“Nos vamos a quedar en la Plaza de Mayo para que nos reciba el ministro de Economía, Sergio Massa.”. La frase no es una amenaza: es una medida que ya fue tomada por la Unidad Piquetera y expresada por el líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni. Se implementará a partir del miércoles 10 de agosto.
-¿Quiere decir que van a acampar?, le preguntó Infobae.
-No. Vamos a hacer permanencia. Los compañeros se irán rotando las 24 horas. Vamos a estar frente a la Casa Rosada, a metros del edificio de Economía, hasta que el nuevo ministro nos reciba. Como a Silvina Batakis, a Massa le presentamos un pedido de audiencia apenas asumió. Como no nos contestó, permaneceremos en el lugar hasta que nos atienda. Eso es permanencia.
Las organizaciones populares de izquierda no son los únicos que solicitan reunirse con el reemplazante de Batakis en el Palacio de Hacienda. El domingo, en el acto de cierre de la masiva marcha que desde el santuario de San Cayetano al centro porteño realizaron los movimientos sociales oficialistas, hicieron pública esa demanda: reunirse con el flamante ministro con facultades ampliadas para expresarles de manera personal su disconformidad por algunas medidas “que favorecen a los sectores más concentrados”. Según su visión, no fue tomada en cuenta, al menos hasta ahora, “la agenda de la economía popular”. También quieren pedir explicaciones sobre la auditoría a los programas sociales.
Como ya informo este medio, los dirigentes de la Unión Trabajadores de la Economía Popular, con Esteban “Gringo” Castro a la cabeza, ya fueron reunidos por el titular de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, el obispo de San Isidro muy cercano al papa Francisco.
Frente a unas 300.000 personas, los dirigentes de la UTEP también le reclamaron al gobierno de Alberto Fernández la creación del ministerio de la Economía Popular, que hasta ahora es una secretaría del ministerio de Desarrollo Social, que está a cargo de Emilio Pérsico, uno de los referentes del Movimiento Evita. Durante esa marcha motorizada por la fe y reclamos sociales, también abogaron por el Salario Básico Universal. Una iniciativa a la que no adhieren los piqueteros y que la portavoz, Gabriela Cerruti, anticipó que el Frente de Todos no va a impulsar.
Demandas al ministro de Economía
La Unidad Piquetera, a través de una carta, ya le expresó a Massa sus demandas: actualización en los montos de programas como el Potenciar Trabajo; un incremento del Salario Mínimo Vital y Móvil; y un bono de emergencia de 20.000 pesos y trabajo genuino.
Las tres columnas que confluirán frente a la Casa Rosada ingresarán a la Ciudad de Buenos Aires a partir de las 11 de la mañana. Las más numerosas marcharán desde la Avenida Belgrano, el Obelisco y la cabecera ubicada en Avenida de Mayo y 9 de julio.
Desde allí, una columna se movilizará al Ministerio de Desarrollo Social, ubicado en avenida 9 de Julio al 1.900, lo que generará un caos de tránsito en plena hora pico.
Al ministro Juan Zabaleta le recordaran petitorios pasados y sobre los que no se avanzó: universalización de los programas sociales, una medida que el gobierno de Fernández ya clausuró; mayor entrega de alimento para los comedores populares y, entre otros puntos, “que se cumpla con la entrega de las herramientas y maquinarias prometidas para más de tres mil emprendimientos”.
Belliboni, uno de los referente de la Unidad Piquetera, recordó: “Esta semana se anuncia una inflación escandalosa que en alimentos superara los dos dígitos. Eso bajará a la línea de pobreza a más del 50% de la población trabajadora”.
En referencia a la marcha de la UTEP del domingo, el dirigente de izquierda opinó: “Hasta los movimientos oficialistas se horrorizan con el aumento de la pobreza y de la miseria,. Pero no hacen nada, una procesión religiosa les bastó para no responder a los compañeros que integran esas organizaciones y que se hunden en la indigencia”.
A través de un comunicado, los piqueteros denunciaron: “El ajuste está llegando a la comida que no viene a los comedores populares, a los compañeros que están desocupados y ni siquiera tienen un programa social que los ayude a poner un plato de comida en la mesa”.
Por esta y otras razones, los movimientos de izquierda fundamentaron la acción de lucha del 10 de agosto: “No aceptamos que la crisis la paguemos los trabajadores”, advierten. E insisten en que se quedarán hasta ser atendidos por el ministro Massa.