La instalación de un vallado en el corazón del acomodado barrio de la Recoleta, donde vive Cristina Kirchner, derivó en una escaramuza entre la Policía de la Ciudad y militantes que fueron a apoyar a la vicepresidenta, en medio de una movilización motorizada por La Cámpora, a la que se sumaron funcionarios del Gobierno, sindicalistas, legisladores e intendentes.
Las vallas instaladas por las quejas de los vecinos fue el argumento para el intento de recrear un modesto 17 de octubre de apoyo a la Vicepresidente -tras el pedido de 12 años de prisión por corrupción en la causa Vialidad- con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, como principal rival.
Según pudo saber Infobae, el jefe de Gobierno decidió el viernes escuchar los reclamos de la zona, tras una semana de manifestaciones ruidosas, de gente sin poder dormir durante días, veredas sucias, daños en mobiliario urbano, autos y demás. “No hay derecho a vivir con miedo. Esto es un caos, no se puede estar”, decía hoy una vecina de Recoleta, mientras miraba a los militantes que protestaban, unos metros más allá.
Hubo advertencias de que instalar ese operativo iba a generar la reacción que finalmente ocurrió. Después de que los militantes tiraron el vallado -y la presentación de cuatro amparos en la Justicia- el gobierno porteño decidió no volver a ponerlos.
Lejos de los efectos políticos de ese reclamo concreto, urbano, vecinal, lo cierto es que esa decisión que Larreta tomó consciente de que iba a generar el rechazo del kirchnerismo duro, derivó en un conflicto político y el apoyo y solidaridad del Gobierno y el peronismo en general. Fue clave que la vicepresidenta Cristina Kirchner se declaró, mediante un mensaje escrito en sus redes sociales “sitiada”.
La primera línea de la dirigencia opositora de Juntos por el Cambio salió a respaldar de manera firme la decisión tomada por el jefe de Gobierno y responsabilizaron a Cristina Kirchner de cualquier situación que pueda poner en riesgo la paz social.
“Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada. Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la Vicepresidenta de la Nación. Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial”, escribió.
Después de una concentración masiva, impulsada por la dirigencia del Frente de Todos, que habló de proscripción y amenazas para la seguridad de la vicepresidenta, los manifestantes tiraron el vallado, enfrentaron a la Policía de la Ciudad y se iniciaron los incidentes.
Tensión en Recoleta: manifestantes tiraron las vallas y la Policía los está dispersando con el camión hidrante https://t.co/aO95kEqWBW pic.twitter.com/9oVi82S9VD
— infobae (@infobae) August 27, 2022
Un 17 de octubre para CFK
Desde hace días, apenas empezó a vislumbrarse que la suerte judicial de Cristina Kirchner en los tribunales estaba echada, sectores más duros impulsaron la idea de montar un propio 17 de octubre, que le permita a la Vicepresidenta evocar el acto fundante del PJ: el “rescate” popular de Juan Perón por las masas movilizadas ante el poder real.
Con el vallado que desplegó Horacio Rodríguez Larreta, el peronismo pareció encontrar el argumento, la excuso, el motivo para movilizar a la militancia y la dirigencia con un libreto parecido al del 17 de octubre de 1945. Una clave cifrada en medio de esa movilización: el funcionario del gobierno bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque meneando una eventual candidatura presidencial. Le preguntaron por la gorra que Cristina se puso con la leyenda 2023: “Me gustó mucho, estéticamente ella es hermosa y la gorra también”, dijo.
Los funcionarios del gobierno más identificados con el albertismo como Santiago Cafiero, Julio Vitobello y la propia Gabriela Cerruti (que fue a la manifestación), expresaron su apoyo a Cristina Kirchner, pero también el gobernador Axel Kicillof, sindicalistas, intendentes, legisladores y organizaciones sociales.
“Estamos todos observando con espanto y sorpresa las maniobras que se van sucediendo. Sobre un pedido de condena, ilegal politizado, extemporáneo, aparece lo del vallado. Larreta tiene que entender que no tiene derecho a hacer esto”, afirmó Kicillof.
Ese argumento en contra de Larreta se repitió en la boca de cada uno de los dirigentes del kirchnerismo que rechazaron la instalación de las vallas, llamaron a movilizarse y denunciaron un supuesto intento del jefe de Gobierno porteño de aislar o sitiar, a la vicepresidenta. El rival (enemigo?) fue Horacio Rodríguez Larreta, que quedó polarizando con el kirchnerismo.
Apoyo y defensa de Larreta
La decisión del jefe de Gobierno, que era monitoreada por los principales funcionarios porteños en la sede del Ministerio de Seguridad de la Ciudad, fue apoyada de manera pública y cerrada por los principales dirigentes de Juntos por el Cambio. Fueron declaraciones publicadas en Twitter y los medios que alertaron sobre los riesgos de comprometer con las manifestaciones la paz social.
En un comunicado titulado “los argentinos necesitamos paz social”, la Mesa Nacional de JxC expresó “su más profundo repudio a la violencia ejercida por manifestantes y funcionarios kirchneristas” y advirtió que “el kirchnerismo necesita la violencia porque no puede aceptar el correcto funcionamiento de las instituciones republicanas”.
“¡SE TERMINÓ! Cristina Fernández de Kirchner: basta de su prepotencia violenta. 12 años de gobierno: 12 años de condena. Esa es su realidad. Víctima es el pueblo que sufrió el robo”, afirmó la presidenta del PRO, Patricia Bullrich. Mientras que Ricardo López Murphy fue más directo: “Son ellos o nosotros”.
El diputado radical Mario Negri advirtió: “El kirchnerismo quiere resolver en la calle lo que se dirime en la Justicia. No hay que caer en la provocación. Por unas vallas dispuestas para que los vecinos de la zona (que son ciudadanos) tengan algo de paz quieren armar un 17 de Octubre, pero con 19 millones de pobres”
Maximiliano Ferraro, presidente de la CC, “el Gobierno Nacional debe garantizar la paz social. Irresponsable es el menor de los calificativos para una Vicepresidenta que pone sus intereses personales por sobre el de los ciudadanos, incitando a la violencia con el único fin de tabicar a la Justicia” #PazEnArgentina”.
“Triste, solitario y final. Marchar a defender a una señora acusada de robar dineros públicos, desnuda la carencia de convicciones profundas. En otros tiempos marchaban por ideales impregnados de pasión y compromiso. Justicia para todos, menos para Ella, para Ella, impunidad”, aseguró Omar de Marchi.
Fueron solo algunos de los argumentos que plantearon desde la oposición, que anticipa una polarización más profunda entre el peronismo y Juntos por el Cambio, en medio de la crisis económica, con una inflación disparada, sin dólares, ni empleo, entre otros problemas, que persisten mientras se disputan un vallado en la calle Juncal.
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