“Las mismas redes que utiliza Hezbollah para el lavado de activos de los grandes sindicatos del crimen organizado son usadas para ofrecer logística para otras actividades como la planificación de atentados”, alertó Emanuele Ottolenghi, investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias que tiene su sede en Washington.
El especialista en terrorismo vino a la Argentina invitado por el Congreso Judío Latinoamericano y dialogó con Infobae.
- Dr. Ottolenghi ¿cuál es el motivo de su visita a la Argentina?
- Es una invitación del Congreso Judío Latinoamericano para que se pueda hacer un intercambio de ideas opiniones y concientizar también a interlocutores a nivel de gobierno, agencias públicas en los temas que me pertenecen en mi trabajo de investigación o sea, presencia posible de redes terroristas en la región, actividades vinculadas al crimen organizado y a la financiación del terrorismo.
- ¿Cómo es la situación en este momento en la región con relación a las actividades de Hezbollah?
- Latinoamérica desde hace muchos años es un lugar donde hay una presencia importante. Hay comunidades también y el método operacional de Hezbollah es apoyar a simpatizantes en las comunidades de connacionales. Cuando se estudian estos vínculos en estas redes se encuentran puntos de contactos que no solamente son ideológicos, de pertenencia al mismo movimiento, también se ve que hay vínculos de familia, de origen, de pueblo y claramente de religión.
¿Por qué Latinoamérica? Porque en las últimas dos décadas Hezbollah empezó a depender más del autofinanciamiento y lo hace mezclándose e involucrándose en tráfico ilícitos como intermediarios sobre todo ofreciendo servicios de lavado de activos a los grandes sindicatos criminales, los carteles de la droga y claramente como Latinoamérica es la fuente principal de cocaína -una de las drogas más populares en el mundo- aquí tienen una base poderosa que facilita las transferencias de mercaderías ilícitas hasta mercados lejanos.
Pero hay otro elemento también, porque las mismas redes que se utilizan para transferir, facilitar la logística y repatriar el dinero pasando por redes de lavado también pueden ser activadas para ofrecer logística para otras actividades como la planificación de atentados.
- Además del lavado, ¿Hezbollah tiene otro tipo de intercambio con otras bandas de crimen organizado?
- Aquí le le citó una una frase muy famosa de un ex jefe de la de la DEA, la agencia estadounidense encargada de la lucha contra el tráfico de drogas, que decía esto estos personajes involucrados en crimen organizado, en financiamiento del terrorismo, van a los mismos clubes, a las mismas casas de prostitución, a los mismos bares y ahí se mezclan, se encuentran y descubren que tienen algo en común. ¿Qué tienen en común? El deseo y la necesidad de manejar negocios muy complejos ilícitos. Tienen puntos de contacto en común y utilizan muchas veces los mismos canales y las mismas redes.
- Hace unos años había un clan de envergadura que lavó muchísimo dinero para financiar al terrorismo -el clan Barakat- que fue desbaratado ¿sigue habiendo en la Triple Frontera actividad de lavado para financiar al terrorismo?
- La Triple Frontera sigue siendo uno de los centros más importantes de economía ilícita en el hemisferio occidental. Tiene unas características para que sea un punto ideal para estas actividades. Las fronteras no tienen controles muy fuertes, hay niveles de corrupción bastante altos -sobre todo en el lado paraguayo-, la geografía del lugar históricamente se ofrece a este tipo de actividades ilícitas.
Hay una infraestructura financiera de bancos, casas de cambio por la presencia turística entonces ofrece la infraestructura para manejar operaciones de lavado muy grandes. Por eso todo sigue siendo como antes.
- En cuanto al reclutamiento y adoctrinamiento, ¿es un campo fértil Latinoamérica?
- No sólo es fértil, es un elemento integral de la estrategia de Hezbollah y claramente de su patrón: la República Islámica de Irán. Hay una sistemática estrategia de inversión de recursos para seguir controlando todas las instituciones claves de las comunidades: las escuelas, las mezquitas, los centros culturales, los movimientos de juventud. Todos los vectores que construyen y fortalecen la identidad. En el caso de la Triple Frontera hay dos escuelas que sirven a la comunidad libanesa local una controlada por el Hezbollah de este lado brasileño y en el lado paraguayo controlada por el Movimiento Amal que, a pesar de una historia un poquito diferente, hoy es aliado del Hezbollah en todas sus actividades en el Líbano. Irán no tiene una presencia de comunidades iraníes tan grandes en Latinoamérica pero como Estado que tiene como objetivo la exportación de sus ideales revolucionarios establece centros culturales y de nuevo se habla de una estrategia con muchos recursos.
Debajo de la guía de una institución supuestamente académica que se llama la Universidad Internacional Al-Mustafa, que está en la ciudad sagrada de Qom en Irán, es un seminario religioso el cuyo objetivo es de entrenar conversos sobre todo. Hacen una actividad misionera en todo el mundo y tiene un departamento enfocado en Latinoamérica. El jefe de ese departamento es el sheikh Mohsen Rabbani, el hombre implicado en el atentado a la AMIA.
Doctorado por la Universidad Hebrea de Jerusalén, Ottolenghi en los últimos años puso su foco de atención en la investigación de las actividades de Hezbollah en Latinoamérica, además del estudio en particular de la Guardia Revolucionaria de la República Islámica de Irán. Su trabajo ha permitido identificar redes de actividad ilícita vinculadas a la financiación y promoción de Hezbollah en el continente americano.
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