La expectativa del cierre del Council de las Américas de este año estaba puesta en las palabras del ministro de Economía, Sergio Massa, el funcionario al que todos miran en el mundo de la política y el empresariado, y del que todos quieren saber sus pasos a seguir en el corto plazo. Esa situación se genera por el nivel de incertidumbre que existe sobre la economía argentina.
Massa repasó las medidas que tomó en las primeras dos semanas al frente del Palacio de Hacienda, pero guardó lo más fuerte para el minuto final. Convocó a la oposición a un acuerdo, aprovechando que aún restan varios meses para que arranque el tiempo electoral, que el propio ministro indicó que empezará entre marzo y abril del próximo año.
“Sería bueno aprovechar la distancia con las elecciones para encontrar acuerdos o consensos básicos. No tenemos que tener miedo de sentarnos en una mesa a buscar acuerdos por más de que seamos de fuerzas políticas diferentes. Lo que está en juego es el desarrollo de la Argentina”, sostuvo.
Fue un llamado a la oposición para buscar acuerdos concretos que permitan transitar la gestión económica con menos nivel de incertidumbre y de agresividad política. Massa dejó en claro que dialogar no significa ceder, sino “sentarnos a pensar juntos”. Buscó bajarle el nivel de dramatismo a la idea de negociar con la oposición en búsqueda de coincidencias. Entiende que es necesario, más allá de las tensiones siempre existentes.
El discurso se enmarca en un momento complejo de la economía argentina, con dólares que faltan en las reservas del Banco Central y que aún no llegan en la cantidad necesaria; con una inflación destructiva que volverá a ser una mala noticia el mes próximo, y con un clima político sindical que está enrarecido, después de la marcha que ayer realizaron la CGT y los movimientos sociales.
“La expectativa se está desinflando de a poco. Prometió medidas por Twitter que no cumplió. Aún así, puede mejorar la gestión y es el mejor de los ministros que tiene el Gobierno”, analizó un referente de la oposición que siguió el evento a través de la transmisión oficial .
En Juntos por el Cambio saben que Massa fue el freno a lo que podría haber sido el derrumbe del Gobierno. Esa imagen la divisaron el día que el dólar libre tocó los $350 y la inestabilidad económica y cambiara alteró el clima interno de la Casa Rosada.
Lo que resta ver ahora es cuál será la respuesta de la oposición ante el pedido concreto del ministro d Economía. Principalmente de Juntos por el Cambio, la fuerza más importante. La respuesta marcará el pulso del vínculo que hoy existe entre el oficialismo y la oposición, pero también el ordenamiento interno opositor, entre los que creen que hay que buscar el acuerdo con el Gobierno y los que entienden que ni siquiera hay que tenderles la mano.
En el Hotel Alvear, donde se llevó a cabo el encuentro desde la mañana temprano, muchos de los empresarios presentes dejaron saber que respaldan la llegada de Massa a Economía, como parte de un cambio que era necesario, pero que el margen para que las expectativas se conviertan en realidad es muy poco.
El empresario Martín Cabrales lo simplificó en una oración. “La situación es preocupante, pero hay que darle un voto de confianza al ministro. Un margen de tiempo para que pueda trabajar”, explicó ante la consulta de Infobae.
Lo cierto es que el sector empresario cree que no hay un margen grande para que empiecen a aparecer los resultados de la nueva gestión económica. Nadie piensa en el primer trimestre del año que viene como una opción. “No hay 100 días, hay 30″, sentenció, lacónico, un importante empresario.
“La preocupación del sector empresario es alta. Igual a la que teníamos un mes atrás, cuando aún estaba Martín Guzmán. Lo que sabemos ahora es que Massa tiene respaldo político. Ella lo banca”, explicó otro empresario que asistió al evento en el centro porteño. Ella es Cristina Kirchner.
Un dirigente político que pasó por el evento planteó el cuadro de situación que atraviesa el ministro de Economía. “Massa tiene en claro la hoja de ruta, el camino que quiere recorrer. Sabe cuáles son los problemas, pero no tiene las herramientas necesarias para resolverlos”, advirtió.
En general, la sensación que atravesó el tradicional evento fue la de incertidumbre. Desconocimiento sobre el impacto real que tendrán las medidas que el ministro de Economía tome, el momento en que lo haga y la efectividad de cada una. Tiempo, creen muchos, es lo que no sobra. Por eso sienten que el nivel de expectativas generado por Massa fue importante pero que, lentamente, empieza a descender.
El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, fue la voz opositora que reflejó esa incertidumbre. Durante su presentación afirmó: “El gobierno nacional ha empezado a tomar algunas de las medidas que estaban planteadas con el FMI, en línea con lo que hay que hacer para ordenar las cuentas. Veremos que pasa hacia adelante. Ahora tienen que salir de la retórica y tomar medidas concretas”.
Entre los políticos y empresarios presentes estuvo instalada la expectativa que Massa generó. En alguna medida, todos saben que si le va bien en su gestión, la economía tomará un rumbo más apropiado y habrá mayor estabilidad en el escenario productivo.
Algunos siguen pensando en que falta una fuerte devaluación, otros que se abra una ventana de baja de retenciones y un tipo de cambio más conveniente para que el sector agropecuario liquide los granos, otros que prosperen con rapidez los acuerdos entre los distintos sectores para que las medidas económicas tengan respaldo y continuidad en el tiempo.
En su discurso, Sergio Massa dejó en claro que la situación es compleja y que no hay “magos” ni “súper ministerios” que puedan dar vuelta la historia de un momento al otro. Dio un nuevo golpe de efecto convocando a la oposición a una mesa de diálogo. Volvió a generar expectativas.
Fotos: Adrián Escandar
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