Daniel Menéndez, el coordinador nacional de Somos Barrios de Pie, anunció, el jueves, que la protesta contra la Sociedad Rural Argentina (SRA) no la realizarían frente al predio de Palermo, durante la inauguración de la muestra anual que los productores realizan en la Ciudad de Buenos Aires, tal como había confirmado el martes. En cambio, la harán en la Plaza del Congreso de la Nación a las 11 de la mañana de hoy. ¿La razón? Esa organización social forma parte del Frente de Todos y, desde el anuncio de la medida contra “un puñado de sectores económicos concentrados que intentan avanzar en un proceso de desestabilización”, el Gobierno y otros movimientos sociales aliados, como el Evita y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), se mostraron en contra.
Menéndez, en diálogo con Infobae, aseguró: “No hubo un pedido explícito del Gobierno para bajar la marcha contra los especuladores y desestabilizadores”. El cambio de rumbo, de Palermo al Congreso, lo adjudica a “amenazas e insultos” recibidos contra Somos Barrios de Pie a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Lo llamativo es que esto suele ocurrir cada vez que se anuncian piquetes y marchas que entorpecen el tránsito y la vida cotidiana de los ciudadanos y, sin embargo, la Unidad Piquetera, el MTE de Juan Grabois, o la propia organización de Menéndez, no modifican la traza de la protesta.
El subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo local lo explica así: “Estamos en tiempos difíciles que requieren el máximo de las responsabilidades de todos los sectores de nuestra sociedad. Parece que lamentablemente no han querido o podido entender el corazón de estas palabras. Desde el llamamiento a una pacífica movilización con el objeto de pedirle a un sector minoritario que acompañe al resto de la sociedad, no hemos recibido más que amenazas, insultos y agravios por parte de diferentes personas que acompañan a los grandes productores agropecuarios”.
La resolución no fue sencilla. El líder social había salido con fuerza los días anteriores para justificar la concentración frente a La Rural. “La idea es señalar a quienes entendemos que causaron un enorme perjuicio con su rol especulativo. Si cuando algunos ven que las movilizaciones señalan que es una extorsión, ¿qué queda para esta situación? Se quieren cargar el país. Quieren maximizar ganancias y llevarse puesta a la sociedad”.
El jueves hubo una áspera reunión entre los principales dirigentes de Somos Barrios de Pie para “definir la metodología de protesta”. Menéndez puso a consideración el cambio de escenario, pero no el contenido. Otros, entendían que, más allá de eso, los símbolos eran importantes. Enfatizaron que no era lo mismo protestar frente al Congreso de la Nación, dónde la mayoría de los parlamentarios son oficialistas, que en el predio ferial de Palermo, espacio dónde las cabañas ganaderas exponen a los machos campeones, por ejemplo, de razas como Hereford o Braford.
A las 18.30, después de varias idas y vueltas, el funcionario del ministerio de Desarrollo Social logró imponer la nueva estrategia. Había un contexto de peso. Forzado por presiones cruzadas y una crisis social y económica indomable, el presidente Alberto Fernández decidía desplazar del Ministerio de Economía a Silvina Batakis, a quien había encumbrado 24 días antes, y designar a Sergio Massa al frente de un Palacio de Hacienda con facultades ampliadas. “El horno no estaba para bollos”. Un posible enfrentamiento entre los piqueteros oficialistas y representantes del campo o visitantes de la feria ruralista sería perjudicial para un Gobierno en ebullición.
Un día antes, el miércoles, Menéndez se había reunido con el ministro de Justicia y Seguridad porteño para acordar que los manifestantes de la organización popular no interrumpiesen el tráfico de avenidas como Santa Fe y Sarmiento, dos de los accesos al predio ferial. No acercaron posiciones y prometieron reunirse al otro día.
Con el cambio de escenario, no fue necesario. Apenas se enteró de la novedad, Marcelo D’Alessandro se manifestó conforme: “Nos alegra que haya triunfado la cordura”, escribió en Twitter. Un día antes había criticado con fuerza al dirigente: “Es demencial que un funcionario convoque a hacer un piquete”.
En Casa Rosada y entre sus socios, como Emilio Pérsico, uno de los referentes del Movimiento Evita, la decisión también fue bien recibida, aunque no se manifestaron de forma pública. Fue casi como un mimo en momentos de tensión. Maxime después de que Juan Grabois, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y referente del Frente Patria Grande, el mismo jueves declarara: “No tengo expectativa de nada hasta que no vea resultados. No entiendo igual esto de que ponen a una (ministra), la cambia al otro día (por Sergio Massa)”,
Horas después, el dirigente popular, más cercano a Cristina Kirchner que al jefe de Estado, le marco la cancha al nuevo super ministro: “Igual que a Batakis y Guzmán, le exigimos a Massa medidas urgentes para frenar la pobreza y la indigencia: Salario Básico Universal para informales y aumento general de sueldos y jubilaciones. Seguimos luchando porque si no cinco vivos se la van a seguir llevando. No aflojamos”.
Tomada la decisión de movilizarse contra la Sociedad Rural Argentina, pero frente al Congreso, los dirigentes de la Mesa Directiva de Somos Barrios de Pie consensuaron un comunicado que en uno de sus párrafos destaca: “Luego de haber visto que lamentablemente los simpatizantes de la Sociedad Rural Argentina no pueden más que destilar odio y amenazas a quienes solo desean ejercer su derecho constitucional a la protesta, hemos optado por la decisión de modificar nuestro lugar de protesta hacia la Plaza del Congreso de la Nación. En este escenario solo hay una víctima: los millones de argentinos que ven disminuido su poder adquisitivo mientras que a la par hay un victimario poderoso que no se conforma con el ejercicio de la especulación, sino que además necesita recurrir a este patoterismo lamentable”.
El texto también afirma: “Llevamos más de veinte años realizando movilizaciones de diferente índole con el bienestar del pueblo argentino como única preocupación. No hubo nunca ninguna situación que ponga en riesgo la integridad y la vida de quienes se manifiestan. Las constantes amenazas realizadas por una buena cantidad de personas nos obligan a asumir ese compromiso eterno que tenemos con la responsabilidad y la sensatez”. Y agrega: “La sociedad argentina en su conjunto es víctima de los aprietes constantes de los sectores dominantes (…) Se creen dueños de la voluntad de todos los argentinos y argentinas. Con madurez política tomamos una decisión en pos de no regalarle ninguna excusa a los violentos de siempre y garantizar la seguridad de todos los argentinos y argentinas”.
Como ya publico Infobae, Menéndez hizo pública la “carta abierta” que le hicieron llegar al presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, en la cual sostiene: “Es importante se entienda que una patria donde la prosperidad de algunos conlleva el dejar a millones por fuera de la posibilidad de una vida digna es una patria insostenible. Para unos y para otros. No hay posibilidad de vivir una democracia plena en la Argentina si un sector minoritario que concentra ingresos decide que la especulación es más importante que los millones de argentinos y argentinas que ven a diario como llevar comida a su mesa es todos los días más caro y difícil. No se puede jugar con el sufrimiento, el hambre y la pobreza de la mayoría” y acusan a los ruralistas y entidades del campo de estar “extorsionando al conjunto de la sociedad”, entre otros hechos, por no liquidar la soja para que entren dólares al Banco Central, según la visión del funcionario y dirigente social.