Del encuentro de esta tarde participaron Jorge Macri y Marcelo D’Alessandro, por el gobierno de la Ciudad, y Aníbal Fernández y Juan Martín Mena, por Nación. A su término, Horacio Rodríguez Larreta y Cristina Kirchner salieron a hablar públicamente; el primero leyó un comunicado, rodeado de sus colaboradores y otros referentes de Juntos por el Cambio, y la vicepresidente habló en un escenario improvisado frente a su casa.
El discurso de Cristina Kirchner fue el cierre de una jornada cargada de tensiones, en la cual hubo fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policías, y críticas cruzadas entre oficialismo y oposición.
Bien entrada la tarde, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ordenó que Jorge Macri -ministro de Gobierno- y Marcelo D’Alessandro -ministro de Justicia- se reunieran con el viceministro de Justicia de la Nación, Juan Martín Mena, y con Aníbal Fernández, ministro de Seguridad, para resolver el conflicto desatado en el barrio porteño de Recoleta.
Militantes kirchneristas se habían enfrentado con efectivos policiales, en un choque previsible que venía incubándose desde temprano, cuando circuló la noticia de que el Gobierno de la Ciudad había vallado la esquina donde se encuentra el edificio en el que reside Cristina Kirchner en el barrio de Recolecta. La policía de la Ciudad dispersó a los manifestantes con un camión hidrante; hubo agentes heridos y algunas detenciones.
En ese marco, las autoridades porteñas temían que la tensión creciera durante la noche. De hecho, referentes del oficialismo ya habían dejado trascender que pensaban montar una suerte de campamento en el lugar.
Según pudo saber Infobae, durante una reunión que tuvo lugar en un clima de tensión, los representantes de Larreta, Macri, CFK y Alberto Fernández acordaron que se podrían mantener las expresiones de apoyo a la Vicepresidente pero sin que ello implique un acampe en el lugar, ruidos molestos o fuegos artificiales. También establecieron un esquema de horarios a respetar. El gobierno de la Ciudad argumentó que había vallado el lugar por el reclamo de los vecinos.
Al término de la reunión, Rodríguez Larreta convocó a la prensa en la sede del gobierno porteño en la calle Uspallata donde leyó un comunicado en el cual le reclamó a la vicepresidente que asumiera “la responsabilidad de que los manifestantes se retiren pacíficamente a sus casas”. Algo que sucedió poco después, luego de que se retirase la policía de la ciudad.
El jefe de Gobierno porteño agregó: “Todos los dirigentes políticos tenemos la responsabilidad de contribuir siempre a la paz social y trabajar para evitar cualquier enfrentamiento entre argentinos”. Casi en simultáneo, los últimos efectivos liberaron la zona y ya empezaba a circular la noticia de que CFK hablaría en un escenario improvisado.
A su turno, la Vicepresidente tomó el micrófono y reforzó sus críticas contra la oposición: “Odian el amor y la alegría de los peronistas”, dijo, siguiendo con la línea de refugiarse en el justicialismo que ha adoptado desde que empezó la lectura del alegato del fiscal Luciani.
También les pidió a los dirigentes de Juntos por el Cambio que dejasen “de competir entre sí para ver quién odia más a los peronistas”.
Sin embargo, sobre el final de su discurso, en medio de los cánticos por su candidatura presidencial, Cristina Kirchner tuvo un claro gesto de distensión: “Vayamos a descansar un poco que ha sido un largo día”.
“Quiero decirles que aunque viviera mil años nunca me alcanzará para agradecer el amor y la solidaridad de todos ustedes”, concluyó. Finalmente, la multitud comenzó a desconcentrarse sin protagonizar nuevos incidentes.
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