El embajador argentino en Venezuela, Oscar Laborde, consideró hoy que el avión iraní-venezolano “objetivamente está secuestrado” en Ezeiza y cuestionó la resolución del juez federal Federico Villena de incautarlo, al afirmar que hay una “sensación de injusticia para el pueblo venezolano” por la intervención judicial.
En declaraciones públicas, el diplomático con misión en Caracas afirmó que el avión “está secuestrado porque el juez lo ha determinado”, a pesar de la situación de los 19 tripulantes de la aeronave que siguen en el país “sin que aparentemente haya algo para reprocharles”, consideró.
“Hay una sensación del pueblo venezolano de injusticia. Queda claro que hay una intención de la Justicia, que muchos la padecen y que es una operación del adversario del ‘campo popular’”, sostuvo en una entrevista a radio AM 750.
En contacto con este medio, el embajador en Caracas aseguró que usó el término “secuestro” porque así figura en el expediente del juez Federal Villena, en consonancia con lo que establecen los artículos 231 y 233 del Código Procesal Penal.
Ahora bien, Laborde sostuvo que hay una decisión de “perjudicar” a Venezuela y las relaciones bilaterales, sino de atentar contra la integridad de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que preside de forma interina Alberto Fernández. “Esto hay que transitarlo con inteligencia porque son muchos los intereses que pretenden que esto sea una pelea que perjudique aún más a Venezuela, que sea una pelea con Argentina, y sobre todo al proceso de la CELAC”, planteó, y agregó: “Es natural sospechar que los adversarios exageren y griten con lo del avión”.
Además, el representante descartó que la relación bilateral con Venezuela esté dañada por el incidente, a pesar de las críticas recientes que le hicieran al Gobierno algunos dirigentes chavistas alineados con Nicolás Maduro. “Sabemos que tenemos esta dificultad con los amigos venezolanos. No hay ninguna protesta del gobierno venezolano a Cancillería”, aseguró.
El diplomático, así, cuestionó la resolución de Villena de hacer lugar al pedido de la Justicia de Estados Unidos para incautar el avión iraní-venezolano, retenido en el aeropuerto de Ezeiza desde el 8 de junio. En la resolución, el magistrado autorizó “una evaluación inicial, la cual incluirá la inspección mecánica, la inspección del lugar de depósito y la subscripción de contratos de depósito y mantenimiento por parte del personal del USMS (Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos) y la empresa contratada al efecto”.
Acerca de las circunstancias de la tripulación, Laborde insistió en que “no hay ninguna causa, ninguna acusación ni ningún elemento de que esta gente deba estar allí con esta demora”. “Tengo la esperanza de que rápidamente se vaya a solucionar”, auguró.
Las implicancias del caso ya tiene repercusiones regionales y para la política exterior argentina. Este martes, el régimen nicaragüense de Daniel Ortega cobró esa factura, al criticar el presidente Alberto Fernández por el caso del avión iraní-venezolano incautado en Buenos Aires. El líder sandinista reprochó duramente al presidente argentino por el hecho que investiga presuntos vínculos de la aeronave con el terrorismo internacional y cuestionó su rol en la CELAC.
Durante un acto en ocasión del 42 aniversario de la Fuerza Naval de Nicaragua, Daniel Ortega dijo que Fernández “está haciendo un papel más vergonzoso, más triste, más degradante que el que hace” el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, “que abiertamente es instrumento de los gringos”. “¿Desde cuándo Argentina dejó de ser independiente y ahora responde a las leyes norteamericanas, a los jueces norteamericanos, y a las persecuciones de los Estados Unidos?, ¿desde cuándo?”, preguntó el presidente autoritario, quien tildó el momento de “doloroso”.
“No sé qué fin irá a tener la Celac si Argentina no tiene la decencia y el honor de no someterse al imperio”, concluyó Ortega.
Los cuestionamientos a Alberto Fernández desde Nicaragüa coinciden en una semana compleja para el organismo regional. El próximo jueves, el Presidente será anfitrión ante un grupo de líderes latinoamericanos que se reunirán en Buenos Aires para discutir cómo profundizar la integración regional, en el marco de la presidencia pro témpore de la Argentina al frente de la institución multilateral.
La actividad marca el retorno del mandatario argentino a la agenda regional -tras su paso por Colombia, donde asistió a la asunción del presidente Gustavo Petro- y materializará la intención de Fernández en cuanto a levantar el perfil de la entidad, en un escenario internacional atravesado por la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones entre los Estados Unidos y China por Taiwán.
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