“Es un desafío para Juntos por el Cambio”. Así definió un importante referente opositor la llegada de Sergio Massa al gabinete nacional. Es que el designado superministro integra el Frente de Todos, pero no es un típico exponente del kirchnerismo. Tiene una actitud pro-mercado, buena sintonía con los empresarios y una postura en temas internacionales más afín a JxC, pero, sobre todo, una amistad reconocida con dirigentes como Horacio Rodríguez Larreta y Cristian Ritondo, del PRO, y Gerardo Morales, de la UCR.
Por eso en la principal fuerza opositora hay quienes advierten que ahora “no hay que caer en el canto de sirenas”, es decir, no dejarse seducir por una segura convocatoria de Massa a JxC para llegar a acuerdos que le permitan avanzar con sus medidas económicas. “La responsabilidad de gobernar es de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner, y ahora se suma el nuevo ministro de Economía”, aseguró un líder de Juntos por el Cambio ante la sospecha de que podrían quedar atrapados en un “abrazo del oso” que los desdibujaría.
Ya circulan versiones incomprobables de llamados de Massa a Rodríguez Larreta, Ritondo y Morales. En el entorno de los tres dirigentes opositores lo niegan y atribuyen los rumores al kirchnerismo: “Ahora nos van a querer dividir, pero ninguno de nosotros se va a suicidar políticamente abriéndole una puerta a Massa sin el aval del resto de la coalición”, resaltó un dirigente opositor de peso.
Lo extraño es que en las últimas horas hubo muy poca comunicación entre los líderes de JxC para analizar la nueva etapa del Gobierno. Todavía no hay prevista ninguna reunión de la Mesa Nacional y algunos admiten que seguramente habrá un encuentro luego de que Massa anuncie el miércoles sus primeras medidas. Mauricio Macri, quien está preocupado porque no cree que la llegada de Massa solucione los problemas económicos, ratificó que el almuerzo de los principales dirigentes del PRO tendrá lugar recién el 12 de agosto.
Algunos “halcones”, sin embargo, intercambiaron mensajes y se juramentaron en “no tener la más mínima cercanía” con Massa. Hay desconfianza en que alguna posible convocatoria al diálogo termine siendo improductiva y, sobre todo, funcional al kirchnerismo. “Si no asume con una clara orientación fiscalista, será más de lo mismo”, sostuvo un referente de JxC. Uno de sus pares señaló que, para mostrar algo serio, el nuevo ministro de Economía debería “frenar la emisión de un momento para el otro, pero Cristina Kirchner no lo va a avalar”. “¿O acaso la Vicepresidenta va a respaldar el ajuste y la reforma estructural que tienen que hacer?”, se preguntó.
Entre las “palomas”, sin embargo, hay cautela. “Hay que ver qué hacen; tienen poco margen de maniobra, pero no van a salir de la crisis sólo con medidas ingeniosas”, evaluó un dirigente opositor del ala moderada. Para Morales, como le dijo a Jorge Fontevecchia por radio, “Massa tiene las mejores intenciones para el país, el Gobierno juega su bala de plata, es la última alternativa que le queda para rdenar las cosas y actuar con responsabilidad para el país”. En su visita a La Rural, por su parte, Rodríguez Larreta criticó ayer al Gobierno porque es “todo muy improvisado” y habló de “volantazo”, pero evitó referirse específicamente a Massa.
Entre tantas versiones, en las últimas horas circuló una que consignaba que la oposición condicionó su eventual aceptación a dialogar con el superministro de Economía a que Cecilia Moreau no sea designada nueva presidenta de la Cámara de Diputados. La hija de Leopoldo Moreau integra el Frente Renovador, pero tiene excelente relación con Máximo Kirchner y La Cámpora. Además de esas afinidades con el kirchnerismo, en Juntos por el Cambio no le perdonan haber sido, en plena pandemia, la responsable de introducir la palabra “neglilgencia” en la Ley de Vacunas y de esta forma trabar las negociaciones para la compra de la vacuna Pfizer.
La incógnita sobre la sucesión de Massa se despejará la semana próxima: el martes, a las 14, está convocada una sesión especial en la Cámara de Diputados para debatir la renuncia del superministro de Economía a su banca y resolver las nuevas autoridades del cuerpo. “No hay dudas de que la presidencia de Diputados le corresponde a la primera minoría -afirmó un legislador opositor-, pero el titular de la cámara que se elija debería representar la institucionalidad del Congreso y no a una figura sin consenso”.
Además de “halcones” como Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo o Luis Juez, la posición más dura contra Massa surgió de la Coalición Cívica (CC): “Al nuevo ministro de Economía se le acaban de otorgar plenos poderes, además goza de inhabilidad moral para el ejercicio. Desde la CC estaremos más atentos que nunca porque todos los negocios y conflictos de intereses serán posibles”, sostuvieron en el bloque de diputados nacionales y la Mesa Ejecutiva Nacional del partido. Pareció una advertencia dirigida más hacia la interna de JxC, pensando en los opositores de mejor diálogo con el designado ministro. Ese eje dominará la interna opositora en las próximas semanas.
Desde esa misma agrupación, Elisa Carrió hizo honor a su condición de enemiga acérrima de Massa: anteayer, al recorrer la Exposición Rural, un periodista le preguntó por la designación del superministro y ella contestó que no conocía el nombre. “Conozco el de Belcebú, la mentira total”, dijo. “Y cómo se sale de la crisis?”, la interrogaron: “Con Belcebú seguro que no”. Apenas 24 horas después, la fundadora de la Coalición Cívica publicó en Twitter una imagen animada de un demonio y un mensaje breve: “Llegó el diablito”.
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