El operativo clamor que avanzó para la llegada Sergio Massa al gobierno que desencadenó en su designación como nuevo ministro de Economía, Producción y Agricultura, volvió a abrir una ventana que parecía cerrada: que finalmente en el Frente de Todos se imponga una institucionalización para la toma de decisiones y, en el plano político, para el ordenamiento 2023. Hoy la crisis económica y las medidas a tomar por el ahora nuevo “súper ministro”, están al tope de la agenda, pero en el horizonte un poco más allá también aparece la reconfiguración política de la alianza de gobierno.
Así lo entienden diferentes figuras cercanas al funcionario que por estas horas rediseña la agenda económica y productiva de un gobierno que corre detrás de la inflación, entre otros avatares. Empoderado, Massa también se juega un pleno en el plano político.
En el Frente Renovador entienden que la avanzada entre algunos gobernadores que hicieron público su deseo de que Massa llegue al gobierno -como el santafecino Omar Perrotti; el entrerriano, Gustavo Bordet; el salteño, Gustavo Sáenz o el chubutense, Mariano Arcioni- fue una muestra de cómo podría institucionalizarse el FdT en la toma de decisiones. El miércoles, previo a la oficialización de Massa, la liga de gobernadores peronistas fue quien le transmitió al presidente Alberto Fernández su preocupación por la corrida bancaria y que había que accionar. En el medio, están las metas a cumplir con el Fondo Monetario Internacional. Algunos gobernadores, como el bonaerense Axel Kicillof, ya habían avisado que en la provincia que gobierna no habría ajuste.
El plan para institucionalizar el Frente de Todos fue diseñado a fin de año pasado por Massa. Lo comunicó en un plenario que su espacio político realizó en el municipio de San Fernando. Ante la Mesa Ejecutiva bonaerense del FR, dijo que tenía que haber “una mesa política para cuidar el equilibrio de la coalición y preparar el camino de ampliación del Frente de Todos rumbo al 2023″.
“En la medida que haya buenas noticias, va a ser más fácil esa institucionalización”, opina un dirigente de diálogo habitual con el tigrense ante la consulta de Infobae. Pero no todo es optimismo. En el FR saben que la situación “es muy compleja económica y financieramente”. El faltante de dólares y lo que fue el aumento de los valores para la importación de energía generan un camino endeble, que es el que Massa deberá transitar. De hecho, en las diferentes reuniones que la saliente ministra de Economía, Silvina Batakis mantuvo con gobernadores e intendentes del conurbano la ahora ex funcionaria hablaba de “pasar el invierno”. Lo hacía de forma metafórica y también literal.
Cuando lanzó la idea de institucionalizar el Frente de Todos, en diciembre del año pasado, Massa no tuvo demasiado éxito. Entonces optó por mandar una señal desde la provincia de Buenos Aires, donde además tiene buena parte de su caudal político. Allí, en pelotón con el gobernador Axel Kicillof y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kircnher, el entonces presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, vio cómo se diseñaba una mesa para la institucionalización del Frente de Todos bonaerense. Con el resto de los dirigentes cercanos a Cristina Kirchner, consiguió la primera -y única hasta el momento- foto con representantes de diferentes partidos que integran el Frente de Todos en plan mesa institucionalizada. Se trató de un almuerzo que se dio en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en La Plata. Por el Frente Renovador, la representante fue la presidenta de AySA, Malena Galmarini.
Tras ese encuentro, el 26 de abril último, no hubo más novedades sobre este tema. La gestión y la urgencia diluyeron un poco la institucionalización, sumado también al peso propio que parecía tomar el Partido Justicialista bonaerense. Es que aquel puntapié para la institucionalización bonaerense del Frente de Todos fue leído como un mensaje hacia el gobierno nacional que no daba señales de querer institucionalizar la alianza de gobierno. En esa mesa debía sentarse la vicepresidenta Cristina Kirchner, una idea que no era del agrado del presidente: el diálogo estaba cortado. Sin embargo tras algunos meses y renuncias ministeriales, la vicepresidenta logró imponerse definitivamente sobre la voluntad de Fernández
Entonces, la institucionalización del oficialismo -que además de la gestión, también tiene como objetivo discutir el 2023- se buscó en territorio bonaerense. Entre los planes de Massa, el ordenamiento del FdT en la provincia de Buenos Aires debía darse alrededor de la figura de Kicillof. Cerca del gobernador confían a Infobae que la institucionalización de la alianza gobernante “funciona” en la provincia de Buenos Aires y que “el diálogo con todos los espacios que conforman el frente está totalmente sólido”. Días atrás, Kicillof recibió a Malena Galmarini en su despacho para analizar el estado de las obras que lleva adelante la empresa AySA en el territorio bonaerense. Hay 1400 obras de AySA que se llevan adelante en el conurbano. La gestión facilita el acercamiento.
“Los argentinos y argentinas nos demandan soluciones a sus problemas. Orden, coordinación y planificación son los pilares para poder conseguir ese objetivo”, fue parte de lo que comunicó Massa para oficializar su desembarco en el gabinete de Alberto Fernández. La institucionalización del FdT es parte de esa coordinación -en el tramo de la discusión política- que demanda el nuevo ministro de Economía, Producción y Agricultura.
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