Hay alivio en la Confederación General del Trabajo (CGT): para recomponer los salarios más bajos, Sergio Massa no impulsaría un aumento de suma fija sino un bono “antiinflacionario” de emergencia. La primera alternativa, promovida por Cristina Kirchner, era rechazada por la mayoría de los sindicalistas que representan al sector privado porque “achata las categorías salariales”. Por eso insistían en que la mejor herramienta para mejorar los ingresos son las paritarias.
“Nosotros representamos a los trabajadores formales y el tema salarial se resuelve en las paritarias negociando con el empleador”, advirtió a Infobae Sergio Romero (UDA), secretario de Políticas Educativas de la CGT. Es la misma postura que mantienen sus pares.
La cúpula de la central obrera le hizo saber a Massa que no compartía la variante del aumento de suma fija a través de Carlos Acuña (estaciones de servicio), uno de sus cotitulares y miembro activo del Frente Renovador. Por la misma vía, Massa le comunicó a los gremialistas que se inclinaba por un bono, que se aplicaría como una gratificación por única vez, pero que, de todas formas, sería discutido con la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA).
“Veremos cuál es el esquema de la convocatoria del sector empresario y gremial para recomponer los salarios más bajos -dijo a Infobae un líder cegetista-. En la conferencia de prensa no se refirió al tema paritarias, pero ya nos enteraremos cuál es su criterio en las conversaciones que se van a dar”.
En su primera conferencia de prensa, Massa anticipó: “Vamos a convocar el jueves de la semana que viene a entidades empresarias y de trabajadores a los efectos de asegurar un mecanismo que permita recuperar ingresos en trabajadores del sector privado, que incluye la mejora de las asignaciones familiares. Los salarios entre 50.000 y 150.000 pesos son los que se ven más perjudicados. Allí vamos a enfocar el estudio de la modificación de las asignaciones familiares”.
Esa es otra de las medidas que despierta una gran expectativa en el mundo sindical: universalizar las asignaciones familiares. Es algo sobre lo que estaba conversando la CGT con el Gobierno y que propuso públicamente Pablo Moyano (Camioneros), otro de los cotitulares cegetistas. “Hay alrededor de 6 millones de trabajadores registrados, pero solamente 2 millones cobran asignaciones familiares. Por eso, vamos a pedir que ese pago se universalice”, dijo el dirigente de Camioneros en mayo. Y agregó: “Ayudaría a aumentar parte del salario del empleado y ese dinero va a ser volcado al mercado interno. Sería importante que, a través de un decreto o una ley en el Congreso, se termine con esta discriminación y todos los trabajadores registrados cobren la asignación familiar por hijo”.
La CGT recibió de manera positiva los primeros anuncios de Massa. “Crea un nuevo clima de esperanza, aunque habrá que ver la instrumentación de las medidas”, opinó un dirigente de un importante sindicato industrial. Uno de sus colegas elogió al flamante ministro de Economía: “No es un mago, pero sabe gestionar con mirada integral. Ojalá tome las decisiones correctas”.
Además de la reunión oficial con la UIA y la CGT, Massa quiere reunirse previamente a solas con unos y otros. La idea es llegar al encuentro tripartito de la semana que viene con una propuesta consensuada entre todos sobre el bono de emergencia y las asignaciones familiares.
Para entonces, de todas formas, no habría modificaciones en la primera protesta de la CGT durante el gobierno de Alberto Fernández: la mesa chica cegetista ratificó este miércoles la movilización del 17 de agosto entre la Plaza de la República y la Plaza de los Dos Congresos. Estaba en duda porque algunos dirigentes creen que no pueden recibir al nuevo ministro de Economía saliendo a quejarse por la inflación y la falta de respuestas de “la política” para salir de la crisis actual.
Sin embargo, a partir de la insistencia de Héctor Daer (Sanidad), el otro cotitular, de la CGT y Andrés Rodríguez (UPCN), su secretario adjunto, la dirigencia cegetista que deliberó en la sede de UPCN decidió confirmar la marcha. El tema sobrevoló el encuentro que tuvieron anteayer con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y Acuña, el más massista de la CGT, tuvo una definición contundente: “El mensaje de la movilización del 17 de agosto es contra los sectores económicos que frenan el desarrollo del país”.
De decir, no solamente se realizará sino que su eje será el mismo que plantearon Pablo Moyano y el sindicalismo K agrupado en la Corriente Federal de Trabajadores, con Sergio Palazzo (bancarios) a la cabeza: la CGT, había anticipado el dirigente de Camioneros, se movilizará el 17 de agosto “contra los especuladores: acá el responsable es AEA, que es la asociación de empresarios argentinos; esa banda de forajidos son los que están quitándole un plato de comida a los trabajadores”.
Palazzo incluso planteó en la reunión del Consejo Directivo de la CGT de hace 10 días que debían marchar ante las entidades empresariales para responsabilizarlas por el aumento de los precios y la inflación. Su postura, apoyada por Pablo Moyano, fue frenada por la alianza que controla la central obrera (“Gordos”, independientes y barrionuevistas), que impuso finalmente el recorrido de la marcha sin pasar por la Casa Rosada ni por el Congreso y su desarrollo: no tendrá acto ni oradores.
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