El ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, realizó hoy un crudo diagnóstico sobre realidad económica del país y alertó que el segundo semestre del 2022 será “traumático” y “difícil”. Para el funcionario que responde al gobernador Juan Schiaretti, hay un Estado desorganizado “que recauda y gasta muy mal”, y aseguró que “el nivel de incertidumbre y descomposición es altísimo”.
“Lo que se nos viene es sin dudas traumático, es difícil lo que vivimos y lo que viene es difícil; depende del orden político y el profesionalismo económico cual será el nivel de traumatismo que tengamos”, señaló Giordano al ser entrevistado por el periodista Eduardo Feinmann en Radio Mitre.
A su vez, calificó como “un error sistemático” que haya “una serie de consensos bastante compartidos en el sistema político de que gastar de más no está mal o que gastar mal no está mal”, algo que -advirtió- genera que la Argentina esté “sistemáticamente en decadencia o en un ciclo involutivo del que pareciera imposible salir”.
“El desprecio por el peso o la propensión a tener dólares es lo que trata de resolver el cambio de régimen monetario. Decir, dolarizamos y listo, desaparece la inflación, porque como el dólar es una moneda estable automáticamente tenemos estabilidad, o vamos con la policía y reprimimos a los tenedores de dólares y obligamos pesificar, terminan siendo respuestas simplistas frente al problema de fondo, que es un Estado muy mal organizado, que recauda y gasta muy mal, y hasta que no resolvamos eso no hay régimen monetario que nos salve”, sostuvo el funcionario provincial.
Y completó: “Hasta que no ataquemos ese problemas cualquier régimen monetario va a fracasar, el que tenemos, la dolarización, el bimonetarismo o forzar la pesificación.
Las declaraciones del funcionario de Córdoba se enmarcan en la crisis política y económica que atraviesa el gobierno nacional, que mantiene abiertos varios frentes relacionados con la alta inflación, su impacto en los precios de los alimentos y en la vida diaria de los argentinos, y en las divisiones y peleas internas.
Así, durante la mañana de hoy el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, sostuvo que “la situación en Argentina es bastante preocupante”. “El tema más importante, en este momento, es la inflación desanclada. Creo que la cifra está por encima del 60% y las expectativas pueden seguir aumentando en lo que resta del año”, mencionó en conferencia de prensa.
Y agregó: “La primera prioridad debe ser devolver la inflación a un entorno más estable, y la cuestión que se está debatiendo ahora es si la actual combinación de políticas es suficiente”.
Ayer, la ministra de Economía, Silvina Batakis, completó el primer día de su gira oficial en Estados Unidos con reuniones en tres entidades clave para la coyuntura argentina: por un lado, el Tesoro norteamericano, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La jefa del Palacio de Hacienda pasó por los tres organismos para que “la conozcan y la escuchen”, tal como definió ante Infobae el embajador argentino en los Estados Unidos Jorge Argüello, que ofició de armador de la agenda urgente para la ministra y quien actúa como sherpa de la funcionaria en Washington.
Tanto con el Banco Mundial como con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Batakis tiene en agenda la cuestión de los desembolsos de organismos internacionales. Se trata de un elemento decisivo incluido en el acuerdo con el FMI como parte de las posibilidades del Banco Central de acumular reservas a lo largo del año. Según explican en el Gobierno argentino, parte de esos envíos de las entidades bilaterales está demorado.
El Poder Ejecutivo esperaba para la primera mitad del año unos USD 700 millones, pero esos envíos por cuestiones que atribuyen a demoras burocráticos se aplazaron para los próximos meses, principalmente desde el BID. El director de este organismo, Mauricio Claver-Carone, afirmó en una explosiva carta que descarta liberar financiamiento a la Argentina por la situación financiera.
“El BID está deseando que Argentina cumpla los compromisos con el FMI para mejorar las condiciones macroeconómicas. Los compromisos, mucho más modestos que los exigidos a otros países, son clave para promover el crecimiento sostenible y garantizar que el BID pueda ofrecer a Argentina nueva financiación”, advirtió.
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