En cada celebración por el día de San Cayetano, los principales movimientos sociales afines al Gobierno nucleados en la Unión de Trabajadores y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) se movilizan desde el barrio porteño de Liniers, donde se ubica la homónima Iglesia, para exigir una agenda de reclamos por “Tierra, Techo y Trabajo”. La convocatoria central volverá a reeditarse mañana domingo a partir de las 8 de la mañana, cuando se dirija una masiva columna de manifestantes hacia el Obelisco para exigir la implementación de medidas destinadas a los trabajadores informales.
La UTEP, el brazo “sindical” de los cartoneros y de quienes trabajan en cooperativas de la economía popular —los huerteros, establecimientos textiles, comedores y merenderos, entre otros—, nuclea a dirigentes con influencia directa en la política social del Poder Ejecutivo. Tiene como su máximo representante a Esteban “Gringo” Castro, el secretario general de la organización gremial. Bajo este paragüas confluyen agrupaciones como el Movimiento Evita, de Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que tiene entre sus referentes a Juan Grabois, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de Juan Carlos Alderete y el Movimiento Somos Barrios de Pie de Daniel Menéndez, y el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) que encabeza Dina Sánchez.
“Tenemos una gran expectativa, hay mucha energía. San Cayetano es un momento de encuentro, siempre decimos que San Cayetano ‘nos une’. Es una jornada de varios días que se va a replicar en casi todas las provincias. Estamos con la expectativa de ratificar la agenda de ‘Tierra Techo y Trabajo’”, señaló a Infobae Gildo Onorato, secretario gremial de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita.
La marcha por San Cayetano comenzó en el año 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri. Desde esa alianza, los movimientos sociales bautizados entonces como “cayetanos” -por su cercanía con la Iglesia Católica y su identificación con el Papa Francisco- se apoyaron en la festividad religiosa para impulsar un pliego de demandas vinculadas al trabajo y la actividad de la economía popular, entre ellas, la Ley de Emergencia Social que instituyó el “Salario Social Complementario”, el antecedente inmediato del programa “Potenciar Trabajo”.
En contraste con los últimos años, la movilización se produce en un clima de creciente impaciencia y reclamos crecientes al Gobierno por la alta inflación, que golpea en los niveles de pobreza e indigencia de la población. El nerviosismo por el deterioro de los ingresos expone las diferencias de estrategias de los dirigentes sociales aliados al Frente de Todos, que se dirimen hasta dónde tensionar con el resto de la coalición oficialista.
De este sector nucleado en la UTEP, quien representa la postura más confrontativa es el dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois. Esta semana, su agrupación emitió un pronunciamento en el que insinuó la idea de que los tres diputados nacionales Itai Hagman, Natalia Zaracho y Federico Fagioli, junto a las legisladoras Ofelia Fernández (CABA) y Lucía Klug (PBA) pudieran romper con los bloques legislativos del Frente de Todos, luego de que los anuncios del ministro de Economía, Sergio Massa, no incluyera una “medida redistributiva” dirigida a los trabajadores no registrados y “los sectores sociales más postergados”.
De avanzar con la fractura del interbloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, el oficialismo perdería la primera minoría. Sin embargo, los legisladores del Frente Patria Grande aclaran que la intención es armar una “bancada propia” que no implique, necesariamente, dejar la pertenencia al bloque. La decisión final se tomará en un congreso partidario pautado para la próxima semana.
Lo cierto es que, en sus últimas declaraciones públicas, el camino trazado por Grabois se inclina por “irse” de las bancadas oficialistas y profundizar la protesta social, ante el fracaso de estas negociaciones con los distintos interlocutores del Poder Ejecutivo. El Frente Patria Grande impulsa la sanción del Salario Básico Universal (SBU), una medida que no cuenta con el apoyo de toda la coalición. El malestar de este sector se profundizó ante la carencia de anuncios que recomponga los ingresos de aquellos que no cuentan con un trabajo formal.
Otras organizaciones de la UTEP, como el Frente Popular Darío Santillán (FPDS), son también críticas del desempeño de la política social y apoyan la implementación de un ingreso universal. “Volvemos a salir a las calles en unidad, reclamando respuestas urgentes para los últimos y últimas de la fila. Volvemos a poner sobre la mesa la Ley de Tierra, Techo y Trabajo, y que avance con el salario básico universal para terminar con la indigencia en Argentina. Necesitamos respuestas urgentes porque la situación no se aguanta más”.
El diputado Juan Carlos Alderete, dirigente del Partido Comunista Revolucionario (PCR) y de su brazo territorial, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), suele ser duro en su discurso contra el Gobierno, pero no piensa en divisiones en el Frente de Todos. Su partido cuenta con dos diputados nacionales. A diferencia del Frente Patria Grande, Alderete aclaró que no evalúa fracturar y dejarle la primera minoría a Juntos por el Cambio en la Cámara baja.
En el Movimiento Evita, en tanto, se abstienen de atizar el conflicto con el Poder Ejeuctivo y el presidente Alberto Fernández, de quienes son aliados directos. El secretario de Economía Social, Emilio Pérsico, definió en Radio 10 que “no es momento de una gran distribución del ingreso, es momento de calmar a los mercados”. “Mañana es un día de celebración, en el que la religiosidad popular y la lucha se funden en un abrazo que une y moviliza, que apuesta a la paz social conquistando los derechos que están demandando los más humildes”, consideró Onorato, con retórica conciliadora.
Lo que unifica a todos los sectores de la UTEP es la sanción de una ley ómnibus de “Techo, Tierra y Trabajo”, que incluye distintos capítulos como el salario básico universal, el proyecto de monotributo productivo, los creditos no bancarios para cooperativistas, la Ley de Envases y de Humedales, entre otros. Ese pliego de demandas se pondrá de manifiesto durante el acto central, previsto para las 14 del domingo. Desde un palco ubicado en el centro porteño, los oradores serán Gildo Onorato, Juan Carlos Alderete, Norma Morales (Barrios de Pie), Dina Sanchez y cerrará “Gringo” Castro.
Durante el sábado, los fieles católicos comenzaron a reunirse en los alrededores del santurio ubicado en Liniers, en la calle Cuzco y la avenida Rivadavia, para asistir a la misa de la tarde y acercarse a recibir bendiciones. La militancia saldrá desde el mismo punto de encuentro hasta la intersección de las avenidas de Mayo y 9 de Julio. Los organizadores esperan una peregrinación de 500 mil manifestantes, que tuvo su inicio el miércoles pasado desde la Basílica de Luján.
En este contexto político, el condimento confesional estará presente durante todo el fin de semana. A las 11 se celebrará la misa principal, que será presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli. Por la tarde, a las 17, el obispo Gustavo Carrara, vicario episcopal para las villas y barrios populares de CABA y vicepresidente de Cáritas Argentina, compartirá otra celebración con el padre José María “Pepe” Di Paola, párroco de la iglesia San Juan Bosco de José León Suárez, en la provincia de Buenos Aires. Organizada por Cáritas, la Familia Grande Hogar de Cristo y la Unión de Clubes Parroquiales, el encuentro religioso es el puntapié de la tradicional peregrinación por todo el país, que lleva una réplica de la Virgen de Luján a los centros barriales con el lema #NiUnPibeMenosPorLaDroga. Se trata, también, de otra actividad que cuenta con la inspiración del Papa Francisco.
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