la paz social. Cuando el odio y la violencia se imponen sobre el diálogo y el debate de ideas, las sociedades se destruyen.
Instamos a una rápida investigación y condena a los responsables del atentado. Preservar la vida y la paz es imperativo para el desarrollo de la vida humana, la libertad y la democracia.
Por las razones expuestas, solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente Proyecto.
SEGUIR LEYENDO: