Diez días atrás, Alberto Fernández habló por teléfono con Cristina Kirchner para brindarle su apoyo luego de que el fiscal Diego Luciani cerrara su alegato en la causa Vialidad y le pidiera al Tribunal Federal Oral 2 que condene a la Vicepresidenta a 12 años de prisión. Fue el primero de una hilera de gestos de acercamiento que realizó el Presidente.
En esa charla telefónica de pocos minutos resolvieron encontrarse en un lapso corto. Ese tiempo se va extendiendo y el encuentro no se concreta. En esos días, el Presidente ha sido terminante respecto a su postura en lo que respecta a la causa en la que se encuentra involucrada la titular del Senado. Ha realizado una defensa cerrada de su compañera de fórmula.
“Voy a estar al lado de Cristina defendiendo sus derechos todo lo que haga falta. Sigamos en estado de alerta y movilización. Expliquemos en todos los lugares el atropello que sufre. Tenemos que estar más unidos que nunca”, le dijo el mandatario a los dirigentes del peronismo que estuvieron presentes el martes en el Consejo Nacional del PJ.
Alberto Fernández ha demostrado con creces su alineamiento a la Vicepresidenta en lo que respecta a la defensa de su inocencia. Ese movimiento le costó volver a perder terreno político, tal como le sucedió cuando acordó el ingreso de Sergio Massa al ministerio de Economía.
En el entorno del jefe de Estado resaltan desde hace tiempo que Fernández es el principal responsable de la unidad del espacio político. Aún en estos días donde la centralidad de Cristina Kirchner reorganizó al peronismo y lo encumbró detrás de su figura.
Puertas adentro del Frente de Todos advierten que lo que se está viviendo es un proceso que le permite al peronismo “tratar de recuperar el terreno perdido”, tal como lo describió un importante legislador. Esa etapa actual tendrá un hecho político fuerte que la marque a fuego: el discurso de la Vicepresidenta, el próximo sábado, en Merlo.
El PJ Bonaerense está organizando un masivo acto en el territorio gobernado -pese a que está en uso de licencia- por Gustavo “Tano” Menéndez. Será la primera vez que Cristina Kirchner hable frente a miles de personas luego de la última semana, en la que todo el peronismo se alineó detrás de ella para defenderla de lo que creen que es una “embestida política”.
Algunos esperan que dé una señal sobre hacia dónde debe ir el peronismo. Otros que haga algún guiño respecto a su futuro electoral en el 2023. Otros que resalte la unidad del espacio político y que contenga a la mayor cantidad de sectores posibles con su centralidad plena.
Nadie sabe con claridad de qué será el discurso de la Vicepresidenta en Merlo. Pero todos saben que marcará la agenda del Gobierno en los próximos días. Sindicatos, movimientos sociales, intendentes y La Cámpora movilizarán gente para que el marco del discurso sea con una multitud.
Allí no estará Alberto Fernández. En la Casa Rosada aseguran que no le corresponde estar porque lo que sucederá el sábado, en lo formal, es la realización del Congreso Nacional del PJ Bonaerense. El Presidente no es parte de la estructura dirigencial, como si lo es del PJ Nacional. Formalidades que intentan explicar su ausencia.
Lo cierto es que la Vicepresidenta tampoco tiene un cargo en el partido que preside su hijo, Máximo Kirchner. El Congreso en Merlo es solo una excusa protocolar para darle una base de apoyo al esperado discurso que emitirá después del mediodía.
Se espera, según relatan los organizadores, que estén presentes todos los sectores del Frente de Todos. Incluso algunos ministros o funcionarios cercanos a Fernández. En Balcarce 50 le confirmaron a Infobae que el Presidente no concurrirá a Merlo. Su participación estelar será en el Consejo Nacional del PJ Nacional, que se llevará a cabo el viernes 9 de septiembre en Santiago del Estero, y que tendrá como eje la defensa a la Vicepresidenta.
“Venimos de un escenario donde Alberto había perdido poder, donde el Frente de Todos estaba partido. Tenemos que aprovechar este momento”, asumió la mano derecha de un gobernador importante del peronismo. En la coalición tienen la sensación de que no hay que dejar pasar la oportunidad y aprovechar que Juntos por el Cambio atraviesa una interna caliente.
Lo que le falta a este proceso es la foto que retrate la unidad de la coalición con el protagonismo de los dos actores principales: Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Pero aún no llegó ese momento. Y nadie tiene en claro cuándo va a llegar. O, en el peor de los casos, si va a llegar.
En el kirchnerismo esperan que la foto del sábado se convierta en una muestra concreta del poder territorial que tiene la fuerza política y el alineamiento que se generó detrás de la Vicepresidenta. Será un nueva muestra de centralidad que solo podrá ser equiparada por el Presidente, una semana después, en Santiago del Estero.
Un ministro definió el momento que vive el primer mandatario y lo que, a su criterio, debería hacer: “Alberto tiene que dejar pasar la ola. Hay que dejar pasar el tiempo. Este proceso no va a ser efímero, pero tendrá sus momentos. Es imposible saber cuánto va a durar”.
Desde que empezó el proceso de centralidad de Cristina Kirchner dentro del Gobierno, la Vicepresidenta y el Presidente no aparecieron juntos. Quizás no lo hagan en el corto plazo. Dentro del peronismo creen que esa foto serviría para consolidar el momento de unificación que se vive, pese a que las diferencias continúan.
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