Primeros coletazos del “huracán Lilita”: el silencio de Macri, el olfato de Bullrich y el enojo de Larreta

Qué está pasando en Juntos por el Cambio tras las críticas de Elisa Carrió. El almuerzo del PRO en el que puede haber planteos. La estrategia contra la “connivencia panpejota”. Intimidades de un día difícil para la oposición

Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y Mauricio Macri, en épocas de sonrisas compartidas

¿Se trasladará la flamante pelea de Juntos por el Cambio por las declaraciones de Elisa Carrió al almuerzo que tendrán el viernes próximo los líderes del PRO? Mauricio Macri se mantuvo en silencio luego del paso del “huracán Lilita” por el territorio opositor. En su entorno afirman que juzga “extemporánea” la flamante polémica en JxC frente a “la agenda de la tragedia de la Argentina actual”, además de errónea la acusación con nombres y apellidos, aunque coincide en el fondo de la cuestión que planteó la fundadora de la Coalición Cívica: su desconfianza hacia Sergio Massa y su rechazo a la “connivencia panpejota” que proponen algunos referentes de su espacio para ganar las elecciones y poder gobernar, en lugar de avalar el “panrepublicanismo”.

Cerca del ex presidente -que al día siguiente de las críticas de Carrió habló del tema con Cristian Ritondo en sus oficinas de Olivos- creen que esa postura es la que llevará a la comida con sus colegas partidarios, con un agregado: esta disputa distrae de los problemas que genera el Gobierno.

No es la primera vez que Carrió cuestiona la relación de Horacio Rodríguez Larreta, Ritondo o Emilio Monzó con el actual ministro de Economía, pero es la primera vez que alguien de JxC le contesta. La oportunidad la aprovechó Patricia Bullrich, jefa del PRO, que con buen olfato publicó su dura réplica en Twitter a las 0.16 del miércoles y obligó a casi toda la dirigencia a seguir sus pasos.

Cristian Ritondo, Elisa Carrió, Fernando Iglesias y Patricia Bullrich, en un acto de 2016

Incluso se pronunció bien temprano Horacio Rodríguez Larreta, aliado de Carrió: “Es muy saludable que haya discusiones internas, pero el límite son los agravios”. Así tomó distancia de sus dichos, molesto por una pelea que agrieta la unidad de Juntos por el Cambio y pone en discusión la estrategia de ampliación opositora al cuestionar a algunos actores del PJ. También incomodó a María Eugenia Vidal, amiga personal de la líder de la Coalición Cívica, que desde Twitter se limitó a reproducir el sobrio comunicado del bloque de diputados del PRO y un video en el que apoya a Ritondo, su candidato a gobernador bonaerense, con el mensaje: “Trabajando juntos. Siempre”.

Carrió, como si fuera una panelista televisiva, habló de casi todos sus pares opositores y nadie se salvó de sus sospechas, ni siquiera Bullrich, la primera que públicamente expresó sus reparos hacia Massa. La líder de la CC la involucró en un doble juego por rechazar al ministro de Economía, pero dejar que el contacto con él lo asumiera el diputado Gerardo Milman, su mano derecha. Esa mención indignó a la jefa del PRO, que no avisó a nadie (¿a Macri sí) que iba a contestarle a Carrió.

La ex diputada chaqueña, lejos de arrepentirse, redobló la apuesta. “El camino tiene que ser la transparencia”, tuiteó mientras en JxC se acumulaban las réplicas opositoras. En diálogo con Jorge Lanata, Carrió zamarreó a Bullrich: “Yo a Patricia la quiero mucho -dijo-. Patricia tenía 80% de imagen negativa cuando vino a la Coalición Cívica. Yo la defendí. El día que saqué 1,8% me dijo me voy con Macri porque yo ya no servía”, aseguró “Lilita”, quien aclaró que a pesar de todo “la sigo queriendo”. Y añadió, hiriente: “Me decía barbaridades de Macri, que no venga a rasgarse las vestiduras. Ella es decente, pero si arreglás con cualquiera por abajo después tenés cada candidato”.

Mauricio Macri recibió a Cristian Ritondo luego de las declaraciones de Elisa Carrió

No fue lo único. Carrió también apuntó contra la idea de Bullrich (y de Macri) de buscar alianzas electorales con Javier Milei, alguien que, en palabras de la líder de la CC, “habla de compra y venta de órganos y la compra y venta de niños”. “Esto rompe la moral estoica, la moral griega, la moral religiosa. Es un horror. Hagan lo que quieran, muchachos. Yo desaparezco”. Y fue más allá todavía: “¿Ella (por Bullrich) puede decir lo que quiera, puede hacer alianzas con Milei y yo no puedo decir una palabra? Hay una desigualdad enorme.

Con toda razón, cualquiera podría preguntarse qué pasaría si Juntos por el Cambio llega al gobierno en 2023 y mantiene esta forma demoledora de exhibir sus diferencias. Luego de la espuma que subió entre tantas réplicas y declaraciones, la dirigencia opositora parece haber entrado en una etapa de silencio, aunque en estado de shock. ¿Cómo criticar ahora al Frente de Todos por sus peleas internas? ¿Cómo seguir luego del arrasador paso del “huracán Lilita”?

Macri y el jefe de la UCR, Gerardo Morales, aún no se vieron para aclarar la fuerte polémica que mantuvieron a principios de junio, luego de que el ex presidente dijera que Hipólito Yrigoyen fue uno de los primeros impulsores del populismo en América Latina y el gobernador de Jujuy le advirtiera: “Si tu intención es romper Juntos por el Cambio para buscar un acuerdo con sectores de la extrema derecha antidemocrática, lo mejor es decirlo concretamente”.

Elisa Carrió y Patricia Bullrich

¿Se mantendrá la peregrinación de algunos dirigentes a la chacra de Carrió, en Exaltación de la Cruz? ¿Cómo se inserta este traumático episodio en el “manual de buenas prácticas” que consensuaron y aprobaron hace cuatro meses en la Mesa Nacional de JxC? “El propósito es que Juntos por el Cambio se fortalezca, lubrique su dinámica interna y gane efectividad en la toma de decisiones y la vinculación con la ciudadanía”, afirma el primer punto del manual. ¿Ya quedó desactualizado?

En su paso arrollador por los medios, Carrió también dijo esta mañana en Radio Mitre: “Yo no voy a ser presidente, no porque no vaya a gobernar bien, sino porque nadie quiere un decente en la Presidencia. Nadie en Argentina quiere un presidente o una presidenta decente”.

“¿Quiso decir que quienes quieren presidir el país son corruptos o tolerantes hacia la corrupción? Cruzó un límite”, afirmó, indignado, un operador larretista, hasta hoy indiferente ante la locuacidad de Carrió.

Nadie sabe aún si esta pelea que precipitaron las declaraciones de Carrió abrirá un profundo y amplio debate en Juntos por el Cambio sobre la política de alianzas para 2023. Sí está más claro que, aunque todavía no se hizo un control de daños, las heridas internas no se cerrarán fácilmente. Menos todavía, las que se abrieron en una sociedad que espera otra forma de dirimir las diferencias.

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